Julio-Septiembre 2010 43
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 



Anatomía Patológica
Inmunohistoquímica diagnóstica en metástasis ováricas

Discusión

Para examinar la aplicación de la inmunohistoquímica al diagnóstico de las lesiones metastásicas en los ovarios, se considerarán en principio las MT de tumores epiteliales.

Metástasis de tumores del tracto gastrointestinal.

Clínicamente, los adenocarcinomas del estómago cuando hacen MT a los ovarios se denominan tumores de Krukemberg, denominación que también es común para otros adenocarcinomas (ADC) mucinosos metatásicos, como los del colon y del endocervix; estos tumores metastáticos se caracterizan por ser usualmente bilaterales y presentar células en anillo de sello inmersas en un estroma fibroso (3). No es infrecuente que el diagnóstico de un cáncer gástrico se haga a través de sus MT y en particular de las MT ováricas. El 80% de las pacientes con tumor de Krukenberg presentan MT bilaterales y solo en un 35% de ellas se ha hecho un diagnóstico previo de un primario gastrointestinal (4). Estas lesiones metastásicas pueden no ser tan evidentes pues usualmente aparentan una tumoración difusa ovárica, a veces sólida, de apariencia fibrosa, o con características que recuerdan los tumores del estroma ovárico (5) los cuales se sabe pueden simular un cáncer gástrico metastásico (6). Las áreas mucinosas con células en anillo de sello y quistes mucoides pueden acompañarse de grupos de células con disposición tubular por lo que al hacer el diagnóstico histopatológico debe considerarse este arreglo ocasional de las células en los tumores de Krukenberg (7). Las coloraciones para mucina puede resultar de utilidad ya que existen diversos tumores ováricos que se parecen al tumor de Krukenberg con células vacías o globulosas sin estar cargadas de mucina (8). En nuestra experiencia, siempre en casos de cáncer de origen gástrico, el antígeno de membrana epitelial (EMA) y antígeno carcinoembrionario (CEA) han sido los anticuerpos de preferencia (9). El estudio por IHQ de las MT ováricas del cáncer gástrico, se fundamenta en la positividad para EMA con negatividad para alfa-inhibina y calretinina lo que descarta el diagnóstico de tumores del estroma ovárico (10,11). No hay que olvidar que en un ovario con un tumor de Krukenberg, las células estromales pueden estar luteinizadas y entonces serán positivas a la alfa inhibina y a la calretinina. Las queratinas 7 y 20 son de gran ayuda en el diagnóstico por IHQ. En las MT del estómago, usualmente la queratina 7 (Q7) es positiva y la queratina 20 (Q20) puede ser negativa o focal y difusamente positiva en más de un 30% de los casos (12,13,14).

Las metástasis ováricas de los ADC del colon y del recto son frecuentes. Se calcula que el 6% de las mujeres con ADC del colon hacen metástasis ováricas y estas pueden ser unilaterales, siendo la bilateralidad entre un 25 a 43% (15). Estas MT son a menudo sincrónicas con tumores operados meses o años antes de su detección. Cuando el ADC primario se encuentra en el colon sigmoides las MT ováricas son frecuentes hasta en un 75%. En ausencia de un tumor primario conocido, las MT pueden presentarse como masas tumorales que simulan un ADC primario del ovario. Es muy grande el parecido histológico entre los tumores de origen colónico y los ADC endometrioides o mucinosos primarios del ovario, ambos pueden ser bilaterales y estas coincidencias pueden provocar errores en el diagnóstico clínico e histopatológico (16). Existen criterios de anatomía patológica e histopatología que deben aplicarse en cualquier ADC que se detecte en los ovarios: la bilateralidad de las MT, la permeación vascular y linfática, la presencia de nidos de células tumorales en la superficie y la infiltración tumoral en masas nodulares sugieren la naturaleza metastásica de las neoplasias (8,17). Las MT de los ADC del colon y del recto crean masas tumorales frecuentemente quísticas. También puede ser quístico un ADC endometrioide primario de ovario, en estos casos, el núcleo de las células epiteliales en las MT colónicas tiende a ser pleomófico e hipercromático y a pesar de ser su apariencia endometrioide y frecuentemente muestran diferenciación mucoide, la cual puede llegar hasta el llamado carcinoma coloide con grandes lagos de mucina (8,18). Las MT colónicas pueden presentar una apariencia predominatemente mucinosa, similar a los cistadenocarcinomas mucinosos del ovario, o a los cistadenomas mucinosos, limítrofes o malignos; estos tumores ováricos son muy similares por lo que deben privar siempre los criterios antes mencionados de bilateralidad, pequeños tumores en la superficie, así como la reacción desmoplásica y la invasión vascular, y en estos casos, hay que recordar que el grado de atipia de las MT de tumores mucinosos colónicos es mayor que la observada en los tumores primarios (18).

