C. Guzmán de R
guzman.carmen@gmail.com
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
A. Nessi P
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
H. González O
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
M.O. Hernández
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
M. Galindo
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
A. Dorta
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
C. Wagner
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
M.A. Vethencourt
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
M.V. Pérez de G
Laboratorio de Amibiasis. Cátedra de Parasitología. Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela.
Parasitología Balantidium spp en cerdos y sus criadores: Prevalencia en comunidades de dos Estados de Venezuela. Fecha de recepción: 22/01/2013
Fecha de aceptación:
12/03/2013
Balantidium coli, es el único protozoario ciliado que parasita al hombre. Infecta diferentes animales, entre ellos al cerdo, el cual además es infectado por B. suis que es morfológicamente idéntico. Se plantea que el cerdo es la fuente de infección para el humano, existiendo controversias al respecto. Para determinar la prevalencia de Balantidium spp en cerdos y humanos, se estudiaron 72 cerdos, 60 criados en granjas, 12 criados domésticamente y 51 personas que los manipulaban. El estudio parasitológico se realizó mediante examen microscópico directo, métodos de concentración, cultivos y coloraciones especiales. Balantidium spp se identificó en 65% y 67% de los cerdos criados en granjas y domésticamente, respectivamente. También se detectó otros protozoarios y helmintos. No se encontró infección con Balantidium spp en los criadores de cerdos, sugiriendo que B. suis podría ser la especie que prevalece en este grupo de animales examinados.
Title Balantidium spp in pigs and their keepers: prevalence in communities in two states of Venezuela.
Abstract
Balantidium coli is the only ciliated protozoan that infects humans. It can also infect pigs, these can also be infected by B. suis. Which is morphologically identical to B. coli. It has been suggested that pigs are the source for human infections, even though this remain controversial. To determine Balantidium spp prevalence in pigs and humans, we evaluated 51 pig farmers and 72 pigs: 60 farm-raised and 12 domestically bred. The parasitological study was performed by direct examination, concentration methods, cultures and specific stains. Balantidium spp was identified in 65% and 67% of farm reared pigs and domestically raised pigs, respectively. We also detected other protozoa and helminths. There was no Balantidium spp infection in pigs keepers, so we suggested that B. suis appears to be prevalent in these animals.
Key Word Balantidium; prevalence; Venezuela; zoonoses; pigs
Balantidium spp en cerdos y sus criadores: Prevalencia en comunidades de dos Estados de Venezuela.
Introducción
Las
infecciones por protozoarios intestinales son las de mayor prevalencia en el
mundo, pudiendo encontrarse entre 40-70% en los países subdesarrollados, principalmente
debido a las deficientes condiciones higiénico-sanitarias y bajo nivel
sociocultural (1-3). El género Balantidium (Claparede y Lachmann, 1858)(2), incluye a protozoarios ciliados observados en el intestino de
ranas, jabalíes, ovejas, caballos, bovinos, aves, peces, tortugas, cucarachas y
otros. En el hombre este ciliado fue descrito por Malmsten en 1957, quien lo observó y describió en dos pacientes
con disentería aguda, denominándolo Paramecium
coli por su parecido al ciliado de
vida libre. Leukart en 1861, describió un ciliado idéntico en el cerdo y Stein
en 1863, pensó que el ciliado descrito por Leukart y el descrito por Malmsten
en el humano, eran morfológicamente idénticos, por lo cual los designó como Balantidium coli(2-6). En
el cerdo, fueron descritas dos especies,
B. coli y B. suis, por Mc Donald en 1922, las cuales según sus observaciones,
diferían en forma, tamaño, características del citostoma y macronúcleo, lo cual
fue considerado posteriormente por otros autores como una misma especie y que
tales variaciones dependían de la cantidad de almidón ingerido del medio por el
ciliado (4). Hasta ahora, B. coli es el único protozoario ciliado que se ha encontrado
infectando al hombre, principalmente en el intestino grueso y su transmisión es por vía oro-fecal a partir de
las heces del hospedador infectado (1-3,5). Se ha
propuesto que las especies B. suis de los cerdos y B. struthionis de avestruz
son sinónimos de B. coli, pero aunque se ha encontrado un
polimorfismo genético en aislados de cerdo y del avestruz, su relevancia taxonómica no ha sido establecida (7,8). Entre los factores
descritos que favorecen la balantidiosis
en humanos se encuentran: el contacto
estrecho entre cerdos y humanos, la
disposición inadecuada de las heces, contaminación de
las fuentes de agua potable y de los cultivos de
vegetales con heces humanas y de animales, así como las
condiciones climáticas en las regiones tropicales y subtropicales (1-3,5). La
balantidiasis tiene una distribución cosmopolita y las prevalencias reportadas
a escala mundial son tan variables que oscilan entre 0- 28% en el hombre,siendo
más frecuente en el cerdo con prevalencias entre 33- 94,76%, por lo cual se
considera que éste es la principal fuente de infección para el hombre (5,9-13).
