Hilda Pérez Carvajal
Apasionada de la investigación
Un gran paso en el estudio de la leishmaniasis
De regreso a Venezuela, Pérez se va por un año a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA). Allí, se percató del gran número de casos de leishmaniasis que atendía el Dr. Scorza, Jefe de la Facultad de Ciencias de la ULA, quien también llevaba a cabo una investigación sobre la enfermedad infecciosa.
Aunque siguió trabajando con el esquistosoma, le quedó esa inquietud pendiente. Intranquilidad que, de regreso a Caracas y aún sin formar parte del equipo, decide trabajar en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, pues dicha institución ofrecía las mejores condiciones para la investigación. Antes de venirse hablaron con el doctor Ítalo César, perteneciente al IVIC, pues querían subsanar la curiosidad de utilizar cepas endógamas de ratones para ver cómo eran las manifestaciones clínicas de la leishmaniasis en ellas, pues se manejaba la tesis de que dichas expresiones dependían de las distintas variedades del parasito, las cuáles eran responsables de engendrar o dar lugar a dichas expresiones.
Así, el experimento con animales de un mismo background genético permitiría saber sí una misma cepa de leishmania frente a distinta constitución genética puede crear distintas manifestaciones clínicas o la misma. "Lo que yo me planteé es que la constitución genética del hospedador tendría mucho que ver con la expresión de esas manifestaciones clínicas, porque eso va estar relacionado con su respuesta inmunitaria y con una serie de factores que son los que a la larga llevan a ser determinantes", aclaró Pérez.
Realizaron el estudio con animales y lograron ser los primeros a nivel mundial en demostrar que las manifestaciones clínicas de la leishmaniasis cutánea americana sí están relacionadas, en buena parte, con la constitución genética del individuo. "En ese momento, definimos sistemas experimentales que permitían estudiar esas manifestaciones clínicas. Digamos un modelo de la leishmaniasis cutánea que pudiera remitir espontáneamente, que se transformase, por ejemplo, en una enfermedad crónica y progresiva. Ese es un modelo que nosotros explotamos durante quince años", explicó la científica.
Durante esos trabajó duro, así como lo hizo desde el 2000 al 2005, pues ejerció, al mismo tiempo, la Jefatura del Centro de Microbiología y Biología Celular del IVIC que llevaba a cabo 44 proyectos, un insectario, postgrados y publicaciones; además era la responsable del Laboratorio de Inmunoparasitología de la misma institución. Disciplina, trabajo fuerte, enorme motivación por la investigación y un buen equipo son los pilares que, según esta investigadora, la ayudaron a mantener todos esos proyectos funcionando eficazmente.
Actualmente, continúa en la Jefatura del Laboratorio de Inmunoparasitología, dirige tres estudiantes doctorales y otras dos estudiantes que están muy vinculadas al Ministerio de Salud y Desarrollo Social, en especial, en el área de malaria, especialidad que más le agrada, pues considera fundamental transmitir la importancia de mantener una interrelación entre el problema en el laboratorio y el problema de salud pública. |