Genética Enfermedad de Fabry: Desde el Aminoácido a la Clínica
Tratamiento clínico de la Enfermedad de Fabry
Durante muchos años el
tratamiento de la enfermedad de Fabry fue de tipo paliativo de acuerdo a los
síntomas del paciente, a saber: hidratación para mejorar la sensación de
sofocamiento, analgésicos en caso de dolores musculares o viscerales;
anticonvulsivantes como la carbamacepina para aliviar las acroparestesias, y la
diálisis en caso de falla renal terminal. Sin embargo, durante todo el siglo
XX, se investigó en la búsqueda de una terapia específica para esta enfermedad,
orientada a la obtención de la enzima específica que pudiera revertir el daño
causado por la deficiencia de la enzima antóloga.
IV.1.-Terapia Enzimatica
Estudios iniciales pilotos sobre la
terapia de reemplazo enzimático en hombres con enfermedad de Fabry Clásico,
consistieron en la administración endovenosa, tanto de una dosis única de
plasma fresco que contenía α-Gal-A activacomo una dosis única de enzima placentaria
parcialmente purificada [30,31]. Estos estudios demostraron que la
enzima obtenida de plasma o de placenta administrada por vía endovenosa, podía
disminuir el nivel de Gb3 acumulado en el plasma. En 1973, Kornfeld y col. [32],
inyectaron la enzima obtenida de placenta humana, y en 1979, Desnick y col. [26]
suministraron 6 dosis de preparación enzimática obtenida de plasma o de
bazo. En ambos estudios se evaluaron a 6 pacientes y se encontró que la concentración
de Gb3 circulante se reducía transitoriamente y se regresaba a valores de
pre-infusion en 48 horas. Estas investigaciones no determinaron los efectos de α-Gal-A
en los niveles tisulares de Gb3 [33]. En un estudio llevado a cabo por Desnick y
col. (1979) [26] en donde a dos hermanos que padecían la enfermedad
le administraron 6 dosis de α-GAL-A purificada de tejido esplénico o
plasma, en un período de 3 meses; encontraron que la enzima de origen esplénico
se depurada rápidamente de la circulación (tiempo de vida media 10 minutos),
diminuyendo transitoriamente de la circulación la concentración de Gb3;
mientras que la enzima derivada del plasma, más altamente sialilada, tuvo una
depuración más lenta (tiempo de vida media de 70 minutos) y mayor disminución
de Gb3 circulante. Posteriormente, en 1980 Desnick reportó una vez más, que dos
dosis de la enzima derivada plasma administrado los días 1 y 3, reducían los
niveles casi normales, el nivel de sustrato plasmático. Estos estudios
demostraron la viabilidad de la terapia de reemplazo enzimático para la
enfermedad de Fabry, el mayor obstáculo para enfrentar el problema era la
dificultad para a producir suficiente enzima purificada [34,35]. La viabilidad del tratamiento de la
enfermedad de Fabry con la Terapia
de Reemplazo Enzimático (TRE) con α-Gal-A, se basa en el hecho de que
las enzimas lisosomales que escapan al sistema de transporte del receptor del
aparato Golgi al compartimiento prelisosomal, son secretadas por las células y
con frecuencia son recaptadas por los receptores de manosa-6-fosfato de la
superficie celular, que regresan la enzima al lisosoma por endocitosis. El
estudio de Schifmann y col (2000)[33]
utilizando TRE con α-Gal-A, en pacientes con enfermedad de Fabry,
demostró que ésta enzima obtenida de fibroblastos humanos es segura y bien
tolerada a cualquier dosis. Histoquímica del hígado mostró que la
infusión de α-Gal-A está distribuida en varios tipos de células. La
mayor cantidad de la enzima, se detectó en las células de Kupffer y en las
células endoteliales sinusoidales; pero también se detectaron cantidades
significativas de la enzima en los hepatocitos. La enzima α-Gal-A, una vez unida a
su receptor de manosa-6-fosfato, es internalizada en la célula que contiene el
depósito de Gb-3. En todas las células renales de pacientes adultos con
enfermedad de Fabry, se ha reportado abundante cantidad de Gb-3; pero
especialmente en el epitelio glomerular y en las células tubulares renales. Es
por ello que en el sedimento urinario, puede medirse la presencia de
glucoesfingolípidos acumulados en las células tubulares descamadas. En el día
28 después de la administración de la enzima en la dosis indicada, se observó
en el sedimento urinario un descenso significativo en la excreción de Gb-3. La
reducción tardía de Gb-3 podría reflejar el lento intercambio de las células
tubulares, y también señalaba una entrega o un aporte efectivo y eficiente de
la enzima a las células epiteliales del túbulo renal; además, estos resultados
sugieren que la enzima es activa por un período de tiempo significativo y
provee una correlación funcional para la observación de una vida media hepática
prolongada. Estos resultados demostraron que las
infusiones únicas de α-Gal-A obtenida de fibroblastos humanos
transfectados son seguros y bioquímicamente activos en pacientes con enfermedad
de Fabry. La actividad biológica de la enzima está determinada principalmente,
por el tiempo de permanencia de la enzima activa, dentro del lisosoma de varios
tejidos. La vida media corta y larga en plasma en los tejidos, respectivamente,
sugiere que la enzima puede administrarse semanal o quincenalmente [33]. Se han obtenido 4 isoformas de α-Gal-A
recombinante: AGA-1, AGA-2, AGA-3 y AGA 4, las cuales varían en el número de
residuos de ácido siálico y manosa-6-fosfato, las cuales tienen una
farmacocinética y una distribución tisular similar. Aunque las formas
glicosiladas más sialiladas (AGA-1 y AGA-3) permanecen por más tiempo en la circulación,
