Virología
Fiebres hemorrágicas por arenavirus en Venezuela
Tratamiento antiviral, Prevención y Control de la Fiebre Hemorrágica Venezolana
La Ribavirina ha demostrado ser muy efectiva en infecciones por virus Lassa
en monos Macacus rhesus y seres humanos. La administración
de Ribavirina por vía intravenosa a pacientes con fiebre de Lassa en
los primeros días de la enfermedad, reduce el riesgo de morir de un
55% a 5%. La dosis inicial es de 1 gr. seguida por 1 gr. diario administrado
en cuatro dosis por cuatro días, y luego 0,5 grs. diarios por seis
días. La Ribavirina oral también ha sido efectiva reduciendo
la tasa de mortalidad en pacientes con esta enfermedad, recomendándose
2 gr. como dosis inicial seguida de 1 gr diario administrado en tres dosis
durante 10 días.
La Ribavirina ha tenido actividad antiviral contra el virus Junín y
Guanarito in vitro, así como en el tratamiento de pacientes
con FHA. Recientemente se ha demostrado la efectividad antiviral de esta droga
en el tratamiento de uno de los investigadores que se infectó accidentalmente
en el laboratorio cuando trabajaba con virus Sabiá. La administración
de Ribavirina durante los tres primeros días de la aparición
de los síntomas modificó el curso y severidad de la enfermedad
(36-40).
En la actualidad, se diseña un protocolo clínico terapéutico
de Ribavirina para demostrar su eficacia en los pacientes con Fiebre Hemorrágica
Venezolana.
Participación
Comunitaria para la prevención y control de la Fiebre Hemorrágica
Venezolana
Debido a las características propias de la Fiebre Hemorrágica
Venezolana, para su prevención y control se requiere una amplia y efectiva
participación de la comunidad, tanto en las áreas endémicas
como en las zonas de riesgo. Esta participación debe ir acompañada
de acciones institucionales locales y regionales. En tal sentido, se recomienda
realizar las siguientes acciones:
-
Conformar
equipos multidisciplinarios locales y regionales, con el objetivo de impulsar
acciones articuladas que busquen la participación de los habitantes
de las comunidades de las áreas endémicas y de riesgo en sus
propios procesos de cambio.
-
Detectar
líderes comunitarios de la zona, con el fin de capacitarlos e incorporarlos
como agentes de cambio.
-
Desarrollar
una campaña de sensibilización y motivación en las
comunidades de las áreas endémicas y de riesgo, a través
de reuniones y talleres.
-
Realizar
un diagnóstico participativo en las comunidades previamente motivadas,
para lograr sistematizar el conocimiento de su realidad y de su práctica.
Establecer un plan de acción y conseguir acuerdos y compromisos entre
la comunidad y las instituciones involucradas, fortaleciendo así
la capacidad organizativa de la comunidad.
-
Conformar
un grupo comunitario en cada zona endémica o de riesgo, que se encargue
de realizar un monitoreo permanente.
-
Desarrollar
actividades de información y capacitación en las comunidades
de las zonas endémicas y de riesgo.
Prácticas
generales para evitar la infestación de las viviendas por roedores
-
Utilizar
malla de acero o cemento para sellar, aislar o cubrir todos los orificios
que existan en la vivienda, con un diámetro de 0,5 cm o mayor.
-
Instalar
protectores metálicos como barrera contra roedores, alrededor de
la base de habitaciones de madera, arcilla o adobe, hasta una altura de
30 cm y una profundidad de 15 cm.
-
Colocar
10 cm de grava debajo de la base de las viviendas u otras casas rodantes,
para evitar que los roedores hagan túneles.
-
Disminuir
las posibilidades de que los roedores hagan madrigueras y cuenten con alimentos,
en un radio de 30 metros alrededor de la vivienda.
-
Cortar
yerbas, arbusto y malezas densas en un radio de 30 metros alrededor de la
vivienda.
-
Utilizar
cimientos altos de cemento en la construcción de cobertizos, establos,
anexos o depósitos de leñas.
-
En
la medida de lo posible, situar los depósitos de leña a una
distancia de 30 metros o mayor de las casas y procurar que los leños
estén separados unos 30 cm del suelo.
-
Almacenar
los granos y alimentos para animales en recipientes a prueba de roedores.
-
Eliminar
los elementos que pudieran atraer a los roedores cerca de las casas, y almacenar
los alimentos y el agua en recipientes a prueba de roedores.
-
No
dejar alimento para mascotas en sus platos o bandejas.
-
Colocar
la basura y los desperdicios en recipientes a prueba de roedores que estén
como mínimo a 30 cm de altura del suelo.
-
Tirar
en sitios lejanos basura, vehículos abandonados, neumáticos
desechados u otros artículos que pudieran servir de nido a los roedores.
Resumen de actividades
para Fiebre Hemorrágica Venezolana
|