Enero-Marzo 2021 85
ISSN 1317-987X
 
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Conferencia
 




Darwinianas: Relevancia de Darwin en nuestro universo de ideas.

Confrontaciones externas y resistencias a los cambios.

El Origen de las Especies fue todo un éxito desde su primera edición: algo más de 1200 copias en noviembre de 1859, agotadas casi de inmediato, lo cual hizo necesario un nuevo tiraje de 3000 más en enero de 1860. Unas seis ediciones salieron de la imprenta en vida de Darwin. La obra tuvo difusión internacional y pronto se hizo evidente el enfrentamiento entre la ciencia, el estudio de las evidencias, las conclusiones basadas en derivar leyes a partir de los hechos, y el pensamiento de fe, evidentemente enraizado en la tradición religiosa.
Figura 6. Primera Edición del Origen de las Especies.
 
Figura 7. El Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford (centro) fue la sede del debate de 1860. Izquierda: H. Huxley. Derecha: El Obispo de Oxford Samuel Wilberforce.
 
A los nueve meses de su publicación se produjo el primer debate serio entre ambas formas del pensar y saber. Ocurrió en la biblioteca del museo de la Universidad de Oxford, en una reunión de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia. Se calcula que asistieron a la discusión más de 700 personas (algunos dicen que llegaban a mil). Darwin sin embargo se abstuvo de asistir aduciendo problemas de salud. Después de presentaciones preliminares tocó el turno de exponer al propio Obispo de Oxford, Samuel Wilberforce, conocido por su labia y capacidad para aplastar a sus oponentes. Confiado y apoyado por asesores de mayor dominio en la biología de la época atacó sin piedad la obra de Darwin. El defensor de Darwin fue Thomas H. Huxley, a quien desde entonces se le conoció como el bulldog de Darwin. Aparte de los razonamientos basados en la fe y la religión, el Obispo Wilberforce criticó la validez de los datos de Darwin y argumentó que la mayoría de los verdaderos hombres de ciencia no apoyaban la teoría de Darwin. Sin embargo su discurso no tuvo el peso que esperaba y se le recuerda más por el ataque a Huxley al preguntarle si su conexión con los simios venía por parte de su madre o del padre. Huxley no perdió la oportunidad para responder que prefería estar emparentado con un simio antes que con alguien que usaba su estatus y dotes para oscurecer la verdad.  El conflicto entre el creacionismo y el evolucionismo que había comenzado, ha permeado hasta nuestros días. Es un campo donde se enfrentan las características humanas de dos modos de pensar. Una modalidad arcaica e históricamente primitiva, además típica de los años infantiles y que persiste de una manera u otra, solapada o abiertamente en los adultos, y que es el modo del pensamiento basado en la creencia y la fe. El otro modo es relativamente nuevo en la historia de la humanidad, y ha avanzado con rapidez desde los años de la creación de la Royal Society. Esta es la modalidad científica. Está basada en el estudio y razonamiento ante las evidencias y los hechos. Se apoya en la demostración y en la explicación; se aleja de la convicción por la creencia o la fe, y en el sujeto, corresponde a una forma de pensar madura. Implica generalmente duelos al tener continuamente que avanzar, comprender y abarcar más, dejando atrás creencias y convicciones no comprobadas, pero que de alguna manera dan seguridad y tranquilidad.
Leyes, religión y educación.
“Dayton trial is the beginning of a great battle between infidelity and Christianity.”[1] (John W. Butler, julio de 1925.[2])
Durante el verano de 1925 en la pequeña ciudad de Dayton (Tennessee) se celebró un famoso juicio de siete días. Los fiscales acusaron a un profesor por enseñar conceptos de evolución derivados de las teorías de Darwin. El joven de 24 años John Thomas Scopes era el entrenador deportivo y profesor de ciencias en la escuela secundaria local. Poco antes había entrado en efecto una ley (Butler Act) que prohibía la enseñanza de la teoría de la evolución de manera distinta a como quedaba contemplada la creación en la Biblia, en todas las universidades o escuelas que recibieran algún subsidio estatal.
Figura 8. Dayton (Tennessee) durante el tiempo del juicio. A: Calle Principal. B: La escuela secundaria estatal. C: Propaganda de la liga anti-evolucionista. D: Cobertizo con letreros de “Lea la BiBlia”.
 
Un empresario local logró convencer al profesor para que hiciese pública su intención de violar la ley y enseñar en clase las teorías de Darwin. Pensó que un juicio así daría publicidad al poblado. No contaba sin embargo con que al poco de ser arrestado el profesor Scopes, un paladín del estudio y la enseñanza de la Biblia, William Jennings Bryan (1869-1925), abogado, tres veces candidato a la presidencia de los Estados Unidos, secretario de estado bajo la presidencia de Woodrow Wilson y opositor acérrimo a la teoría de la evolución, tomaría el caso como bandera. El pueblo de Dayton además era muy conservador y practicante religioso, así que hicieron una fiesta con la noticia y emocionalmente se prepararon para arrasar todo vestigio de evolucionismo en el estado, lo cual implicaba también un juicio poco justo para Scopes. Después de algunas incertidumbres, surgió el candidato para la defensa. El abogado Clarence Seward Darrow, agnóstico, ilustrado y defensor de libertades, hombre de avanzada, conocido y rival de Bryan, se ofreció para ser el defensor. El juicio trascurrió en siete jornadas en las cuales se enfrentaron no sólo los abogados sino los distintos modos de pensar. Bryan tenía a su favor el hecho de la violación de la ley por parte de Scopes, lo asistía su locuacidad, fervor religioso y las simpatías de la mayoría de los habitantes del pueblo. Hasta fue nombrado coronel honorario por parte de las autoridades, y veía con simpatía que en la corte el juez John Raulston iniciara las sesiones con una oración, hecho que desde el primer momento objetó Darrow, logrando la rechifla de la audiencia. 
Figura 9. Al centro, el professor John T. Scopes. A la izquierda William J. Bryan. A la derecha Clarence Darrow.

