49° Aniversario. Historia del Hospital Universitario de Caracas
HUC espacio idóneo de estudiantes y profesores
Además de contar
con un grupo de médicos, personal paramédico, personal administrativo
y obrero, el HUC también albergó estudiantes de medicina de la
Universidad Central de Venezuela, quienes utilizaron las instalaciones del moderno
hospital para complementar el conocimiento recibido en las aulas de clase.
“Desde que
entramos por primera vez y empezamos a trabajar en el Universitario, eso fue
un hecho extraordinario; nosotros los médicos residentes estábamos
a cargo de todos los servicios y contábamos con los adjuntos, quienes
estaban disponibles para ayudarnos a resolver cualquier inconveniente” – comenta
la Doctora Isis de Landaeta, Médico Bioquímico, ex directora de
la escuela Razzetti.
Las
áreas de descanso para el personal médico, eran aptas y confortables,
donde cada cuarto constaba de dos camas, un baño y un televisor, según
recuerda la Dra. Landaeta. Con respecto al vestuario destinado para médicos
y estudiantes, estaba perfectamente identificado con letras de color rojo para
los primeros y en letras color verde para los segundos, vestuario que era depositado
en lavandería al finalizar la semana, para ser recogido los lunes.
Cabe señalar
que las instalaciones del hospital estaban provistas de un diseño arquitectónico
adelantado para la época y contaba con insumos que colocaban a este centro
asistencial por encima de cualquier centro médico privado de aquel entonces.
“Todas las salas generales tenían sus cortinas que aislaban una cama
de la otra y los insumos que requería cada paciente, eran suministrados
por el hospital” -afirma Landaeta.
Estas características
provocaron, que el Hospital Universitario de Caracas, fuese considerado como
una referencia internacional capaz de atender casos de pacientes provenientes
del extranjero, así como también se convirtió en el espacio
idóneo para la realización de Conferencias y Seminarios de convocatoria
internacional.
Una anécdota
interesante que, además de recrear el contexto político-social
de la época, nos demuestra el compromiso humanitario que caracteriza
a los profesionales de la medicina, es que en el año 1957, cercanos al
derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez, los policías
de la Seguridad Nacional irrumpían en los espacios universitarios para
detener a profesores y estudiantes. “Un grupo de compañeros y yo, logramos
ingresar al hospital luego de hacernos pasar por pacientes. Cuando estábamos
dentro del Hospital, llegaron los policías y para evitar ser descubiertos
los médicos, nos metieron en las camas y representamos nuevamente el
rol de pacientes. Al salir del hospital se suscitó un evento imprevisto
cuando un policía hizo que frenara rápidamente el vehículo
y nuestros libros y batas que habíamos escondido debajo de los asientos,
quedaran al descubierto”. El uniformado ya iba a bajarlos del automóvil,
pero detrás venía un autobús lleno de profesores y estudiantes
que serían llevados a la policía y fue necesario dejar avanzar
el vehículo. “El autobús -expresa Landaeta con expresión
de alivio- evitó nuestro arresto”.
Al
igual que la mayoría de las instituciones públicas del país,
el Hospital Universitario de Caracas, ha sufrido las consecuencias propias que
otorga el transcurrir del tiempo. Así mismo, el gran volumen de pacientes
que demandan atención médica en sus instalaciones ha afectado
su funcionamiento, afirma el Médico Cirujano Néstor Chacón,
quien trabaja en el hospital desde hace treinta años . “Venezuela posee
muchos más habitantes que hace 49 años. Aunado a esto encontramos
que la Red Nacional de Hospitales, no posee la planificación que se requiere,
y justamente lo que ocurre actualmente es que los hospitales zonales no funcionan
correctamente y los pacientes acuden al HUC para ser atendidos”. Luego que el
Dr. Chacón hace esta explicación, agrega que anteriormente el
hospital contaba con el aporte de fundaciones que permitían la autogestión
del hospital. “Empresas Polar y PDVSA, por ejemplo, donaban tres cuartas partes
de una intervención quirúrgica, lo cual estaba monitoreado por
una contraloría interna y una externa que velaba por el buen funcionamiento
de estos donativos”.
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