Los
resultados de los estudios donde se asocia la prevalencia de balantidiosis
humana con la actividad laboral o contacto estrecho con cerdos, son
controversiales, ya que hay lugares como Nueva Guinea, donde la tasa de
infección entre los trabajadores de granjas porcinas alcanza un 28% y en otros
como Canadá y Estados Unidos, donde las condiciones climáticas son extremas, la
infección humana por este protozoario es poco frecuente. En otras regiones como
Egipto, la exposición del hombre a los cerdos y la prevalencia de balantidiasis
humana son bajas (1,3,5,9-11). La poca prevalencia en el hombre se
ha tratado de investigar realizando estudios de infección cruzada,
encontrándose que el humano es refractario a la infección por aislados
provenientes de cerdos (5,11,14,15). Por otra parte, en lugares donde no hay
contacto con cerdos, como instituciones al cuidado de enfermos mentales,
prisiones y orfanatos, se han registrado brotes de balantidiasis en los cuales
la transmisión ha sido asociada con el hacinamiento y deficientes condiciones
higiénicas (16-19). En
cuanto a la patogenicidad del protozoario, algunos casos se han asociado con la
coexistencia de una flora bacteriana patógena o potencialmente patógena, como
factor que puede influir en la susceptibilidad del individuo y del curso de la
infección. Este parásito muestra baja virulencia y la enfermedad parece ser un
problema mayor en países en desarrollo, pudiendo ser un patógeno oportunista en
individuos inmunosuprimidos que viven en ambientes urbanos, donde los cerdos no
son la fuente de infección (5,20).
La
balantidiasis puede tener tres presentaciones clínicas: Infección asintomática,
como ocurre en el cerdo, donde el hospedador se comporta como un reservorio del
protozoario; infección crónica donde se alternan periodos de diarrea con
constipación, síntomas abdominales no específicos y dolor abdominal secundario
a la invasión del intestino grueso por trofozoítos y la balantidiasis
fulminante, que se presenta como una disentería similar a la ocasionada por Entamoeba histolytica, donde se producen
lesiones en el intestino, que son evidenciadas a través de la presencia de
sangre y moco en las heces (1,3,5,21). Existen escasos reportes de infección
balantidiana extraintestinal, los cuales ocurren como un proceso secundario a
una balantidiasis colónica, pudiendo mencionarse casos de peritonitis,
uretritis, cistitis y vaginitis inflamatoria en mujeres,abscesos
hepáticos, lesiones pulmonares (22-28) y un caso fatal reportado en
Venezuela, donde ocurrió perforación de apéndice y peritonitis, con presencia
de parásitos alrededor de los vasos sanguíneos del pulmón (29). Los
estudios relacionados con la prevalencia de B.
coli tanto en humanos como en cerdos son escasos, tanto a escala mundial
como en Venezuela, por lo tanto en este trabajo se planteó, investigar la
presencia de Balantidium spp en
cerdos de granja y criados domésticamente y correlacionar su hallazgo con la
posible infección en las personas que los crían.
