Octubre-Diciembre 2017 72
ISSN 1317-987X
 
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Anatomía Patológica
Patologia ultraestructural en Venezuela durante el siglo XX

Segunda etapa

Entre 1978 y 1980 utilizando el ME del Instituto Anatomopatológico en la Universidad Central de Venezuela se inició formalmente la publicación de trabajos sobre la patología ultraestructural tumoral (29-33) destacando el hecho de que estos primeros cinco trabajos fueron publicados el primero en una revista venezolana vigente para la época y los otros cuatro, en revistas de Patología en México y en España y comprendían el estudio de tumores musculares, de células germinales, sarcomas de hueso y un tumor de la grasa parda caracterizado por la apariencia de sus activas mitocondrias, el Hibernoma. El ME pasó a ser además de un arma diagnóstica, un instrumento de enseñanza para los residentes del postgrado de Anatomía Patológica en la Universidad Central de Venezuela, Se hizo común utilizar el llamado “retrospectoscopio” para señalar como se podía ir de las láminas coloreadas con hematoxilina y eosina a descubrir con el ME los filamentos, microvellosidades, gránulos, luces y densidades en las células tumorales que la ultraestructura trasformaba en estructuras precisas valederas para asegurar los diagnósticos.

En esos años los estudios sobre el virus encefalítico habían progresado gracias al apoyo del Departamento de Virología de IVIC y en trabajos experimentales demostramos aspectos sobre la respuesta inmune y la ultraestructura del sistema nervioso central (SNC) en el fenómeno encefalítico experimental inducido por el virus de la EEV (34,35). Las investigaciones estaban dirigidas hacia la búsqueda de un modelo experimental para demostrar el daño intrauterino provocado por el virus y este saldría adelante cuando se logró que las ratas sobrevivieran a la inoculación con la cepa Guajira; un trabajo realizado gracias a Carreño y Esparza, que mostró los resultados de la ultraestructura del SNC en las ratas sobrevivientes y se publicaría en una revista de Gran Bretaña en 1979 (36). De esta manera, el modelo experimental propuesto para investigar el daño intrauterina, fue aceptado y publicado en el Boletín de Patología Comparada del Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas de EUA (37) y ya en 1981 comenzaríamos a publicar en Infection & Immunity (EUA) información sobre las lesiones tempranas de fetos y placentas observadas en las ratas Sprague Dawly utilizando también la inmunohistoquímica (38,39). Igualmente se examinó la activación de la toxoplasmosis cerebral en ratas (40) y publicamos en Acta Médica Venezolana el estudio ultraestructural de casos de amibiasis cerebral y de encefalitis granulomatosa amibiana (41).

En 1981, un par de trabajos con el ME marcarían un hito de relevancia; uno de ellos el estudio experimental en bovinos sobre la ultraestructura del tejido nervioso de la médula espinal de animales afectados por rabia paralítica, señalando detalles sobre la alteraciones de las neuronas ante la acción del virus de la rabia (42); el otro trabajo, menos experimental demostraría con el ME de Transmisión y el ME de Barrido el poder de penetración de las pseudohifas de Candida Sp y la división intracelular de las esporas en las células del epitelio vaginal(43).

Durante los años 1982-1984 se publicó un estudio sobre la ultraestructura de 15 timomas y se examinaron los detalles ultraestructurales de los tumores malignos de células redondas, el tumor odontogénico epitelial calcificado, el tumor de células gigante maligno de los tejidos blandos, y las pápulas perladas del pene (44-48). Entre 1983 y 1989 se publicaron nuevamente trabajos sobre el VPH y sus efectos en la neoplasia epitelial vulvar(49), se revisó nuevamente la ultraestructura del VPH y el cáncer ginecológico(50) y en ActaCytologica (EUA) se describieron ciertos cambios ultraestructurales presentes en las células descamadas durante la infección con VPH (51). El año, 1986 se publicaría un trabajo experimental importante sobre el efecto del virus de la EEV utilizando la cepa TC83, menos virulenta que la Guajira por ser la usada para la vacuna (52).