La aplicación de la IHQ para dilucidar estos problemas de diagnóstico, se apoya en el uso de las citoqueratinas 7 y 20 (19). La Q7 es habitualmente negativa en el cáncer del colonrecto (14,20), y por el contrario en los tumores primarios del ovario la Q7 puede ser positiva, tanto en los ADC serosos y endometrioides como en los ADC mucinosos especialmente si son de tipo colónico. En estos casos la Q20 es también positiva, como está descrita en los ADC primarios y MT del colon (21). Los ADC rectales tienden a mostrar mayor positividad a la Q7 que los del colon (18). El anticuerpo CA 125, positivo en los ADC del ovario puede ayudar, pero, la negatividad para Q20 y para el antígeno carcinoembrionario (CEA), son definitivamente de gran utilidad. La positividad para Q20 focal o diseminada en los tumores mucinosos primarios del ovario puede ser un factor de confusión. Este fenómeno se explica por la diferenciación intestinal de estos tumores la cual se debe a la malignización de un teratoma del que usualmente no es posible detectar otros componentes. En esta situación, el diagnóstico puede complicarse por la positividad focal para Q7 en algunos ADC colorectales de tipo mucinoso (17). Estudios recientes sobre la β-catenina y CDX-2 han demostrado que en los ADC colorectales estos anticuerpos muestran inmunomarcaje nuclear el cual no se detecta en los tumores primarios del ovario (22,23), Esta sobrexpresión de β-catenina detectable por IHQ se activa por la vía de señalización de Wnt provocada por mutaciones en APC o de la β-catenina. El carcinoma endometrioide del ovario también expresa β-catenina, sin embargo la positividad en los tumores colorectales es más intensa.

