Enero-Marzo 2008 34
ISSN 1317-987X
 
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Psiquiatría
Psicosis Histérica o Trastorno Disociativo Psicótico. El Problema de la Nosología Psiquiátrica

Introducción

La enorme influencia que tienen actualmente las neurociencias y el estudio del cerebro ha llevado a que la investigación de las psicosis se haya centrado en la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Esto ha actuado en perjuicio de la investigación de los factores psicosociales y del estudio de otras manifestaciones psicóticas, como las psicosis agudas y transitorias. Mojtabai (Mojtabai 2005) en el Tratado de psiquiatría de Kaplan y Sadock, señala que hay dos posturas actuales sobre la psicosis histérica. La que parece estar logrando el mayor consenso es la de aquellos que creen que se debería clasificar como una “tercera psicosis” (además de la esquizofrenia y la bipolar). La otra postura es la de aquellos que consideran que son variantes de una de estas otras dos. Una manera de demostrar cuál de estas dos posturas es la verdadera sería hacer estudios de seguimiento pero, como comenta Mojtabai, los pocos estudios de uno a cuatro años después del episodio, reportan cifras distintas. Señala que, por ejemplo, el danés y el realizado en New York encuentran otros diagnósticos de psicosis en la mitad de los casos en seguimiento; mientras el estudio alemán y el de La India encontraron otros diagnósticos en un 16 a 27% y en su mayoría fueron trastornos del humor. Como diversos estudios reportan cifras variables de recurrencia de la psicosis histérica, los estudios de seguimiento tampoco zanjarían del todo la duda. Además, a mi modo de ver, la diferencia de resultados también se debe a la falta de criterios comunes para diagnosticar diversos episodios psicóticos agudos. Aún así, la validez de estos cuadros parece reforzada por el hecho de que tengan una alta prevalencia en África occidental, en la India y en las islas del Caribe y sean descritos de manera muy similar, a pesar de que estos países tengan tradiciones psiquiátricas muy distintas y estén separados por fronteras culturales y lingüísticas. Estudiar las diversas dificultades del diagnóstico y la nosología psiquiátrica no es el propósito de este trabajo, pero se harán algunos señalamientos al respecto pues tiene que ver con el problema que representa la psicosis histérica. En este orden de ideas, con frecuencia manejamos una polisemia diagnóstica que incluye términos supuestamente en desuso y ya superados, lo que demuestra que a pesar de las clasificaciones por categorías y los consensos, seguimos recurriendo a conceptos nosológicos anteriores porque utilizamos una mezcla de “comprensiones”, “intuiciones” e “inferencias”. Solemos creer que actuamos de un modo netamente racional y que nuestros diagnósticos se basan en el estudio pormenorizado de la sintomatología, de las inferencias que de allí surgen y de la aplicación de los criterios de las clasificaciones actuales. Sin embargo, parece ser que esto no es del todo cierto, tal como lo comenta en Mallorca el profesor de psicología Nicolau Llaneras (Llaneras 2007) quien, refiriéndose a la rapidez del diagnóstico psiquiátrico, cita varios trabajos (Gauron y Dickinson (1966), Sandifer (1970) y Kendell (1973, 1975)) que muestran que el diagnóstico psiquiátrico se establece en los primeros 3 a 5 minutos de la entrevista, para la mitad a tres cuartas partes de los casos, y se mantiene tres veces de cada cuatro al final de la misma. Resultados que son difícilmente compatibles con el diagnóstico por inferencias y obligan a plantearse que en realidad no sabemos cómo hacemos lo que hacemos. Concluye diciendo que “el diagnóstico psiquiátrico no es un acto de razonamiento inferencial sino de percepción sensorial”. Es “diagnostico por intuición” o en otras palabras, no es un dato de la sintomatología, sino una experiencia intensa e inmediata que permite entender los síntomas que vemos a posteriori. Recapitulando, el diagnóstico está signado por diversas dificultades, entre ellas, polisemia de términos, intuiciones, inferencias, escuelas de pensamiento, características personales y procedencia del profesional, prejuicios, etc. Ante todo esto, un mérito de las clasificaciones actuales ha sido intentar poner orden y, como dice Baca (Baca 2007) “hicieron el trabajo de una especie de ”. Pero aunque la precisión de los criterios diagnósticos ha mejorado la fiabilidad, los autores de la Guía de uso del DSM-IV-TR (First et al. 2005) reconocen que se ha reducido el papel del juicio clínico y que el aumento de la fiabilidad no siempre implica una mejora de la validez o de la utilidad clínica, Por tanto concluyen señalando que “Quizá la regla más importante para utilizar el DSM-IV-TR es que no debemos permitir que nuestro juicio clínico se vea obnubilado por querer ceñirnos de forma estricta a las reglas que aquí se indican”.
Retomando el problema nosológico de la psicosis histérica, algunos consideran que es una entidad demasiado difusa, poco valida, poco fiable y, por tanto, prefieren prescindir de ella. Sin embargo, ¿es acaso la esquizofrenia (la psicosis por excelencia de la psiquiatría) del todo válida y fiable? Tampoco lo es, como veremos a continuación. En cuanto a la fiabilidad, recordemos el famoso estudio (United States-United Kingdom Diagnostic Project) en el que se demostró que los americanos diagnosticaron más frecuentemente esquizofrenia que los británicos y que éstos diagnosticaron más frecuentemente psicosis depresiva (citado por First et al. 2005). Menos fiable aún es el diagnóstico de trastorno esquizoafectivo. Por otra parte, tampoco la validez de la esquizofrenia está del todo demostrada, como lo sugiere el título del libro de Alfonso Chinchilla M., “Las esquizofrenias”, que lleva a pensar en que hay más de una esquizofrenia. En el capítulo 1, los autores (Puente et al. 2007) comienzan señalando que hay preguntas que siguen sin dilucidarse: “¿la esquizofrenia es una entidad unitaria, sindrómica o incluso un constructo artificioso, una forma de reacción?, ¿o es expresión de una alteración estructural, química o de otra naturaleza?”.  Por todo ello, creemos conveniente buscar un mejor modo de ubicar la psicosis histérica, no volviendo a la polisemia anterior ni a denominaciones que ya han sido cuestionadas, sino utilizando los modelos de clasificación actuales, los cuales, a pesar de sus defectos y limitaciones, son lo mejor que tenemos y el producto de un ardua lucha de unificar la Babel nosológica anterior. Comenzaremos por describir algunas dificultades del diagnóstico, nosología y semiología psiquiátricos, así como las que plantean los conceptos de trastorno mental, psicosis, histeria y psicosis histérica.

Psicosis Histérica o Trastorno Disociativo Psicótico. El Problema de la Nosología Psiquiátrica
Introducción
Trastorno mental o enfermedad médica
Histeria y psicosis histérica en psicoanálisis
Conclusiones
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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