Enero-Marzo 2008 34
ISSN 1317-987X
 
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Psiquiatría
Psicosis Histérica o Trastorno Disociativo Psicótico. El Problema de la Nosología Psiquiátrica

Conclusiones

Con todas las dificultades que se han descrito para las clasificaciones nosológicas, en general, y para encuadrar en ellas diagnósticos como psicosis, histeria y psicosis histérica, la tentación sería dejar descansar en paz a las psicosis histéricas. Sin embargo, cuando observamos uno de estos casos aunque podemos clasificarlo como un trastorno de personalidad con un episodio psicótico, algo nos empuja a decirle al colega “parece una psicosis histérica o una bouffée delirante o una psicosis cicloide”. Por lo visto, no somos inmunes en psiquiatría a aquel dicho popular que dice: “no creo en brujas, pero de que vuelan, vuelan”. Hemos señalado que si recurrimos al DSM-IV se podría clasificar como “Trastorno Psicótico No Especificado” y también podría clasificarse como “Trastorno Psicótico Breve”. Si recurrimos al CIE-10, sabemos que éste se pronuncia por clasificarlo en el apartado de “Trastornos disociativos (de conversión)”, pero también cabría colocarlo entre los “Trastornos Psicóticos Agudos y Transitorios”, ya sea como “Trastorno Psicótico Agudo Polimorfo Con o Sin Síntomas de Esquizofrenia” o como “Otros Trastornos Psicóticos Agudos Con Predominio de Ideas Delirantes” o como “Trastorno Psicótico Agudo y Transitorio Sin Especificación”, entre otras posibilidades. En todo caso, considero que esta multiplicidad de posibilidades nosológicas, aunque muestra la dificultad de definir con validez y fiabilidad a la psicosis histérica, tampoco contribuye a que ello sea posible. Sabemos que si una utilidad tiene el perfeccionar un sistema nosológico es poder definir, identificar, comunicarse entre usuarios e investigar sobre una patología. Por tanto considero que, al contrario, al tener a la psicosis histérica dispersa en los sistemas clasificatorios, impide que éstos resulten útiles. Aún cuando no podamos siquiera decir si existe una o varias psicosis histéricas, si es un síndrome o si estamos ante un grupo diverso de psicosis agudas, o si en realidad son de origen psicógeno o traumático, y aunque no estén necesariamente relacionadas con un concepto tan escabullidizo y ambiguo como la histeria, considero que un modo de estudiarlas y someterlas a investigación es otorgarles un lugar específico y único en las clasificaciones. Dado que con frecuencia éste tipo de episodios psicóticos se producen en personas con trastornos neuróticos y/o de personalidad, y ya que no son esquizofrénicos, ni bipolares, ni psicosis tóxicas u orgánicas, considero que sería más apropiado clasificarlo dentro de los Trastornos Disociativos. Además, probablemente el episodio psicótico sea parte de un continuo y se produce cuando la parte neurótica de la personalidad y los mecanismos de defensa más maduros se ven desbordados por las circunstancias, emergiendo lo que Bion llamó la parte psicótica de la personalidad. Podría ser entre los Trastornos Psicóticos, pero dado que una de las características más repetidas entre autores es su relación con la sintomatología disociativa y/o conversiva (neurótica), su usual corta duración, y dado que al parecer frecuentemente se relacionan con la presencia de estrés y factores socio-psicológicos desencadenantes, considero que podría clasificarse entre los Trastornos Disociativos como “Trastorno Disociativo Psicótico”. Este diagnóstico no tiene por qué presuponer etiología (la cual queda por estudiar con más detalle) ni tampoco una orientación teórica particular ni una terapéutica específica. Sin embargo, el problema que quedaría por resolver es qué hacer con los diversos diagnósticos de “Trastornos Psicóticos Agudos y Transitorios”, puesto que lo que propongo es limitar las opciones clasificatorias para evitar la dispersión del diagnóstico según la preferencia, características personales, inclinaciones teóricas o lugar de origen del profesional, que como sabemos condicionan, y mucho, los diagnósticos. Dado que diversos autores han priorizado diversos síntomas (psicóticos, disociativos, afectivos, confusionales), cabría incluso añadir criterios dimensionales alternativos siguiendo el modelo que propone el Apéndice B del DSM-IV-TR para la esquizofrenia y señalando para cada dimensión la importancia de los síntomas. Los criterios dimensionales alternativos para el Trastorno Disociativo Psicótico, según los que más comúnmente se describen en las psicosis agudas, podrían ser:
a) Dimensión psicótica: si predominan las alucinaciones, delirios u otros síntomas psicóticos.
b) Dimensión afectiva: si predominan las fluctuaciones afectivas o afectividad inapropiada.
c) Dimensión disociativa - confusional: si predomina la sintomatología disociativa y/o
conversiva, o las conductas confusionales o desorganizadas.
Tal como lo sugiere el DSM-IV-TR para la esquizofrenia, se señalaría la significatividad sintomática de cada dimensión. Por ejemplo, se codificaría Trastorno Disociativo Psicótico, con dimensión psicótica ausente, dimensión afectiva moderada y dimensión disociativa - confusional grave. En todo caso, su ubicación específica permitiría determinar mejor su validez y estudiar su etiopatogenia, clínica y tratamiento.






Continua: Referencias

Psicosis Histérica o Trastorno Disociativo Psicótico. El Problema de la Nosología Psiquiátrica
Introducción
Trastorno mental o enfermedad médica
Histeria y psicosis histérica en psicoanálisis
Conclusiones
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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