El apéndice, como el estómago y el colon pueden ser asiento de tumores primarios, particularmente de tumores mucinosos y sus MT en el ovario pueden producir situaciones diagnósticas controversiales. El problema clínico y patológico que representa el pseudomixoma peritonei (PMXP), fue inicialmente visto como la presencia de mucina y de células provenientes de un cistadenoma o cistadenocarcinoma mucinoso del ovario, sin embargo hoy se piensa que la mayoría de estas lesiones son MT secundarias a una lesión mucoide intestinal, usualmente del apéndice (24,25). El componente celular en los lagos de mucina del PMXP puede ser escaso y con núcleos sin atipias, hasta poder verse las clásicas células en anillo de sello características de los ADC mucinosos con toda la apariencia macro y microscópica de la llamada carcinomatosis peritoneal. Siempre en estos casos se impone el estudio cuidadoso del apéndice pues en ella puede hallarse un tumor fibromucoide o una lesión focal adenomatosa. Cuando hay MT del apéndice en el ovario, estas se observan como lesiones bilaterales, quísticas y si es un solo ovario el que está comprometido es usualmente el derecho. La apariencia microscópica es la de un cistadenoma mucinoso de tipo limítrofe o la de un ADC de tipo intestinal. Si la lesión del apéndice es un adenoma, puede suceder que la mucina haya salido a través de la pared o por ruptura del apéndice y en estos casos se ha planteado la discusión de si los implantes tumorales ováricos son o no son verdaderas MT. Se ha planteado también que tumores del ovario y del apéndice puedan ser sincrónicos (26). Los tumores mucinosos presentes en los ovarios con PMXP son cistadenomas mucinosos o tumores limítrofes de tipo intestinal y el 50% de estos casos muestran en sus células altas, cúbicas con mucina, y positividad para Q7 (27). En la mayoría de los tumores primarios mucinosos del ovario, cistadenomas o tumores limítrofes de tipo intestinal, la Q7 resulta positiva. El estudio por IHQ de las lesiones tumorales del apéndice ayuda a comprender mejor el origen de las MT ováricas de primarios apendiculares. La Q7 negativa o focalmente positiva en un tumor del ovario con la Q20 positiva sugiere una MT. La presencia de primarios mucoides ováricos con diferenciación intestinal se relaciona con el origen en algún teratoma como ya se mencionó previamente, por lo que en presencia de tumores mucinosos en el ovario, el patólogo siempre debe descartar un tumor primario ovárico (28). La carcinogenesis de los tumores primarios mucinosos del ovario es un evento gradual y esta impresión se ha corroborado por estudios genéticos y de biología molecular (29). El tumor carcinoide se ve con frecuencia en el apéndice por lo que sus células que pueden presentar mucina también en sus MT no deben interpretarse como las de un ADC mucinoso primario ovárico (30). La IHQ puede contribuir al diagnóstico de este tipo de tumores con inmunomarcaje para Enolasa Neuronal Específica, Sinaptofisina y Cromogranina, pero conviene recordar que en ocasiones los tumores gástricos con aspecto mucoide y hasta con células en anillo de sello pueden también mostrar signos de diferenciación neuroendocrina.