Materiales y métodos
Población: Se
realizó la investigación parasitológica para la búsqueda de Balantidium spp, en cerdos, de ambos
sexos y con edades entre 1-6 meses y adultos. Se examinó un total de 72 cerdos,
60 provenientes de una Granja porcina ubicada en Mariches, Edo Miranda y 12 criados
domésticamente, provenientes de seis comunidades rurales ubicadas en Maniapure,
Municipio Cedeño del Estado Bolívar (Mundo Nuevo, Chaviripa, El Ciruelo que son
poblaciones criollas; El Guamal, Macanilla y Arepital, poblaciones Panare).
También se realizó estudio de parasitosis intestinales a 51 individuos, niños y
adultos, del sexo femenino y masculino, criadores de animales en la granja y
criadores domésticos, así como a los habitantes aledaños, quienes tenían un
contacto indirecto con los cerdos. De éstos, 16 personas provenían de la Granja Porcina y 35
eran habitantes de Maniapure. La recolección de las muestras se realizó en el
lapso de un año.
Aspectos bioéticos y sensibilización
de la comunidad: Este
trabajo fue realizado cumpliendo
en todas las etapas de la investigación con los procedimientos bioéticos de
rigor, contemplados en las normativas y legislación
nacional e internacional que rigen la materia (30). En una primera
etapa se realizó la sensibilización de las personas mediante visitas casa por
casa, en las cuales se les entregó el documento de Consentimiento Informado
(CI), en el cual se explicaba por escrito de manera clara y con un lenguaje
adecuado, los objetivos del estudio y los riesgos y beneficios implicados. Esta
información les fue explicada también verbalmente. Una vez que accedieron a
participar en el estudio y dieron su consentimiento por escrito, se les dio las
instrucciones para la toma adecuada de la muestra de heces de las personas y se
les explicó cómo se tomarían las muestras de los animales, las cuales serian
recolectadas por los investigadores.
Muestras: A
las personas se les solicitó muestras de heces de tres días diferentes, para la
realización del examen parasitológico. Las muestras de heces de los animales de
la granja se tomaron con el apoyo de los trabajadores, previo lavado del piso
de los criaderos. Cada vez que un cerdo defecaba, la muestra era recolectada y
el cerdo era marcado con azul de metileno para evitar el muestreo doble. Las
muestras de los cerdos domésticos, fueron tomadas de las heces recién emitidas
en los patios de las casas en las cuales los animales se encontraban libres.
Estudio parasitológico: El
examen parasitológico se realizó según el Protocolo de Investigación de
Parasitosis Intestinales del Laboratorio de Amibiasis de la Cátedra de Parasitología
de la Escuela
de Bioanálisis, Facultad de Medicina de la UCV (31). Las muestras de
heces fueron examinadas mediante examen microscópico directo con solución
salina al 0,85%, lugol, Quensel y Sudán III. Se realizaron métodos de
concentración para la detección de quistes de protozoarios (Faust alta
densidad) para huevos y larvas de helmintos (Kato y Rugai y cols) y cultivo
para protozoarios (Boeck-Drbohlav modificado). Para la investigación de
coccidios, se preservaron las muestras en dicromato de potasio al 2,5%
(inducción de la esporulación) y se realizó frotis que fueron coloreados con la
técnica de Ziehl Neelsen (modificado) y posterior
medición con ocular micrométrico, en microscopio marca Olympus (modelo CRX).
Análisis estadístico: En este estudio descriptivo, los datos fueron expresados a
manera de porcentaje. Se analizó estadísticamente con la prueba exacta de
Fisher, χ2 y razón de prevalencias (RP), siendo considerado como
estadísticamente significativo todo valor de p ≤ 0,05.
Resultados
Las frecuencias de protozoarios y helmintos encontrados en
las muestras de heces de los 60 cerdos examinados, criados en la granja porcina
ubicada en Mariches, Edo Miranda, así como en los 12 cerdos criados
domésticamente en las comunidades Criollas y Panares de Maniapure, se reflejan
en la tabla 1. La prevalencia de infección por Balantidium spp., en ambas poblaciones de cerdos fue similar (p=0,163), tanto en los cerdos criados
domésticamente (67%, 8/12) como en los cerdos criados en la granja (65%, 39/60). Del
65% (39/60) de los cerdos de la granja
que resultaron positivos para Balantidium
spp, se detectaron quistes y/o
trofozoítos por el examen microscópico directo más el cultivo en 69,2% (27/39) y con cultivo solo, en 30,8%
(12/39) (tabla 2). La utilización del cultivo permitió el hallazgo de Balantidium spp, en las muestras de
heces de los cerdos, en una mayor proporción (χ2= 4,84; p= 0,028).
