Abril-Junio 2018 74
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 



Bioquímica
Adherencia al tratamiento farmacológico para la diabetes e hipertensión en sujetos de dos comunidades del Municipio Sucre. Estado Miranda. Venezuela

Discusión

Adherencia al tratamiento para la Diabetes
La tasa de ATF (TATF) en sujetos diabéticos obtenida en este trabajo (71,9%), fue semejante a la previamente reportada en nuestro país (75,2%) en el estudio multicéntrico IDMPS (del inglés: International Diabetes Management Practices Study)- Venezuela(34), a la de Colombia (79,4%)(35) y a la presentada en un metanálisis realizado por Iglay y colaboradores(36) (67,9%), mientras que fue superior a la de Uruguay (56%)(37), sin embargo, hay que tomar en cuenta que la metodología empleada para el registro de dicha tasa, varía notablemente en cada trabajo(18), por lo que es muy difícil hacer este tipo de comparaciones. Además, no podemos garantizar la fidelidad de lo manifestado por los sujetos evaluados en el presente estudio, ya que eventualmente los pacientes no recuerdan con exactitud el cumplimiento de la toma de los medicamentos, o simplemente por temor a ser juzgado por el profesional de la salud, en ocasiones no dan el verdadero testimonio(38), por lo que los datos de este trabajo fueron analizados bajo esta premisa.

Independientemente de la precisión que se pueda tener al medir la TATF, resulta evidente que ésta fue elevada, por lo que se esperaría que la cantidad de pacientes diabéticos controlados también lo sea, pero no sucedió así, ya que sólo 39,2% de los sujetos estaban controlados, cifra que sin embargo es superior a la reportada por Marulanda y colaboradores en los diabéticos tipo 2 de nuestro país (26,2%)(34) y esto pudiese ser explicado por diferentes motivos. En primera instancia, los valores que obtuvimos de AF nos indican que no hubo ATNF. Está demostrado el efecto benéfico que tiene el ejercicio físico programado sobre el control de la glicemia y la insulina(39) y el efecto potenciador que esto ocasiona sobre el tratamiento farmacológico(40,41). Por otra parte, es probable que la dosis y/o el tipo de medicamentos hipoglicemiantes que estos sujetos recibían, no eran los más adecuados y esto pudiese ser debido en parte a la falta de control médico, ya que muchos de los entrevistados manifestaron no acudir a dicho control con regularidad (datos no mostrados).

Otro aspecto que hay que tomar en cuenta y que eventualmente pudiese interferir en la correcta interpretación de nuestros resultados, es la metodología empleada para el registro de la glicemia. El uso del glucómetro a pesar de presentar ciertas limitaciones, actualmente es bastante aceptado para el control de pacientes diabéticos, ya que ha mostrado tener fuerte correlación con los métodos convencionales(42), además de ser práctico y de fácil aplicación en trabajos de campo como las Jornadas realizadas por nuestro equipo en las comunidades. Por otra parte, hoy en día se acepta que la glicemia postprandial y la aleatoria, son más útiles en el despistaje de diabetes que la glicemia en ayunas(25) y que el valor de 140 mg/dL en este tipo determinación, tiene mayor sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de diabetes(43).

Todos los argumentos mencionados previamente, dan validez a los resultados de glicemia obtenidos en el presente trabajo y por ende nos dan la certeza de que efectivamente una proporción elevada de sujetos no presentaba control de su glicemia, aún más, 8 de los 23 individuos tratados (34,7%), tenían valores de GCA ≥ 200 mg/dL, resultando evidente la falla terapéutica existente, por lo que sería necesario revisar el tipo de fármacos que estos pacientes manifestaron consumir. Al respecto, es importante destacar que 14 de los 23 pacientes en tratamiento farmacológico, incluyen metformina, bien sea como monoterapia o combinada con otro fármaco (Tabla III). Acorde con esto, la AAD (25) recomienda metformina como monoterapia de primera elección para los pacientes con diagnóstico reciente de diabetes (a menos que exista intolerancia o alguna contraindicación), por todos los beneficios que brinda aparte de su efecto hipoglicemiante, ya que puede reducir el riesgo de eventos cardiovasculares y muerte, no produce hipoglicemias severas y puede ser usado en pacientes con compromiso renal(44), de hecho, de los sujetos que recibían monoterapia, 7 consumían metformina, mientras que 5 consumían otros tipos de medicamentos sin embargo, desconocemos si estos últimos tenían alguna contraindicación para el uso de metformina.

