La edad de los pacientes estuvo comprendida
entre 25 y 76 años, con una media de 57.
La mayoría (75%), pertenecientes al género masculino. La localización tumoral se
distribuyó en un tercio de la población al
conducto auditivo externo, otro tercio fueron
primarios de parótida, un 25% de metástasis
a parótida de primarios cutáneos faciales y finalmente una neoplasia cutánea que
infiltro la región parotídea, 8,3%.
El tamaño tumoral de las neoplasias de conducto auditivo externo y las de parótida,
fue mayor o igual a T2 en los primeros y T3 en los segundos. Todos sin
adenopatías palpables en cuello (N0). Una de las neoplasias de conducto auditivo externo y dos con metástasis de primarios cutáneos
faciales, fueron sometidos a exeresis del primario y radioterapia previa en
otros centros.
En toda la serie se efectuaron dos
tercios de parotidectomías totales y un tercio de superficiales. Las neoplasias
primarias de parótida, una de las de conducto auditivo externo y otra de las
metástasis de primario cutáneo, requirieron parotidectomía total con sacrificio
del tronco principal o una de las ramas del nervio facial, por compromiso
clínico preoperatorio e infiltración tumoral constatado
en el acto quirúrgico(18,36,37,44). Los tumores de conducto
auditivo externo se acompañaron de algún procedimiento en mastoides como
mastoidectomía parcial, resección lateral o petrosectomía subtotal(35).
Se realizaron nueve disecciones
cervicales selectivas, niveles IB al III, dos radicales modificadas con preservación de las
tres estructuras, y una radical clásica por extenso compromiso del primario. La
decisión de realizar disecciones cervicales electivas en el grupo de neoplasias
de conducto auditivo externo y de parotida, estuvo sometida al tamaño tumoral
de los primarios(35-37). La presencia de metástasis parotídeas y la
extensión directa a la glándula, fueron las indicaciones para
linfadenectomía cervical electiva en los
tumores cutáneos(38).
La neoplasia cutánea sobre la
región parotídea, una de las primarias de parótida, y todas las de conducto
auditivo externo, se iniciaron con una incisión de colgajo superior, adaptándose
ó ampliándose sin dificultad, a una auriculectomia total o parcial, en el
transcurso de la intervención. El 75% de los procedimientos finalizó con cierre
primario, sin embargo tres tumores de conducto auditivo externo, requirieron para
el cierre del defecto, la colocación de injertos libres de piel o la rotación
de un colgajo músculo cutáneo del trapecio (Figura 3d y 4c).
El reporte
histológico en dos tercios de los casos fue de carcinoma escamoso. Las neoplasias parotídeas indicaron carcinomas
mucoepidermoides y adenocarcinomas ductales. Una pieza proveniente de un tumor
de conducto auditivo externo señaló compromiso
del borde profundo. El promedio de
ganglios extirpados para los procedimientos selectivos fue de 8. Un tercio presentaron metástasis en el espécimen quirúrgico.
Las
complicaciones postoperatorias asociadas a la incisión fueron una dehiscencia
discreta de los bordes de la herida por infección leve en un paciente
previamente irradiado y un hematoma tres semanas después de la intervención, en
otro paciente hemofílico. El dolor postoperatorio requirió analgésicos antinflamatorios
no esteroides por vía endovenosa u oral, hasta el quinto día. Fue necesaria la remoción
de los injertos de piel por falta de adhesión. El colgajo músculo cutáneo de
trapecio se implanto satisfactoriamente. No hubo fístulas, edema facial o rupturas de la
arteria carótida. El promedio de retiro de los sistemas de drenaje fue de siete
días.
Se reportó un 25% de parálisis facial temporal y ausencia del
síndrome de Frey. Todos los no irradiados previamente, recibieron radioterapia
postoperatoria. Durante el
periodo de seguimiento de 6 a 84 meses, el paciente con el borde profundo comprometido
y otro primario de parótida recidivaron. Dos con
metástasis a parótida de primarios cutáneos de cara, fallecieron por recidiva
del primario facial varios meses después.