Octubre-Diciembre 2004 21
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 




Virología
Fiebres hemorrágicas por arenavirus en Venezuela

Tratamiento antiviral, Prevención y Control de la Fiebre Hemorrágica Venezolana

La Ribavirina ha demostrado ser muy efectiva en infecciones por virus Lassa en monos Macacus rhesus y seres humanos. La administración de Ribavirina por vía intravenosa a pacientes con fiebre de Lassa en los primeros días de la enfermedad, reduce el riesgo de morir de un 55% a 5%. La dosis inicial es de 1 gr. seguida por 1 gr. diario administrado en cuatro dosis por cuatro días, y luego 0,5 grs. diarios por seis días. La Ribavirina oral también ha sido efectiva reduciendo la tasa de mortalidad en pacientes con esta enfermedad, recomendándose 2 gr. como dosis inicial seguida de 1 gr diario administrado en tres dosis durante 10 días.

La Ribavirina ha tenido actividad antiviral contra el virus Junín y Guanarito in vitro, así como en el tratamiento de pacientes con FHA. Recientemente se ha demostrado la efectividad antiviral de esta droga en el tratamiento de uno de los investigadores que se infectó accidentalmente en el laboratorio cuando trabajaba con virus Sabiá. La administración de Ribavirina durante los tres primeros días de la aparición de los síntomas modificó el curso y severidad de la enfermedad (36-40).

En la actualidad, se diseña un protocolo clínico terapéutico de Ribavirina para demostrar su eficacia en los pacientes con Fiebre Hemorrágica Venezolana.


Participación Comunitaria para la prevención y control de la Fiebre Hemorrágica Venezolana
Debido a las características propias de la Fiebre Hemorrágica Venezolana, para su prevención y control se requiere una amplia y efectiva participación de la comunidad, tanto en las áreas endémicas como en las zonas de riesgo. Esta participación debe ir acompañada de acciones institucionales locales y regionales. En tal sentido, se recomienda realizar las siguientes acciones:
  1. Conformar equipos multidisciplinarios locales y regionales, con el objetivo de impulsar acciones articuladas que busquen la participación de los habitantes de las comunidades de las áreas endémicas y de riesgo en sus propios procesos de cambio.
  2. Detectar líderes comunitarios de la zona, con el fin de capacitarlos e incorporarlos como agentes de cambio.
  3. Desarrollar una campaña de sensibilización y motivación en las comunidades de las áreas endémicas y de riesgo, a través de reuniones y talleres.
  4. Realizar un diagnóstico participativo en las comunidades previamente motivadas, para lograr sistematizar el conocimiento de su realidad y de su práctica. Establecer un plan de acción y conseguir acuerdos y compromisos entre la comunidad y las instituciones involucradas, fortaleciendo así la capacidad organizativa de la comunidad.
  5. Conformar un grupo comunitario en cada zona endémica o de riesgo, que se encargue de realizar un monitoreo permanente.
  6. Desarrollar actividades de información y capacitación en las comunidades de las zonas endémicas y de riesgo.


Prácticas generales para evitar la infestación de las viviendas por roedores

  • Utilizar malla de acero o cemento para sellar, aislar o cubrir todos los orificios que existan en la vivienda, con un diámetro de 0,5 cm o mayor.
  • Instalar protectores metálicos como barrera contra roedores, alrededor de la base de habitaciones de madera, arcilla o adobe, hasta una altura de 30 cm y una profundidad de 15 cm.
  • Colocar 10 cm de grava debajo de la base de las viviendas u otras casas rodantes, para evitar que los roedores hagan túneles.
  • Disminuir las posibilidades de que los roedores hagan madrigueras y cuenten con alimentos, en un radio de 30 metros alrededor de la vivienda.
  • Cortar yerbas, arbusto y malezas densas en un radio de 30 metros alrededor de la vivienda.
  • Utilizar cimientos altos de cemento en la construcción de cobertizos, establos, anexos o depósitos de leñas.
  • En la medida de lo posible, situar los depósitos de leña a una distancia de 30 metros o mayor de las casas y procurar que los leños estén separados unos 30 cm del suelo.
  • Almacenar los granos y alimentos para animales en recipientes a prueba de roedores.
  • Eliminar los elementos que pudieran atraer a los roedores cerca de las casas, y almacenar los alimentos y el agua en recipientes a prueba de roedores.
  • No dejar alimento para mascotas en sus platos o bandejas.
  • Colocar la basura y los desperdicios en recipientes a prueba de roedores que estén como mínimo a 30 cm de altura del suelo.
  • Tirar en sitios lejanos basura, vehículos abandonados, neumáticos desechados u otros artículos que pudieran servir de nido a los roedores.

Resumen de actividades para Fiebre Hemorrágica Venezolana



Continua: Referencias

Características, Agrupación Filogenética y Distribución Geográfica de los Arenavirus
Fiebre Hemorrágica Venezolana
Epidemiología de la Fiebre Hemorrágica Venezolana
Virus Pirital y Filogenia de los Arenavirus Americanos
Diagnóstico de la Fiebre Hemorrágica Venezolana
Tratamiento antiviral, Prevención y Control de la Fiebre Hemorrágica Venezolana
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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