Entre los tumores del tracto gastrointestinal que tiene un origen ductular y producen mucina, están las neoplasias del confluente biliopancreático, de la vesícula biliar y de los conductos biliares (31,32). Estos tumores metastásicos, se ha señalado recientemente que son bilaterales en un 75% a 100% de los casos (18), y el primario puede asentarse en el cuerpo del páncreas, en la vesícula biliar o en el confluente biliopancreático y hacer siembras peritoneales, sin embargo, su primera manifestación puede ser una MT ovárica (33,34,35). Los tumores del epitelio pancreático-biliar pueden ser sólidos o quísticos y con frecuencia multiloculares, por lo que simulan los cistadenomas mucinosos primarios y su histopatología muestra áreas bien diferenciadas como si fuesen lesiones tumorales primarias y/o limítrofes (8,16). El estudio por IHQ de los tumores del componente biliopancreático y sus MT ováricas, se apoya también en el examen de las queratinas, ambas Q7 y Q20 son generalmente positivas en los ADC de páncreas y de las vías biliares, inmunomarcaje que sumado a la positividad para EMA y CEA y la negatividad para CA125 precisan el origen MT vs ovárico de estas neoplasias. Ji y colaboradores han recomendado el uso del anticuerpo Dpc4 que ayuda a la identificación de las MT pancreáticas (21). Las dificultades para el diagnóstico por inmunohistoquímica de los carcinomas mucinosos del ovario vs MT de tumores del colon se producen por la positividad para el inmunomarcaje en ambos casos para CEA y queratina 20, sin embargo el cáncer del colon es negativo a Q7. Si las lesiones muestran células epiteliales sin mucina, siempre debe plantearse el diagnóstico de un ADC seroso en cuyo caso conviene utilizar el anticuerpo WT-1 positivo en los tumores serosos y negativo en las MT (36). Los tumores serosos primarios del ovario, benignos, limítrofes con o sin microinvasión y el adenocarcinoma seroso son siempre positivos a Q7 y negativos a Q20, pueden mostrar positividad para CA125 y a las queratina AE1/AE3 en un 85% de los casos, pero son negativos a la Calretinina. Como se ha dicho, el gen del tumor de Wilms (WT1) se expresa tanto en los tumores serosos del ovario como en los de la superficie peritoneal, de las trompas y del endometrio (37). Una actualización reciente sobre el tema de implantes vs MT en los tumores serosos del ovario (38), señala que los tumores serosos limítrofes (BL) no se relacionan con los carcinomas serosos del ovario y tienen dos fenotipos diferentes, uno de ellos, benigno, el de los tumores serosos atípicos proliferativos y el otro, un carcinoma seroso micropapilar intraepitelial de bajo grado, ambos caracterizados por poseer mutaciones de los genes KRAS y BRAF con activación de la vía de la proteíno-kinasa a través de la ciclina D1, la cual puede detectarse por IHQ (39). En un 50% de los carcinomas serosos de alto grado se puede detectar la proteína p53 (40). Todos estos estudios de biología molecular no han sido suficientes para dilucidar el problema de los implantes vs MT en los ovarios y se recomienda mantener los criterios que se usan para clasificar como limítrofes (BL) a los tumores serosos de bajo potencial maligno (38). El estudio de las proliferaciones atípicas del epitelio ovárico de carácter limítrofe (BL) ha señalado que estas producen lesiones tumorales cuya clasificación se basa en la línea de diferenciación de su células, serosas o mucinosas; las lesiones BL mucinosas son más frecuentes que las BL serosas y pueden ser de tipo gastrointestinal y seromucinosas (41).La evaluación de estos dos tipos de lesiones BL y su comparación con los tumores serosos del ovario ha mostrado como las lesiones BL mucinosas de tipo seromucinosas se parecen más a los tumores primarios serosos del ovario que a las mucinosas de tipo gastrointestinal (42,43). El estudio por IHQ ha demostrado que los tumores BL mucinosos comparten la positividad para Q7 y en los tumores de tipo gastrointestinal se añade la presencia de Q20, ausente en los tumores seromucinosos, los cuales expresan también marcadores de tipo mülleriano como RE, RP y CA125 que no siempre se detectan en los tumores mucinosos de tipo gastrointestinal (41). Los tumores serosos puros primarios expresan Q7,RE,RP, CA125 y ocasionalmente, focal o débilmente pueden inmunomarcar con WT1 y con Q20 (44,45). Se ha descrito una disminución de los fibrocitos CD34+ en las áreas de invasión de algunos carcinomas (mama, cervix, colorectal y páncreas) y como compensación se señala que puede existir un incremento de los miofibroblastos; en un estudio reciente, se ha propuesto que la presencia detectada por IHQ de estos marcadores de fibroblastos y fibrocitos y de la calretinina, puede servir para diferenciar los implantes invasivos de los tumores serosos BL del ovario, de los no invasivos (46).

Metástasis de tumores del epitelio del tracto urinario.

Las metástasis ováricas de los carcinomas de células transicionales de la vejiga urinaria o del sistema ureteropielocalicial son poco frecuentes (47), pero pueden tener cierta similitud con el tumor de Brenner, una neoplasia que se presenta a menudo como un hallazgo incidental. Igualmente pueden confundirse con el llamado carcinoma de células transicionales del ovario, un tumor del epitelio superficial poco común y sin ninguna relación aparente con el urotelio (48). Recientemente se estudió con IHQ el inmunomarcaje con Q7,Q20 y WT1 en diversos tumores primarios y metastáticos del ovario se examinaron las diferencias entre los tumores uroteliales primarios y metastáticos utilizando las glicoproteinas transmembranosas Uroplaquina III y Trombomodulina (49). Aunque para diagnosticar el tumor de Brenner no hace falta utilizar la IHQ, es interesante señalar que a pesar de la similitud de los nidos de Walthard con este tumor, la teoría de una metaplasia transicional de los restos del epitelio celómico contrastaba con su inmunomarcaje no urotelial (50) hallazgos estos que han sido recientemente descartados ante la definitiva positividad para marcadores uroteliales (49). En cuanto a las diferencias entre el tumor de células transicionales del ovario (TCT-O) y las MT de un tumor de células transicionales de la vejiga urinaria (TCT-V), la utilización de WT1 y de la queratina 20 permiten establecer la diferencia puesto que ambos son positivos a Q7, pero el TCT-O es positivo con WT1 y negativo a Q20 y el TCT-V es negativo a WT1 y positivo a la Q20.