La
morfología y tamaño de los quistes (40-60 µm) y trofozoítos (80-150 µm) (figuras
1 y 2), así como el movimiento característico del ciliado (video 1), observado
en el examen microscópico directo (preparaciones en fresco y coloreadas), a
partir de las heces de los cerdos, permitió la identificación del protozoario.
Figura 1.- Quistes de Balantidium spp. Examen microscópico directo a partir de heces de cerdo. A.- Examen en fresco con s.s 0,85%. 400x. B.- Coloración con lugol. 40x.
Figura 2.- Trofozoítos de Balantidium spp. Examen microscópico directo a partir de heces de cerdo. A.- Examen en fresco con s.s 0,85%. 400x. B.- Coloración de Giemsa. 40x.
En relación a otros protozoarios y helmintos hallados en los cerdos, se
observó una mayor prevalencia de Entamoeba
spp y Trichomonas sp en los cerdos de
la granja, respecto a los cerdos del estado Bolívar (p<0,001), otros como Blastocystis
spp y coccidios, se presentaron en proporción similar. Aunque Ascaris summ y Trichuris suis solo se observaron en los cerdos de las granjas, la
diferencia en estas frecuencias no fue estadísticamente significativa respecto
a los cerdos criados domésticamente (p=
0.173 y p= 0.320 respectivamente) (tabla 1).
Protozoarios/Helmintos
Cerdos evaluados
p
60 Criados en granja
12 Cría doméstica
n
%
n
%
Blastocystis spp
58
97
11
92
0,456
Coccidios
41
68
7
58
0,203
Balantidium spp
31
65
8
67
0,163
Flagelados
31
52
6
50
0,136
Trichomonas sp
30
50
0
0
<0,001
Entamoeba spp
30
50
0
0
<0,001
Ascaris suum
9
15
0
0
0,173
Trichuris suis
6
10
0
0
0,320
Ancylostomideos
4
7
2
17
0,206
Hymenolepis diminuta
1
2
0
0
0,833
Tabla 1.- Frecuencia
(absoluta y relativa) de protozoarios y helmintos en el estudio parasitológico
de 72 cerdos, 60 provenientes de una granja porcina en Mariches (Estado
Miranda) y 12 criados domésticamente en comunidades Criollas y Panares (Estado
Bolívar).
METODO
n
%
Examen microscópico
Directo+ Cultivo B-D
27
69,2
Cultivo B-D
12
30,8
Cualquiera de los métodos
39
100
Tabla 2.- Frecuencia de Balantidium spp. mediante diferentes métodos parasitológicos en 39 cerdos
provenientes de una granja porcina ubicada en Mariches, Edo Miranda.
Entre
las 51 personas evaluadas, 35 provenientes de diferentes comunidades criollas y
Panares del Estado Bolívar y 16 provenientes de la granja porcina y sus alrededores,
se encontró que 92% (47/51), estaban infectadas con algún protozoario y/o
helminto y en 7,8% (4/51) no se detectó ninguna infección. Entre los que tenían
alguna infección, 46,8% (22/47) tenían parásitos y el resto 53,2% (25/47) sólo estaban
infectados con comensales. En ninguno de los grupos de personas examinadas se
detectó la infección por Balantidium spp.
De las 16 personas evaluadas en la granja, 31,3% (5/16) presentaron alguna
parasitosis, 25% (4/16) con Giardia
duodenalis y 6,3% (1/16) con Giardia duodenalis y Ascaris lumbricoides. Entre las 35
personas evaluadas en las comunidades criollas y Panares del estado Bolívar,
48,6% (17/35) resultaron parasitadas, 88,2% (15/17) monoparasitadas y 11,8%
(2/17) poliparasitadas. La frecuencia de Blastocystis
spp y E. nana, fue mayor en las
personas de la granja respecto a los habitantes de las comunidades criollas y Panares,
siendo sólo estadísticamente significativa para Blastocystis spp (p <
0,001). (tabla 3).