Desde el principio las cosas fueron mal para el acusado. Fue difícil constituir un jurado aceptablemente imparcial. La defensa trajo siete científicos de renombre internacional que debían atestiguar a favor, y todos fueron negados por el juez por considerar irrelevante el testimonio de expertos. Al final Darrow tomo la decisión de llevar al estrado como testigo al propio Bryan. Su interrogatorio puso en evidencia las características del pensamiento de fe en su colega:

DARROW—Sr. Bryan ¿Considera que la primera mujer fue Eva?

BRYAN--Sí.

DARROW--¿Cree que literalmente fue hecha a partir de una costilla de Adán?

BRYAN—Sí lo creo.

DARROW--¿Llegó a saber donde encontró Caín a su esposa?

BRYAN--No, señor, yo dejo a los agnósticos que la busquen.

DARROW--¿Nunca llegó a saberlo?

BRYAN—Nunca he tratado de buscarla.

DARROW--¿Nunca…?

BRYAN--No.

DARROW—La Biblia dice que encontró esposa, ¿No? ¿Había otras personas en La Tierra en ese entonces?

BRYAN—No podría decirlo.

DARROW-- No podría decirlo. ¿Alguna vez consideró esa posibilidad?

BRYAN—Nunca me preocupó.

DARROW—No había registro de otros, pero Caín consiguió una esposa…

BRYAN—Eso es lo que dice la Biblia.[1]

En otra serie de preguntas, Darrow planteaba a Bryan cómo era la duración de los días durante la creación (como saber que era un día antes que existiera el sol), o la edad de La Tierra: sólo unos cuantos miles de años para Bryan de acuerdo a cálculos basados en la edad de los profetas, etc. Darrow pedía a Bryan reflexionar, y Bryan argumentaba que no era necesario cuando todo estaba ya escrito en la Biblia.  A pesar de todo el esfuerzo de Darrow, el profesor Scopes fue sentenciado. Pero el juez, probablemente cuidadoso por no hacer que Dayton fuera considerado en extremo retrógrado en una época electoral, aplicó la sentencia mínima de multa de 100 dólares. Darrow, aún así, quiso apelar y llevar el caso a una corte superior para tratar de abolir la ley estatal, pero no lo logró. Bryan por su parte se indignó ante la ligera sentencia. A pesar de sus protestas y querer hacer del caso un motivo para castigo ejemplar, tuvo que aceptar ver al profesor Scopes salir en libertad.  Bryan paso un par de días más en Dayton preparando un ensayo que habría deseado leer al final del juicio (a lo cual se opuso Darrow). Luego hizo arreglos para publicarlo, viajó el sábado de esa semana a dar un discurso en Winchester (Tennessee) y regresó el domingo a Dayton para completar su ensayo. Dirigió la oración en el servicio dominical de la iglesia local, almorzó con su señora y se acostó a dormir una siesta de la cual nunca despertó. Su discurso final, el cual no llegó a dar, concluía con la frase de una conocida canción sobre la fe de nuestros padres[2], cuya última oración promete a la fe, fidelidad hasta la muerte.  Hasta hace muy poco existían leyes que prohibían la enseñanza del evolucionismo en algunos estados de los Estados Unidos. En Arkansas una profesora de ciencias (Susan Epperson) demandó la nulidad de una ley estatal que planteaba esa prohibición y logró una sentencia favorable amparada en la ley de la libertad de expresión. En 1975 se abolió una ley que exigía igual tiempo de enseñanza o exposición a las ideas evolucionistas y creacionistas en el estado de Tennessee, pero los creacionistas comenzaron a dar vida a un movimiento de “ciencia de la creación” o “creacionismo científico” que en esencia desaprueba todo tipo de evidencia científica biológica, geológica, etc. del origen del universo, La Tierra y la vida, a favor de una explicación próxima a la literal bíblica. El Instituto Discovery para la Ciencia y la Cultura, con sede en Seattle se ha constituido en la fuente contemporánea más importante para la defensa del nuevo creacionismo científico, aboga por la creación basada en diseño y por supuesto el anti-evolucionismo.
Figura 10. Escenas del juicio. A la izquierda, Darrow y Bryan en el salón de la corte. A la derecha, Darrow interroga a Bryan en una audiencia al aire libre debido al calor.
 


[1] Traducción libre de la trascripción del juicio.

[2] “Faith of our fathers--Holy faith; We will be true to thee till death!"



[1] “El juicio de Dayton es el comienzo de una gran batalla entre la infidelidad y el cristianismo”.

[2] John Washington Butler era un hacendado en Tennessee con algunas aspiraciones líticas. Preocupado porque la enseñanza de la evolución apartara a los jóvenes de la religión, presentó un proyecto de ley que prohibía la enseñanza de la evolución en las escuelas estatales. El proyecto fue aprobado por la corte estatal (75 votos a favor y uno en contra) y entró en vigencia el año 1925.

 
 
 
Darwinianas: Relevancia de Darwin en nuestro universo de ideas.
Introducción
Las primeras confrontaciones
Confrontaciones externas y resistencias a los cambios.
Nuevas líneas del darwinismo y evolucionismo.
Comunicación y globalización.
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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