Metástasis en los tumores del aparato genital femenino y de la mama.

La evaluación de las MT ováricas de tumores del mismo aparato genital femenino, del útero, el cervix y la mama, presentan diferentes problemas. El carcinoma endometrioide primario del ovario es semejante al tumor del mismo nombre del endometrio y no es infrecuente que coexista tumor en uno o en ambos ovarios y en el útero. Esta situación se observa en los carcinomas endometrioides y puede verse en los carcinomas serosos (51,52). La mezcla de carcinoma endometrioide con áreas serosas y cuando son estas las que producen las MT, puede verse en el útero. También puede coexistir un carcinoma endometrioide uterino con un carcinoma seroso del ovario, pero la situación más frecuente es la de un carcinoma endometrioide en el útero comprometiendo uno o ambos ovarios, lo cual se ve aproximadamente en un 10 a 15% de los ADC diagnosticados como ADC endometrioide del ovario; estos casos pueden representar tumores sincrónicos primarios independientes o MT del útero a los ovarios o viceversa (53). En estos casos es muy escasa la ayuda que nos puede proporcionar el estudio con IHQ. Sin embargo, ya mencionamos la importancia del uso del gen del tumor de Wilms un anticuerpo fundamental para el diagnóstico de los tumores serosos del ovario y sus MT (37). Ya mencionamos que el carcinoma endometrioide del endometrio con MT en los ovarios o si es primario del ovario, con o sin diferenciación serosa, crean combinaciones que resultan complejas para un diagnóstico certero. Bien sea que estemos ante tumores endometrioides primarios, sincrónicos, o ante MT, es una situación que debe dilucidarse por cuanto el tratamiento post quirúrgico de las lesiones sincrónicas o metastásicas es diferente. En estos casos es poco lo que puede ayudar la IHQ pues ambos carcinomas endometrioides, primarios y MT del ovario y del útero tienen similares características inmunofenotípicas.

Las MT ováricas de carcinomas de células escamosas del cuello uterino y de los ADC endocervicales en general no representan problemas de diagnóstico. Un carcinoma epidermoide en el ovario siempre debe plantear la posibilidad de teratomas y/o quistes dermoides malignizados, pero estas dificultades deberán ser subsanadas por la clínica y los exámenes imagenológicos. Es poco frecuente que un carcinoma epidermoide se extienda hacia el útero y hasta las trompas y/o los ovarios (54). Los ADC del endocervix pueden parecerse en sus MT a los tumores mucinosos primarios del ovario y a MT de tumores del árbol pancreático-biliar como ya se ha mencionado el uso de las queratinas 7 y 20 no contribuye a dilucidar estas situaciones. Las MT de un adenocarcinoma endocervical pueden parecerse a las de un adenocarcinoma endometrial, pero usualmente el endocervix neoplásico tiene un índice mitótico mayor, sus células son negativas a la Vimentina y no siempre son positivos a RE y RP.

