Octubre-Diciembre 2007 33
ISSN 1317-987X
 
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Casos Clínicos
 





Divertículo de uretra femenina. a propósito de un caso clínico

Introducción

El primer divertículo uretral femenino fue descrito por Hey en 1805. Desde ese informe inicial, los divertículos uretrales se diagnostican cada vez con más frecuencia. A pesar de una mayor conciencia en los últimos años, continúan pasando desapercibidos durante la evaluación rutinaria de la mujer con clínica miccional porque los síntomas del divertículo uretral simulan otras patologías. Este trastorno debe sospecharse en mujeres con dolor pélvico, incontinencia urinaria y síntomas miccionales irritativos que no responden al tratamiento (1). Del mismo modo, durante el embarazo, aunque raros, es importante diagnosticarlos dado que se asocian con alta morbilidad y causan serias complicaciones (2). Se han propuesto varias teorías para explicar la etiología de los divertículos uretrales femeninos, los cuales pueden ser congénitos o adquiridos (1). Patológicamente, consisten principalmente en tejido fibroso, varían en tamaño, forma y tipo de comunicación con la uretra (1). Los síntomas son variables: infecciones recurrentes del tracto urinario (40%), dolor pélvico (48%), incontinencia urinaria (35%), dispareunia (35%), disuria, frecuencia y urgencia urinarias (22%), nicturia, sensación de vaciamiento vesical incompleto y multitud de otros síntomas del tracto urinario inferior inespecíficos (3). Los síntomas más específicos son goteo terminal prolongado o micción babeante (11%), y masa vaginal anterior (16%) (4). Por otra parte, pueden ser asintomáticos y ser un hallazgo incidental durante la cirugía vaginal en 9% de casos (1). En la exploración física se puede palpar una masa en la pared vaginal anterior hasta en el 52% de los pacientes, que puede ser dolorosa y drenar a la uretra al presionarla en el 27,5% de casos (5). La ultrasonografía es la primera prueba no invasiva a realizar (6). La urografía de eliminación casi no se recomienda dado que tiene una sensibilidad de tan sólo el 24% (7). La cistouretrografía miccional puede definir la localización, tamaño y número de divertículos. Los defectos de repleción sugieren la posibilidad de cálculos o tumores en su interior (1). Las imágenes de resonancia magnética (RM) evalúan de forma no invasiva los detalles anatómicos tanto de la uretra como de los tejidos periuretrales, mejor que los estudios radiográficos convencionales con medios de contraste y la ultrasonografía (8). El diagnóstico diferencial de una masa de la pared anterior vaginal incluye: divertículo uretral, absceso de la glándula de Skene, ureterocele ectópico, quiste del conducto de Gartner, quiste de resto mülleriano, quiste de inclusión vaginal, carcinoma de células claras vaginal, carcinoma originado en divertículo uretral, quiste parauretral. La consistencia firme o dura puede delatar la presencia de litiasis o neoplasia en el divertículo. (9,10) Los divertículos uretrales femeninos pueden complicarse con infección y litiasis en un 10% de casos (11), obstrucción en el tracto de salida vesical, y malignización en un 5% de casos. Un divertículo uretral muy grande puede causar retención urinaria aguda (1).




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Caso clínico
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Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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