"Muchos de mis conocidos criticaron mi actitud porque la consideraban mucha ilusión y utopía. No hice caso y seguí adelante."

En 1954 viajó a Sao Paulo, después de ganar uno de los puestos reservados para estudiantes extranjeros que cursarían estudios médicos. Comenzó entonces sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, donde pronto se hizo admirar por su dedicación como excelente alumno por Dasio Do Amaral y Luís Rey, dos expertos parasitólogos brasileños.

Su vocación se manifestó no solo en los estudios, sino también en su concepción humanitaria de cada uno de los pacientes. Su hermana Ana Teresa, trae a su memoria las conversaciones que mantuvo con Witremundo acerca de su estadía en Brasil: "En una ocasión Witre nos contó que en la Universidad de Sao Paulo, los muchachos hacían practicas de curetajes, porque el aborto era permitido. En esa época las mujeres hacían fila y les hacían el curetaje sin anestesia. Todos los muchachos hacían sus curetajes, él se negó a hacerlo. En una oportunidad un compañero le dijo Ah, chico, con esa actitud tuya, no vas a aprender, las cosas como deben ser, él le respondió, Yo lo haría el día que tu te atrevas a hacerle a tu hermana o a tu esposa un curetaje en esas mismas condiciones, si tú eres capaz de hacérselo a ellas entonces yo me atreveré a hacérselo a estas mujeres."

Tras los estudios regulares, que cursa sobresaliente, hizo breves pasantías en los laboratorios de diagnóstico. Posteriormente realizó su tesis doctoral sobre la amibiasis y el kala-azar, para finalmente obtener el título de Médico Cirujano en 1959.

En Abril de 1960, recién graduado de médico, regresó a Venezuela con muchas ideas e ilusiones. Traía consigo una sólida formación en medicina tropical, adquirida en la escuela brasileña, considerada la más moderna de Latinoamérica y que pretendía aplicar en nuestro país. Con el fin de materializar este objetivo, fundó la Cátedra de Parasitología de la Universidad de Carabobo junto al Dr. Amaral, donde comenzó a trabajar inmediatamente.

"Fue para mí una magnífica oportunidad poder trabajar inmediatamente después de graduado, en la materia de mi preferencia, al lado de un Maestro de las cualidades de Amaral, en la docencia y la investigación con dedicación integral o exclusiva, en mi propia tierra, es decir, cerca de mis familiares y siendo pagado por ello. "

Atraído por la docencia, Torrealba se propuso organizar y modernizar la Cátedra de Parasitología Médica de la Universidad de Carabobo. Durante la década de los 60 logró dotarla con una infraestructura para la actividad docente y científica que comprendió: local, laboratorio, vídeo, técnicos y una biblioteca, que organizó con la colaboración de su maestro Amaral y de Luís Iturriza, médico venezolano y compañero de promoción. Así mismo, edificó una modesta construcción para los laboratorios, que fue sede del primer bioterio para animales de experimentación, bajo la asesoría de Luis Rey.

Hurgó en la bilharziosis y en las parasitosis intestinales y se propuso establecer una cátedra modelo que incentivara la observación y la reflexión de los estudiantes de los cursos iniciales en medicina. El resultado fue una cátedra actualizada, dedicada al estudio de la problemática parasitológica regional, donde se estudiaban las enfermedades rurales como principal preocupación.

Su prestigio científico lo convirtió en pionero de las actividades de extensión universitaria, no sólo en cuanto a la prestación de servicio, sino también a la organización con carácter institucional e interdisciplinario, de trabajos de campo para que los estudiantes pudieran tener vivencias relacionadas con la realidad socioeconómica y su relación con múltiples enfermedades.

Su hermana Ana Teresa, quien lo acompañó en algunas de esas "excursiones", recuerda: "Cuando él vino de Brasil, hacía viajes de campo con estudiantes tanto de la Universidad de Carabobo como de la Universidad Central. Era famoso, porque tenía una capacidad de trabajo casi sobrehumana, diría yo, no se daba cuenta de la hora ni se acordaba de nada. Una vez vio a Rafael, mi hermano, sentadito y triste y le preguntó ¿Qué te pasa Rafael? Entonces Rafael respondió No, yo no tengo nada, sino que son las 2:00 de la tarde y no hemos comido nada".

En otra ocasión, cuando Ana Teresa estudiaba medicina en la Universidad Central de Venezuela participó en un viaje de campo para los estudiantes de tercer año. "Estuvimos trabajando todo el día: en la mañana con los pacientes, en la tarde con animales y como a las 7:00 de la noche llegamos exhaustos a la casa donde nos íbamos a quedar y él sacó un microscopio para que el Dr. Amaral nos mostrara unos parásitos. Nosotros, a pesar de que estabamos muy cansados vimos las muestras, porque nos daba pena decir que no, pero cuando por fin creíamos que todo estaba listo, como a las 10:00 de la noche nos dijo Bueno, se acomodan. Hay que ponerse unas camisas manga largas, porque vamos a cazar mosquitos.

Nos llevó al interior del bosque donde montamos una malla larga con una luz, allí empezamos a capturar flebótomos hasta las 2:00 am. Terminamos agotados porque además, al día siguiente Witremundo nos levantó a las 6:00 de la mañana, para empezar de nuevo la jornada, ya que teníamos que estar tres días en trabajo de campo. Tenía una capacidad de trabajo descomunal."