La MT ováricas del cáncer de la mama están influenciadas por la predisposición hereditaria cuando existen las mutaciones de los genes BRCA 1 y BRCA2 (55). A pesar de que el carcinoma ductal es mas frecuente que el carcinoma lobulillar de la mama, las MT ováricas del cáncer de mama son habitualmente de carcinomas lobulillares (56). Generalmente las MT son bilaterales con aumento de volumen de los ovarios y al estudio microscópico pueden simular un carcinoma endometrioide primario en casos de tumores ductales MT y en los lobulillares con cierta frecuencia sus células parecen anillos de sello por lo cual y a pesar de la tendencia conocida a infiltrar en fila india, pueden confundirse con tumores de Krukemberg (7,8). La IHQ en principio no facilita el diagnóstico de estos casos ya que los tumores de la mama muestran positividad para Q7 y pueden ser positivos a RE y RP como muchos tumores epiteliales del ovario. La E cadherina puede ser de gran ayuda pues se sabe que los carcinomas lobulillares no muestran expresión de esta glucoproteína mediada por calcio y relacionada con la adhesión entre las células epiteliales (57).

Tumores metastáticos de otros órganos y sistemas.

La MT ováricas de carcinomas de células renales primarios son poco comunes, pero al ser tumores de células claras, estos pueden plantear dificultades diagnósticas (58). El aspecto sinusoidal con un componente vascular notorio en un carcinoma de células claras sugiere un origen renal, en tanto que las MT ováricas usualmente tienen cordones de células con papilas o túbulos y presencia de células en clavo de minero; el estudio con IHQ está caracterizado por la positividad para la Q7 en las MT del ovario con negatividad a Q7 en las MT de carcinomas renales y presencia en estos de inmunomarcaje con CD10 (59, 60). Hay que tener en cuenta que los receptores de estrógenos y de progesterona pueden verse ocasionalmente en el núcleo de algunos carcinomas de células renales (61).

Los tumores de la glándula tiroides y del pulmón hacen pocas MT a los ovarios, en estos casos disponemos de la ayuda del Factor Nuclear de Transcripción tiroidea (TTF-1) que inmunomarca en las células normales y neoplásicas de los folículos tiroideos y en un 80% de los adenocarcinomas y los carcinomas neuroendocrinos del pulmón (62).

Las MT de hepatocarcinomas al ovario no son comunes, sin embargo existen algunos trabajos describiendo esta situación en ausencia de tumor hepático primario conocido (63). Las dificultades para un diagnóstico certero por IHQ surgen con los carcinomas hepatoides del ovario, variantes hepatoides del tumor del saco vitelino, pues en estos los anticuerpos positivos en el hígado (alfa feto proteína y HEP), son también positivos en las zonas de transformación hepatoide (64). Pueden prestarse a confusión las células eosinofílicas de carcinomas endometrioides y en tumores de células claras y de células esteroideas del ovario, pero en general, los tumores ováricos se ven en mujeres más jóvenes que las que presentan MT de primarios hepáticos.

Los melanomas con frecuencia imitan la apariencia de otros tumores; los melanomas puede también dar MT en los ovarios y en realidad es bastante inusual observar un melanoma primario del ovario. Siempre será factible que exista un melanoma originándose en melanocitos presentes en algún teratoma (65,66). Por el parecido con otras muchas neoplasias, el diagnóstico de melanoma en el ovario puede hacer pensar en tumores primarios del ovario con células claras, o con células eosinofílicas, pueden existir melanomas semejantes a tumores de células pequeñas o con la apariencia de tumores de células de la granulosa, en particular de la variedad juvenil.

No hay que olvidar que como resultado de la diferenciación unidireccional de los tejidos presentes en teratomas, es posible encontrar tumores primarios en el ovario que pueden ir desde tejido tiroideo con características de bocio, hasta carcinomas de tiroides así como toda la variedad de los tumores carcinoides y de los carcinomas neuroendocrinos. Estas neoplasias pueden simular igualmente la infiltración por linfomas y leucemias así como otros tumores de células redondas azules (67), por lo que es necesario al hacer el diagnóstico diferencial, utilizar los anticuerpos necesarios para resolver los problemas diagnósticos. El auxilio de la inmunohistoquímica en los tumores metastáticos del ovario usualmente juega un papel crucial para la evaluación y el pronóstico de las pacientes.



Continua: Referencias

Inmunohistoquímica diagnóstica en metástasis ováricas
Introducción
Material y métodos
Resultados
Discusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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