la biodistribución de las 4 isoformas fue similar; ya que aproximadamente el
95% de cada una de ellas era recuperada en el hígado y el resto (5%) en el bazo
y el riñón. Probablemente, la mayor captación hepática se debe a la presencia
de los receptores de manosa en el sistema reticuloendotelial, y de los
receptores de manosa-6-fosfato lisosomal intrahepático. El Gb3 acumulado en el hígado se depuraba
rápidamente, y por más de 4 semanas permanecía indetectable, mientras que las
concentraciones de Gb3 a las 2 y 3 semanas post-inyección en el bazo y el
corazón disminuyeron notablemente respectivamente, posterior a lo cual
comenzaba a reacumularse en dichos órganos. Estos hallazgos sugieren que la
administración quincenal de α-Gal-A puede degradar el Gb3 acumulado y
prevenir su reacumulación. Se observó un descenso pronunciado del
depósito lisosomal de glucolípidos en los pericitos del músculo liso vascular,
en fibroblastos, histiocitos del corazón, en las células de Kupffer y en los
túbulos renales. La observación de numerosas vacuolas translúcidas limitando el
sinusoide hepático después de la administración de la enzima, sugiere que la
enzima α-Gal-A es endocitada dentro de los endosomas, para su
posterior distribución a los lisosomas, que contienen el sustrato depositado. Debido a que la enzima α-Gal-A
no es activa a pH sanguíneo neutro, y que los glucoesfingolípidos circulantes
son transportados por lipoproteínas plasmáticas sintetizadas en el hígado, se
sugiere que después de la administración de la enzima, el descenso en los
niveles plasmáticos de Gb3, es el resultado de la depuración del sustrato
depositado en los tejidos [35]. Para las infusiones de r-hα-Gal-A, los
datos del tiempo de concentración mostraron un perfil no lineal,
dosis-dependiente, consistente con una depuración de la enzima circulante, a
través de las vías saturables y no saturables. A los 60 minutos de una infusión
de 0.3 mg/kg de peso, y a los 90 minutos de una infusión de 1 y 3 mg/kg de peso,
la concentración plasmática promedio alcanzó el 80% del valor pico. Cuando las
infusiones se completaron, las concentraciones promedio cayeron a la mitad del
valor pico dentro de los 15, 20 y 45 minutos para concentraciones de 0.3 a 3 mg/kg de peso, respectivamente.
Para todos los grupos de infusión, las concentraciones plasmáticas de Gb3 se
redujeron de una forma dosis-dependiente. Antes del tratamiento, todos los
pacientes tenían niveles plasmáticos de Gb3 elevados, en un rango entre 2 a 53.9 ng/μl (promedio de
17.1 + 12.8 ng/μl); el nivel normalde Gb3 es menor de 1.2 ng/ μL. A una dosis de 0.3 mg/kg de peso, los niveles
plasmáticos de Gb3 en pacientes que reciben r-hα-Gal-A quincenal,
tendieron a disminuir con cada administración, alcanzando un valor bajo en la
quinta infusión. En contraste, en los pacientes que recibieron la enzima a la
dosis de 3 mg/kg de peso, quincenalmente, los niveles de Gb3, depuraron
totalmente después de la primera infusión, y permanecieron indetectable a los
largo de todo el estudio. Dos de los tres pacientes que recibían la enzima
recombinante a la dosis de 1 mg/kg de peso, quincenalmente, mostraron también
una depuración de Gb3 plasmática después de la primera infusión, mientras
que el tercer paciente tuvo una reducción de los niveles de Gb3 plasmático;
pero nunca alcanzó niveles indetectables. Los pacientes que recibían la enzima
a la dosis de 1 ó 3 mg/kg de manera interdiaria, mostraron niveles de Gb3
bajos a la cuarta dosis, sin embargo, fueron menores que los niveles observados
en pacientes con un esquema quincenal [36,37]. Las variaciones en los niveles celulares
de glucoesfingolípidos y en la respuesta tisular a la enzima recombinante,
reflejan la síntesis endógena de glucolípidos y la tasa de recambio celular,
mientras que la diferencia en la depuración es una función de la captación
celular y lisosomal. En base a los estudios pre-clínicos en ratones con
enfermedad de Fabry, se sabe que el hígado es el órgano que muestra los niveles
más altos de captación enzimática; todos los regímenes de administración de la
enzima reducen marcadamente los niveles de Gb3 en ese órgano, y en pacientes se
ha observado la depuración hepática de Gb3 en un 84%, mediante la utilización
de la metodología de ELISA, en las biopsias pre- y post-tratamiento. Las
células endoteliales de los sinusoides hepáticos y las células de Kupffer
fueron casi totalmente depuradas de los glucoesfingolípidos. [36]. A nivel renal, el contenido vascular total de Gb3 es
un componente relativamente menor de la acumulación total de Gb3; además, en
los podocitos las inclusiones no se modificaron, por lo tanto la mayor
reducción de Gb3 proviene del túbulo, lo cual es el otro gran depósito de
Gb3. La alta depuración de Gb3 tubular, junto con la depuración del endotelio
vascular, sugieren el beneficio potencial de la función renal [36].
De todo lo que se ha planteado en esta
revisión, se puede concluir que la Enfermedad de Fabry es una Endoteliopatía de
origen enzimático, con compromiso multisistémico. Además es una Enfermedad de
abordaje multidisciplinario, para la pesquisa, el diagnostico, tratamiento y
pronóstico de la
Enfermedad. Por último, actualmente se puede decir que la
enzimoterapia es una realidad con resultados satisfactorios que mejoran la
calidad de vida de los pacientes y sus familiares.
NOTA:Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.
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