En 1988 y 1989 se publicarían dos importantes trabajos sobre tumores cuya morfología no estaba clara y en los que la ultraestructura ayudaría a dilucidar su origen; la fasciitis pseudosarcomatosa que resultaba ser una lesión de miofibroblastos y el hemangioendotelioma epitelioide, una lesión descrita por Sharon Weiss y Enzinger que simulaba ser una neoplasia epitelial(53,54). Estábamos ya viviendo la pandemia del SIDA y comenzaríamos a publicar nuestra experiencia con la ayuda del ME en las autopsias y las biopsias de estos enfermos; inicialmente sobre 50 autopsias(55) y luego señalando la importancia que la inmunohistoquímica estaba aportando a los estudios ultraestructurales(56), para describir casos de Herpes, y cuando ya teníamos 404 autopsias de SIDA examinadas sobre las infecciones micóticas oportunistas y sobre 69 biopsias hepáticas y la patología pulmonar en el SIDA(57-60). En 1962 se publicó un estudio clínico, histológico y ultraestructural sobre la anemia drepanocitica y las lesiones hepáticas en esta patología, y 34 casos de tumores pediátricos epiteliales y mesenquimáticos, e igualmente se examinaron 17 casos de rabdomiosarcomas con el ME(61-63). Tras reportar un nuevo caso de encefalitis granulomatosa amibiana en una revista alemana(64) publicaríamos un estudio sobre el aporte del ME en las biopsias endomiocárdicas en particular en la cardiomiopatía dilatada (65) y posteriormente en 1997 sobre la ultraestructura pulmonar en la proteinosis alveolar(66). Finalmente tuvimos la oportunidad de examinar con el ME muestras de cultivos celulares de humanos infectados con el virus de la EEV en otra epidemia de encefalitis acaecida en el Zulia en 1995(67).

Los costos de los estudios con el SE ME se habían hecho muy elevados, y la inmunohistoquímica había venido a resolver casi todos los problemas de diagnóstico para los cuales antes dependíamos del ME. En 1997 me tocó en lo personal tener que sepárame de mi trabajo en la Sección de microscopía electrónica del Instituto Anatomopatólogico de la Facultad de Medicina en la Universidad Central de Venezuela. Me hubiese gustado que las numerosas personas que trabajaron en estas lides y se involucraron en los estudios ultraestructurales de nuestra patología pudiesen ser coautoras de este trabajo, no puede ser posible, pero estarán presentes en las referencias bibliográficas y guardaré siempre un recuerdo muy especial para el personal técnico y para los entusiastas médicos residentes que durante sus años de preparación para hacerse patólogos intervinieron en tantos casos, aprendiendo y enseñándonos a todos. Sin embargo, sin que por ser los últimos dejen de ser importantes, debo terminar de referirme a otras publicaciones que seguirían naciendo del estudio ultraestructural de los tumores, ya acompañados usualmente de la correlación inmunohistológica. De esta manera, ese mismo año 1997 publicamos un detallado trabajo en Investigación Clinica (Ven) con el título de : Aplicación de la Microscopía Electrónica de Transmisión y la inmunohistoquímica al diagnóstico de los tumores malignos(68), para así iniciar una serie de publicaciones sobre tumores con los resultados del estudio ultraestructural e inmunohistoquímico(69), sobre el tumor murino transplantable(70), el fibosarcoma congénito(71) Glioblastoma Multiforme congénito(72), el tumor de Askin(73), la Nesidioblastosis(74) el estudio ultraestructural del Pneumocistis carinii (75) y de la aplicación del ME al estudio de la patología microbiológica del SIDA (76). En el año 2001 David Mota y colaboradores publicarían sobre la ultraestructura e inmunohistoquímica del carcinoma medular de tiroides (77).

Para concluir, debo señalar que en la Revista Vitae Academia Biomédica Digital, de la Facultad de Medicina, de la Universidad Central de Venezuela pudimos seguir publicando una larga serie de trabajos sobre la inmunohistoquímica (IHQ) de los tumores. Estas publicaciones no corresponden a trabajos directamente hechos con el ME, exceptuando uno de ellos, el de José Rafael Tovar, Eduardo Caleiras y mi persona sobre la ultraestructura del virus del Dengue en humanos, único trabajo con este tipo de material utilizando en ME(78). Sin embargo, algunas de las publicaciones en VITAE Academia Biomédica Digital, pueden servir de ayuda al examinar el diagnóstico diferencial de los tumores bajo los criterios que ofrece la IHQ, ya que para corroborar los diagnósticos, habrá que aplicar en cada caso, cuanto habíamos aprendido sobre la ultraestructura de las neoplasias. En este sentido añadiremos las referencias (79-89).




Continua: Referencias

Patologia ultraestructural en Venezuela durante el siglo XX
Los inicios
Primera etapa
Segunda etapa
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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