Protozoarios/Helmintos
Personas examinadas
p
Habitantes de Comunidades
Criollas y Panares
Habitantes de la granja y
alrededores
n
(35)
%
n
(16)
%
Blastocystis
spp
14
40
16
100
<0,001
Giardia
duodenalis
7
20
5
31
0,185
Endolimax
nana
6
17
6
38
0,082
Entamoeba
coli
6
17
2
13
0,305
Ancylostomideos
6
17
0
0
0,090
Strongyloides
stercoralis
4
11
0
0
0,209
Chilomastix
mesnilii
3
9
0
0
0,314
Ascaris
lumbricoides
2
6
1
6
0,457
Trichuris
trichiura
2
6
0
0
0,466
Entamoeba
histolytica y/o
E.
dispar
1
3
0
0
0,686
Pentatrichomonas
hominis
1
3
0
0
0,686
Iodamoeba
butschlii
0
0
1
6
0,313
Tabla 3.- Frecuencia (absoluta y
relativa) de protozoarios y helmintos en el estudio parasitológico de 51
personas, 16 que tenían contacto con cerdos en una granja porcina y sus
alrededores ubicada en Mariches, Edo. Miranda y 35 pertenecientes a diferentes
comunidades Criollas y Panares del Edo. Bolívar.
La frecuencia de Ancylostomideos, en las personas de ambas comunidades, mostró una
tendencia a ser mayor (p=0,090),
respecto a otras parasitosis. Las personas de las comunidades criollas y
Panares mostraron una mayor variedad de protozoarios y helmintos respecto a los
individuos de la granja, no siendo la probabilidad de hallazgo de estos
protozoarios y/o helmintos significativamente diferente (RP= 1.477, p= 0,224).
En relación a los hábitos y condiciones higiénico-sanitarias, se
observó que los habitantes de todas las comunidades mantenían estrecho contacto
con los cerdos y con otros animales como perros, pavos, gallinas, loros y
gatos, que se encontraban en los alrededores de las viviendas, tenían hábitos higiénicos deficientes y niños y
adultos andaban descalzos, manteniendo contacto directo con la tierra. En la
mayoría de las viviendas de las comunidades del estado Bolívar, se utilizaba el
agua del río como fuente de abastecimiento, sin realizarle ningún tipo de
tratamiento previo al consumo. También se observo que preparaban los alimentos sin
las medidas higiénicas adecuadas.
Discusión
La
prevalencia de 65% y 67% de Balantidium spp.,
en los cerdos provenientes de la granja porcina ubicada en Mariches y en los
cerdos criados domésticamente en las comunidades criollas y Panares de
Maniapure respectivamente, coinciden con reportes en diferentes poblados de la
provincia de Yunnan (China)(14), en los cuales encontraron una tasa
de infección en cerdos entre 62,4% y 94,76%. A su vez la prevalencia en este
estudio fue mayor que la reportada en un estudio realizado en cerdos del Edo,
Bolívar, donde reportan 33% de
prevalencia de B. coli (13).
Por otra parte, se pudo observar que la prevalencia superior al 60%, encontrada
en ambos grupos de cerdos, no pareciera tener relación con el tipo de alimentación
y condiciones de crianza de estos animales.
En
relación con los métodos empleados para el diagnóstico parasitológico, se
observó que todas las muestras positivas para Balantidium spp, fueron detectadas mediante el cultivo en el medio
de Boeck-Drbohlav (mod). Todas las muestras positivas en el examen microscópico
directo también resultaron positivas en el cultivo, pero, no todas las muestras
positivas en el cultivo, habían sido detectadas en el examen microscópico
directo. Estos resultados nos permiten resaltar la importancia del cultivo como
método de investigación de este protozoario, para aumentar la probabilidad del
hallazgo parasitológico de Balantidium
spp y obtener resultados de prevalencia más ajustados a la realidad.
En
cuanto a la identificación, mediante el examen microscópico directo se puede visualizar
el movimiento del ciliado, el tamaño y la morfología característica, tanto en el
examen en fresco con solución salina, como coloreado con lugol y Giemsa. Con
estas características se pudo hacer la identificación del género Balantidium, pero dado que B. coli y B. suis son morfológicamente idénticos, no se pudo diferenciar
entre ambas especies.
