Octubre-Diciembre 2004 21
ISSN 1317-987X
 
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Salud hoy
 





Resistencia Bacteriana en Venezuela:Reportes clínicos suplen carencia de nuevos fármacos

Sistema venezolano de vigilancia


La perenne lucha por acabar con las bacterias ha generado logros importantes. Por ejemplo, el Programa Venezolano de Vigilancia de Resistencia Bacteriana fue creado en 1988 por el Dr. Oswaldo Carmona, profesor de Microbiología de la Escuela José María Vargas; y empezó con apenas ocho laboratorios de Microbiología, tanto públicos como privados. Hoy día, ya son 36 las instituciones que lo conforman a lo largo del territorio nacional.

A través del software especial Whonet, propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y usado por más de 300 países del mundo, los profesionales de la medicina envían sus reportes de resistencia al centro de codificación, que funciona en el Hospital Vargas de Caracas.

Como lo explica el Dr. Julio Castro, “se conglomeran los datos de resistencia, basados en bacterias y antibióticos, y luego esa información está disponible para los médicos que quieran utilizarla. Cada bacteria o cada grupo bacteriológico tiene algunas particularidades, pero el proyecto está fundamentado en la vigilancia de todas las bacterias que se aíslan en todos los laboratorios”.

Desde sus orígenes, el Programa Venezolano de Vigilancia es patrocinado totalmente por la industria farmacéutica, específicamente por Laboratorios Pfizer, “que es una labor muy encomiable. Laboratorios Pfizer y la industria farmacéutica han cambiado mucho y han cambiado las personas, pero el compromiso de ellos hacia el programa ha seguido”, señala el Dr. Manuel Guzmán.

Es decir, que al Estado venezolano no le cuesta nada. Como lo destaca el Dr. Castro, “es una iniciativa no gubernamental. Hasta el momento, el gobierno ni financieramente, ni conceptualmente, tiene algo que ver con el Programa Venezolano de Vigilancia de Resistencia Bacteriana. Nunca ha tenido participación. Yo digo que ha habido alguna cercanía entre el Ministerio de Salud y el programa para tratar de establecer algunas políticas, pero el programa no depende del Estado y nunca ha dependido de él”.

Al tener un Programa de Vigilancia, los especialistas venezolanos cuentan con una base de datos actualizada que les permita conocer la sensibilidad de determinados antibióticos antes de ser aplicados en los pacientes. Según el Dr. Guzmán, “si uno tiene un programa de vigilancia, sabe cuáles son los problemas mayores; sabe cuales son los mejores antibióticos y eso ayuda mucho”.

La Dra. Cáceres también reconoce la utilidad de este complejo sistema de vigilancia, el cual, a su juicio, resulta trascendental en una doble vertiente: “Primero, porque nos permite detectar dónde están los problemas más graves, a dónde tenemos que hacer énfasis. Segundo, porque nos permite saber, en cada centro y a nivel nacional, cuáles son los antibióticos que nosotros podemos usar de entrada en pacientes que llegan gravemente enfermos y que a veces no sabemos cuál puede ser la resistencia y la sensibilidad. Si nosotros conocemos esa resistencia de base, podemos escoger mucho mejor el antibiótico que le vamos a poner a un paciente cuando llega con una infección determinada”.


Estado nacional: ¡Presente!
Cuando el Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS) declaró, en noviembre de 2002, que la resistencia a los antimicrobianos era un problema de salud pública, el Estado venezolano comenzó a preocuparse seriamente y a tomar medidas para solventar ese fenómeno bacteriano.

Como lo afirma el Dr. Manuel Guzmán, “se desarrolló un formulario terapéutico nacional en el cual se procura que estén todas las cosas que hacen falta, y eso de alguna manera obliga al Estado a que lo que está en ese formulario no falte en los hospitales”.

También está la cuestión legal. Según Guzmán, en la actualidad se está trabajando en la posibilidad de elaborar una reglamentación que normalice la comercialización de antibióticos en el país.

En Venezuela existe una Ley de Medicamentos, desde el 3 de agosto de 2000, la cual, entre otras cosas, obliga a los galenos a prescribir adecuadamente los fármacos a sus pacientes y prohíbe la venta de medicamentos no registrados. Pero esta ley no impide la venta libre de fármacos. “Ya el decreto está listo para que la gente no pueda ir por su cuenta a comprar antibióticos, y eso se ha argumentado con mucha fuerza y yo creo que hay una buena disposición. El Estado ha hecho lo que puede”, afirma Guzmán.

Igualmente, desde hace dos años aproximadamente, en el Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” comenzaron a desarrollarse programas de control de calidad de los laboratorios, con la finalidad de reducir los niveles de resistencia bacteriana en los centros médicos del país mediante la revisión y evaluación de los reportes microbiológicos.

“Es bueno que haya diagnóstico microbiológico -dice el Dr. Guzmán- pero que haya buen diagnóstico microbiológico, que los laboratorios sean buenos y se hagan las cosas bien. Entonces si ha habido políticas públicas hacia este tema”.

Quedan pocos antibióticos
El Dr. Castro describe un panorama poco alentador: “La tendencia hacia la resistencia en el mundo entero va en aumento porque cada vez utilizamos más antibióticos”. A la vez que el Dr. Guzmán añade otra variable a tan preocupante escenario: “La industria farmacéutica ha desviado sus fondos de investigación lejos de nuevos antibióticos. Desarrollar un antibiótico lleva tiempo, es una inversión costosa, y ahora estamos hablando de antibióticos que tendrían un peculiar sitio de acción que sería la bacteria resistente”.

“Ha sido -prosigue Guzmán- mucho más productivo invertir en otras drogas, como anti inflamatorios, drogas para el colesterol, drogas para la disfunción eréctil, y ese tipo de cosas. Inclusive muchos laboratorios que tenían mucha tradición de desarrollo de antibióticos, se han salido del campo de antibióticos. Entonces, es un verdadero problema”.

Además, están en juego los intereses de la industria farmacéutica que, como lo señala el Lic. Calvo, “te llega al consultorio y te dice que este antibiótico es mejor. También está la parte subjetiva, de que me cae bien este y entonces voy a usar este antibiótico para el tratamiento. Es una cosa ligada a la educación”.
Introducción
Maniobra multifactorial
El contexto es determinante
Sistema venezolano de vigilancia
¿Qué hacer para disminuirla?

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
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