Edición especial COVID-19 Abril-Diciembre 2020 82
ISSN 1317-987X
 
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Monografías docentes
Morfogénesis maxilo-mandibular

Introducción

El estudio morfológico de la cabeza comprende su origen o Embriología, el aspecto adulto macroscópico (Anatomía) y microscópico (Histología); en su morfogénesis se aprecian diversas secuencias biológicas con aparición y posterior desarrollo de diversas agrupaciones celulares hasta su estadio definitivo, valiéndose de sus mecanismos propios: diferenciación, crecimiento, migración, inducción y apoptosis. La cabeza se forma del mesénquima de las placas laterales y paraaxiales del mesodermo, células de la cresta neural, y arcos faríngeos (1) e incluye dos áreas anatómica, embriológica y funcionalmente bien diferenciadas: la cara y sus cavidades o esplacnocráneo y la cavidad craneana o neurocráneo. (1) (2) (3) (4) (5).

El neurocráneo desde la 5ta semana de desarrollo rodea las vesículas encefálicas en desarrollo, deriva principalmente de las somitas y del mesénquima encefálico, y a su vez se divide en dos partes: el desmocráneo, formado por los huesos de la bóveda, planos y con osificación desmal o membranosa y condrocráneo, formado por los huesos de la base que presentan osificación endocondral.

El esplacnocráneo deriva del desarrollo de seis arcos, cuatro hendiduras y cinco evaginaciones o bolsas, todas con la denominación de faríngeos o branquiales, que aparecen entre la cuarta y quinta semana siguiente a la fecundación y están formados por tejido mesenquimal con un centro cartilaginoso o de cresta neural y de mesodermo (10), delimitadas exteriormente por ectodermo e interiormente por endodermo; entre estas dos capas está comprendido el mesodermo y un arco aórtico. (Ver fig.1).


Figura 1. Aspecto horizontal de arcos, hendiduras y bolsas faríngeas o branquiales (Dibujo inspirado en literatura previa)

Del mesodermo de cada arco faríngeo se diferencian cartílago y músculo, y después, para inervar estas estructuras, penetra en cada uno de ellos un nervio craneano. En el final de la cuarta semana del desarrollo embriológico, aparecen las prominencias faciales frontonasales formadas del mesénquima derivado de las crestas neurales y de los dos primeros arcos: las prominencias maxilares y las mandibulares, luego, en ambos lados de la prominencia frontonasal, se diferencian las placodas nasales u olfatorias. (Ver fig 2)

Figura 2. Prominencia faciales frontonasales, proceso maxilar y mandibular (dibujos inspirados en literatura previa)

El primer arco faríngeo se denomina arco mandibular porque va a dar lugar a la mandíbula, el mesénquima de su centro se condrifica dando lugar al cartílago mandibular o de Meckel que finalmente acabará atrofiándose pero que antes ampliará su función de soporte para que el mesénquima que lo envuelve inicie su osificación que será mayoritariamente membranosa o desmal (6) (7) (8). En este arco se forman unas prominencias a cada lado de la parte posterior de su borde superior, son los procesos maxilares que se expanden anteriormente sin llegar a unirse entre sí, ya que entre ambos se interpone el proceso frontal; en el centro del proceso maxilar el mesénquima se osifica, y da lugar al hueso de su mismo nombre (9) (10).

El espacio ectodermal que queda entre los procesos frontal y maxilares por un lado y el arco mandibular por el otro, se invagina, es el estomodeo y representa la futura boca separada del intestino anterior primitivo por la membrana bucofaríngea.

La musculatura masticatoria también se forma a partir del primer arco faríngeo (músculo: temporal, masetero, pterigoideo lateral y pterigoideo medial). El primer arco faríngeo es inervado por el nervio trigémino (V par craneal), con sus ramas oftálmicas, maxilares y mandibulares.

En la cara se encarga de inervar la musculatura masticatoria, el tensor del velo del paladar y tensor del tímpano (11), además de inervar sensitivamente el cuero cabelludo y frente, párpado superior, la córnea, la nariz, la mucosa nasal, los senos frontales y partes de las meninges (nervio oftálmico), el párpado inferior y la mejilla, dorso y punta de la nariz, el labio superior, los dientes superiores, la mucosa nasal, el paladar y el techo de la faringe, los senos maxilar etmoidal y esfenoidal (nervio maxilar) y labio inferior, dientes inferiores, alas de la nariz, barbilla y la sensibilidad de los 2/3 anteriores de la lengua (nervio mandibular)

Morfogénesis maxilo-mandibular
Introducción
Osificación craneofacial
Osificación del hueso maxilar
Osificación de la mandíbula
Referencias bibliográficas

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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