Resistencia Bacteriana en Venezuela:Reportes clínicos suplen carencia de nuevos fármacos
Sistema venezolano de vigilancia
La
perenne lucha por acabar con las bacterias ha generado logros importantes. Por
ejemplo, el Programa Venezolano de Vigilancia de Resistencia Bacteriana fue
creado en 1988 por el Dr. Oswaldo Carmona, profesor de Microbiología
de la Escuela José
María Vargas; y empezó con apenas ocho laboratorios de Microbiología,
tanto públicos como privados. Hoy día, ya son 36 las instituciones
que lo conforman a lo largo del territorio nacional.
A través del software
especial Whonet, propuesto por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y usado por más de 300 países del
mundo, los profesionales de la medicina envían sus reportes de resistencia
al centro de codificación, que funciona en el Hospital Vargas de Caracas.
Como lo explica el Dr. Julio Castro, “se conglomeran los datos de resistencia,
basados en bacterias y antibióticos, y luego esa información está
disponible para los médicos que quieran utilizarla. Cada bacteria o cada
grupo bacteriológico tiene algunas particularidades, pero el proyecto
está fundamentado en la vigilancia de todas las bacterias que se aíslan
en todos los laboratorios”.
Desde sus orígenes, el Programa Venezolano de Vigilancia es patrocinado
totalmente por la industria farmacéutica, específicamente por
Laboratorios Pfizer, “que
es una labor muy encomiable. Laboratorios Pfizer y la industria farmacéutica
han cambiado mucho y han cambiado las personas, pero el compromiso de ellos
hacia el programa ha seguido”, señala el Dr. Manuel Guzmán.
Es decir, que al Estado venezolano no le cuesta nada. Como lo destaca el Dr.
Castro, “es una iniciativa no gubernamental. Hasta el momento, el gobierno
ni financieramente, ni conceptualmente, tiene algo que ver con el Programa Venezolano
de Vigilancia de Resistencia Bacteriana. Nunca ha tenido participación.
Yo digo que ha habido alguna cercanía entre el Ministerio de Salud y
el programa para tratar de establecer algunas políticas, pero el programa
no depende del Estado y nunca ha dependido de él”.
Al tener un Programa de Vigilancia, los especialistas venezolanos cuentan con
una base de datos actualizada que les permita conocer la sensibilidad de determinados
antibióticos antes de ser aplicados en los pacientes. Según el
Dr. Guzmán, “si uno tiene un programa de vigilancia, sabe cuáles
son los problemas mayores; sabe cuales son los mejores antibióticos y
eso ayuda mucho”.
La Dra. Cáceres también reconoce la utilidad de este complejo
sistema de vigilancia, el cual, a su juicio, resulta trascendental en una doble
vertiente: “Primero, porque nos permite detectar dónde están
los problemas más graves, a dónde tenemos que hacer énfasis.
Segundo, porque nos permite saber, en cada centro y a nivel nacional, cuáles
son los antibióticos que nosotros podemos usar de entrada en pacientes
que llegan gravemente enfermos y que a veces no sabemos cuál puede ser
la resistencia y la sensibilidad. Si nosotros conocemos esa resistencia de base,
podemos escoger mucho mejor el antibiótico que le vamos a poner a un
paciente cuando llega con una infección determinada”.
Estado nacional: ¡Presente!
Cuando
el Ministerio de Salud y Desarrollo Social
(MSDS) declaró, en noviembre de 2002, que la resistencia a los antimicrobianos
era un problema de salud pública, el Estado venezolano comenzó
a preocuparse seriamente y a tomar medidas para solventar ese fenómeno
bacteriano.
Como lo afirma el Dr. Manuel Guzmán, “se desarrolló un formulario
terapéutico nacional en el cual se procura que estén todas las
cosas que hacen falta, y eso de alguna manera obliga al Estado a que lo que
está en ese formulario no falte en los hospitales”.
También está la cuestión legal. Según Guzmán,
en la actualidad se está trabajando en la posibilidad de elaborar una
reglamentación que normalice la comercialización de antibióticos
en el país.
En Venezuela existe una Ley
de Medicamentos, desde el 3 de agosto de 2000, la cual, entre otras cosas,
obliga a los galenos a prescribir adecuadamente los fármacos a sus pacientes
y prohíbe la venta de medicamentos no registrados.
Pero esta ley no impide la venta libre de fármacos. “Ya el decreto
está listo para que la gente no pueda ir por su cuenta a comprar antibióticos,
y eso se ha argumentado con mucha fuerza y yo creo que hay una buena disposición.
El Estado ha hecho lo que puede”, afirma Guzmán.
Igualmente, desde hace dos años aproximadamente, en el Instituto
Nacional de Higiene “Rafael Rangel” comenzaron a desarrollarse
programas de control de calidad de los laboratorios, con la finalidad de reducir
los niveles de resistencia bacteriana en los centros médicos del país
mediante la revisión y evaluación de los reportes microbiológicos.
“Es bueno que haya diagnóstico microbiológico
-dice el Dr. Guzmán- pero que haya buen diagnóstico microbiológico,
que los laboratorios sean buenos y se hagan las cosas bien. Entonces si ha habido
políticas públicas hacia este tema”.
Quedan
pocos antibióticos
El Dr. Castro describe un panorama poco alentador: “La
tendencia hacia la resistencia en el mundo entero va en aumento porque cada
vez utilizamos más antibióticos”. A la vez que el Dr. Guzmán
añade otra variable a tan preocupante escenario: “La industria
farmacéutica ha desviado sus fondos de investigación lejos de
nuevos antibióticos. Desarrollar un antibiótico lleva tiempo,
es una inversión costosa, y ahora estamos hablando de antibióticos
que tendrían un peculiar sitio de acción que sería la bacteria
resistente”.
“Ha
sido -prosigue Guzmán- mucho más productivo invertir en otras
drogas, como anti inflamatorios, drogas para el colesterol, drogas para la disfunción
eréctil, y ese tipo de cosas. Inclusive muchos laboratorios que tenían
mucha tradición de desarrollo de antibióticos, se han salido del
campo de antibióticos. Entonces, es un verdadero problema”.
Además,
están en juego los intereses de la industria farmacéutica que,
como lo señala el Lic. Calvo, “te llega al consultorio y te dice
que este antibiótico es mejor. También está la parte subjetiva,
de que me cae bien este y entonces voy a usar este antibiótico para el
tratamiento. Es una cosa ligada a la educación”.
NOTA:Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.
Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
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