La
ictericia neonatal designa todas las situaciones en las que la bilirrubina
sérica está lo suficientemente elevada para causar un tinte amarillento visible
en piel y/o esclerótica. Esto en la mayoría de
los casos, se correlaciona con una bilirrubinemia mayor de 5mg/dL(1).
Es oportuno resaltar que, la mayoría de los recién nacidos experimenta
ictericia durante la primera semana de vida, siendo más frecuente en los
neonatos pretérminos. La ictericia afecta a más
60% de los recién nacidos durante la primera semana de vida, siendo un
hallazgo frecuente a la evaluación física del recién nacido. Sin embargo la
bilirrubina, es potencialmente tóxica para el sistema nervioso central, siendo
esencial una adecuada evaluación de todos los neonatos con ictericia(2).
Por
tanto, es posible que la ictericia neonatal fisiológica provenga de la
interacción de múltiples factores como defectos en la captación, conjugación,
excreción y circulación enterohepática de la bilirrubina. De tal manera que se
considera que la ictericia después de 24 horas de vida, con bilirrubinemia no
mayor a 12mg/dL en neonatos a término y de 15mg/dL en el pretérmino, y la
bilirrubina menor a 0,5mg/dL/hora, en neonatos de aspecto sano, no requiere
tratamiento(1).
Las
Ictericias con valores que superan a los ya referidos y acompañados de otros
síntomas, se consideran patológicas y pueden deberse a diferentes causas y
entre ellas las hemolíticas, destacando
entre éstas la incompatibilidad del sistema ABO, el cual ocurre cuando la madre
es del grupo O y forma anticuerpos anti A o anti B contra el grupo sanguíneo
del feto. Así mismo destaca la ictericia neonatal por incompatibilidad del
sistema Rh, siendo de mayor gravedad que la anterior, en el cual ha ocurrido
sensibilización, dando lugar a la producción de anticuerpos que producen
destrucción de eritrocitos extraños, y los anticuerpos maternos se transfieren
a la circulación fetal causando hemólisis intravascular, ocurriendo esto cuando
la madre es Rh negativo y el feto Rh positivo(3).
La
Organización Panamericana de la Salud, estima que para 2005 aproximadamente
50-60% de los neonatos desarrollan
ictericia clínica, evidente a partir del segundo día de vida, como
condición fisiológica en el recién nacido (4). La incidencia de
incompatibilidad Rh en una población
depende de la prevalencia de los antígenos Rh negativo, aproximadamente 9% de los embarazos la madre es Rh negativo y el feto
Rh positivo, pero sólo 1 de cada 5 embarazos se sensibiliza y 80-85% de éstos
recién nacidos presenta manifestación clínica.
Así mismo la incompatibilidad de grupo es la causa más frecuente de ictericia
neonatal inmunológica y descrita como más leve con respecto a la anterior,
aparece en 10-20% de los embarazos y 13% de los recién nacidos desarrollan ictericia(2).
En
vista que la hiperbilirrubinemia trae graves consecuencias en el neonato, desde
una elevada mortalidad hasta importantes secuelas neurológicas como:
hipoacusias, problemas en el neurodesarrollo y displasia dentaria, es
importante realizar un adecuado diagnóstico y tratamiento de la misma para
prevenir las consecuencias descritas.
De
acuerdo a las consideraciones anteriores y aunado a que es una enfermedad
frecuente que acarrea gran preocupación a los padres, a la familia,
sociedad, pediatras y neonatólogos a la
hora de enfrentarse a un recién nacido con ictericia, se decidió realizar un estudio
de incidencia de ictericia neonatal inmunológica
en la Unidad de Neonatología Dr. Rafael
Tortolero del Hospital Dr. “Adolfo Prince Lara” de Puerto Cabello enero 2012-
diciembre 2014; el objetivo específico es caracterizar a los recién nacidos
estudiados de acuerdo al sexo, edad gestacional, peso al nacer, horas de vida y
causas inmunológicas.