Todas
las personas examinadas en el estudio, tanto las que tenían contacto directo
con cerdos como las que no lo tenían, resultaron negativas a la investigación
para B. coli, lo cual coincide con la
baja prevalencia reportada en el mundo (0,02 -1%) (9,12), pero
discrepan de otros en comunidades rurales de Bolivia (1,0 -5,3%) (12),
una comunidad indígena de Delta Amacuro- Venezuela (5% en niños Warao menores
de 12 años) (32), una comunidad rural del Edo. Bolívar- Venezuela,
(12%) (13) y de un caso aislado reportado en Venezuela, con
antecedente de contacto estrecho con cerdos (21).
La
infección con B. coli en humanos está
asociada a una dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos, aclorhidria,
ingesta de alcohol e infección con bacterias u otros parásitos, a factores
ambientales como la humedad y la temperatura, ya que ambientes húmedos
favorecen la supervivencia de los quistes durante varias semanas (1-3,9,24)
y su baja prevalencia se ha explicado
en parte, por las diferencias antigénicas (5), ya que el hombre es
con frecuencia altamente resistente a la infección por B. coli, aún cuando viva en contacto cercano con cerdos y condiciones
sanitarias deficientes(1,9). Se ha propuesto que los humanos tienen
una fuerte resistencia, natural o adquirida a B. coli y no muestran ningún signo después de la infección(14,16),
lo cual se apoya en la baja prevalencia encontrada en adultos que han tenido
estrecho contacto con cerdos. Una vez que B.
coli se ha establecido en el hombre, la infección puede tornarse epidémica,
siempre que las condiciones sanitarias del medio sean deficientes y la higiene
personal escasa (1).
En
la literatura se hace referencia a la manipulación de cerdos como un factor
predisponente a la infección con este protozoario(1-3,5,13,21). No
obstante, en algunos estudios realizados no se han encontrado B. coli en individuos que laboran en la
crianza de cerdos y que además viven bajo condiciones sanitarias deficientes, lo
cual coincide con el presente resultado. Sin embargo, sí se han reportado
hallazgos en sitios donde no hay crianza de cerdos, tales como hospitales
psiquiátricos(17-19), en los cuales la higiene personal y ciertos hábitos,
como la coprofagia, pueden ser consideradas como forma de transmisión. Esto
apoyaría la tesis de que la especie que infecta al hombre no es igual a la del
cerdo. El
contacto estrecho de las personas cuidadoras de cerdos y de los niños con estos
animales, observado en las comunidades estudiadas, debería ser un factor que
favoreciera la transmisión de Balantidium
a las personas. No obstante, en este estudio no se determinó ningún caso de
balantidiasis en las personas examinadas. Siendo un protozoario que comúnmente
infecta al cerdo y éste a su vez es un animal relacionado con el hombre, la
ausencia del protozoario, en este estudio no permiten establecer una relación
directa entre el contacto con estos animales y la transmisión al humano, lo
cual abre la necesidad de realizar estudios para investigar cual es la especie
que infecta al cerdo mediante técnicas como la biología molecular.
Mientras
que B. coli puede ser transmitido
experimentalmente del hombre al gato, al mono y al cerdo, los intentos por infectar
voluntarios humanos con Balantidium del
cerdo y del mono han fracasado (15), lo cual podría ser explicado
por la existencia de diferencias antigénicas y genéticas, entre las cepas de
humanos y cepas de B. coli porcino.
Se ha demostrado que los trofozoítos de cepas que se adaptan y reproducen con
mayor rapidez en el cultivo, generan más síntomas, además las condiciones
físicas del hospedero juegan un papel importante para que se manifieste la balantidiasis(5).