Por otra parte, llama la atención que una proporción considerable de los pacientes que recibían monoterapia (9 de 12), no tenían la glicemia controlada. En este sentido, la AAD(25) sugiere un segundo fármaco en pacientes que siendo tratados con metformina, presenten valores de Hemoglobina Glicosilada (A1c) ≥ 9%. Todo esto nos indica la necesidad inminente del control médico de estos sujetos, así como de aquellos que aun presentando terapia combinada, tenían valores elevados de GCA.

Todo lo mencionado previamente respecto a la ATF y ATNF, aunado a la falta de control médico de los sujetos estudiados, pudiese explicar porque no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las características antropométricas y cardiometabólicas entre aquellos que estaban siendo tratados y los no tratados para la diabetes y entre los controlados y no controlados.

Adherencia al tratamiento para la hipertensión
Al igual que lo previamente discutido respecto a la ATF en pacientes diabéticos, en el caso de la HTA existe una amplia diversidad de metodologías empleadas para calcular la tasa de ATF, lo que hace que los datos epidemiológicos encontrados en la literatura al respecto, también sean muy variables. De esta manera, la tasa de ATF para la HTA reportada por Herrera y colaboradores en Colombia (81%)(45), fue semejante a la encontrada en el presente estudio (83,1%), no obstante, en nuestro país existen datos muy divergentes. Así, en la ciudad de Maracaibo Bermúdez y colaboradores(46) reportaron dicha tasa en 56,4% mientras que en San Cristóbal fue de 78,8% (47).

Otro hallazgo en común al observado con el comportamiento de los sujetos diabéticos, es la baja proporción de hipertensos tratados que lograron alcanzar la meta de la terapia, ya que sólo el 31,1% tenía la PA controlada, a pesar de la elevada tasa de ATF manifestada por los hipertensos. Esto también puede ser debido a la escasa adherencia al tratamiento no farmacológico (lo cual incluye hábitos de estilo de vida), además de la probable falta de control médico, lo que se traduce en el uso de medicamentos y/o dosis no adecuadas. Probablemente estas últimas también sean las causas por las cuales no se haya encontrado diferencias estadísticamente significativas en los parámetros antropométricos y cardiometabólicos entre los sujetos tratados y no tratados sin embargo y como era de esperarse, si hubo tal diferencia en la CA entre los sujetos controlados y no controlados, ya que como es sabido, este parámetro es uno de los que ha mostrado mayor correlación con el riesgo cardiometabólico, por todas las implicaciones fisiopatológicas que tiene el tejido adiposo albergado en la cavidad abdominal(48).

Debido al alto porcentaje de sujetos sin control de la PA hallados en este estudio, se hace necesario revisar el esquema farmacoterapéutico que dichos sujetos manifestaron seguir. De esta manera, encontramos que la alta proporción de individuos que recibían monoterapia (68,9%), concuerda con la anteriormente reportada en nuestro país en las ciudades de San Cristóbal (62,8%)(47) y de Maracaibo(81,1%)(46). En este sentido el JNC-8 recomienda el uso de un solo medicamento en el tratamiento inicial de la HTA junto con los cambios en los hábitos de estilo de vida(16). En el caso de sujetos no afrodescendientes, se recomienda el uso de un Diurético Tiazídico (DT), Bloqueante de los Canales de Calcio (BCC), IECA o ARA II, mientras que en los afrodescendientes incluyendo a los diabéticos, se recomienda un DT o BCC y sólo si no se alcanza el objetivo de la terapia dentro del primer mes de tratamiento, se debe incrementar la dosis inicial del fármaco o añadir un segundo fármaco de una clase diferente al primero(16).

En nuestro estudio, un elevado porcentaje de sujetos usaban IECA (36,5%) o ARA II (22,9%) como monoterapia, semejante a lo reportado previamente en Maracaibo para los IECA (24,2%)(46), sin embargo, desconocemos con precisión la raza de dichos sujetos, por lo que no podemos afirmar si estos eran los fármacos más adecuados. Independientemente de esto, resulta evidente que deben revisarse las prescripciones dadas a estos pacientes, ya que 74,5% de los que recibían monoterapia no tenían control adecuado de la PA, lo que indica que muy probablemente requieran de un segundo fármaco antihipertensivo o del aumento de las dosis del mismo, así como también debería reformularse el tratamiento de quienes recibían terapia combinada, ya que el 60% de ellos tampoco logró regular su PA con este esquema terapéutico.



Continua: Conclusión

Adherencia al tratamiento farmacológico para la diabetes e hipertensión en sujetos de dos comunidades del Municipio Sucre. Estado Miranda. Venezuela
Introducción
Metodología
Resultados
Discusión
Conclusión
Bibliografía

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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