Se
observó una alta prevalencia de Blastocystis spp, tanto en cerdos como
en humanos, lo cual puede sugerir que quizá se esté dando una infección de
este parásito entre animales y el hombre, tal como lo reportan algunos estudios(33), por lo cual sería interesante evaluar en próximos estudios,
los genotipos de Blastocystis
presentes en las personas y en los cerdos y esclarecer sí ambos hospedadores están
compartiendo la misma fuente de infección, existiendo la posibilidad de
transmisión directa del cerdo al humano y viceversa. La mayoría de las parasitosis intestinales humanas producidas por
protozoarios y helmintos, así como algunas extraintestinales, se originan por
los hábitos y costumbres higiénicas deficientes, así como la práctica de
defecación en campo abierto, donde quedan expuestos junto con la materia fecal los
quistes de protozoarios y huevos de helmintos, que pueden ser infectantes desde
el momento de su expulsión o requerir de cierto tiempo para tornarse
infectantes(1-3,5). De
igual manera, en las comunidades del Edo. Bolívar estudiadas, se observó a los niños
descalzos, jugando en la tierra y manteniendo contacto directo con los cerdos y
con otros animales como perros, pavos, gallinas, loros y gatos, que se
encontraban alrededor de las viviendas o dentro de las mismas. En la mayoría de
las viviendas el agua utilizada se tomaba del río y su consumo se hacía sin
tratamiento previo, de igual manera que algunos alimentos no eran procesados
con las medidas higiénicas adecuadas. Además de las condiciones anteriormente
descritas, la temperatura cálida y la excesiva humedad en estas localidades del
Edo. Bolívar son factores que favorecen la transmisión de las parasitosis
intestinales.
En cuanto a los organismos identificados en las personas estudiadas, se
puede notar que los protozoarios se presentaron en mayor número con respecto a
los helmintos tanto en las personas de la granja y sus alrededores, así como en
las personas de las diferentes comunidades del Edo. Bolívar, siendo los más
frecuentes: Blastocystis spp, G. duodenalis y E.nana. De los helmintos, el primer lugar lo ocupa en el
caso de la granja, Ascaris lumbricoides
con un 6% y en las diferentes comunidades del Edo. Bolívar están los Ancylostomideos
con un 17%, siguiendo con Strongyloides
stercoralis con un 11% y finalmente T.
trichiura y A. lumbricoides ambos con 6%, siendo esto consecuencia directa
de las condiciones deficitarias del medioambiente y del saneamiento ambiental
(eliminación inadecuada de excretas y falta de agua potable), factores
dependientes del parásito y también debido a las características del hospedador:
bajo nivel educacional y cultural y carencias nutricionales multifactoriales. Además se puede observar que resultaron
parasitadas con Ancylostomideos y S.
stercoralis, únicamente las personas provenientes de las diferentes
comunidades rurales del Edo. Bolívar, atribuyéndose este hecho a que las
personas pertenecientes a las comunidades Panares mantienen mayor contacto con
la tierra, al encontrarse en su mayoría descalzos y realizar actividades
agrícolas, lo que facilita la infección con este tipo de parásitos, a
diferencia de las personas de la granja donde la mayoría de las veces los niños
usaban zapatos.
Si bien, en este trabajo no se pudo establecer ninguna relación en
cuanto a la transmisión de Balantidium spp. al humano, sí se podría inferir la
importancia que podría tener la infección con Blastocystis spp.
en los cerdos y su posible transmisión al hombre, dada la elevada frecuencia
del mismo en ambos hospedadores, tal como ya ha sido previamente planteado (33).
Estos resultados muestran la necesidad de realizar estudios similares en diversas regiones del país, para establecer con certeza la prevalencia
de Balantidium spp., tanto en cerdos como en humanos, así como confirmar
mediante biología molecular si la especie es B. coli o B. suis.
Agradecimiento. A las personas que participaron en este estudio quienes dieron su consentimiento para que se les practicara el examen parasitológico, así como a los propietarios y trabajadores de la Granja y los propietarios de los cerdos criados domésticamente en las comunidades rurales del estado Bolívar, quienes facilitaron el acceso y toma de muestra de los animales.
Este Trabajo fue financiado por los ingresos propiosdel Laboratorio de Amibiasis, Cátedra de Parasitología, Escuela de
Bioanálisis, Facultad de Medicina, UCV.
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Video Balantidium coli
NOTA:Toda la información que se brinda en este artículo es de cará
cter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.