Angela Bracho Mora
angelitab60@gmail.com
Licenciada en Bioanálisis. MSc. en Microbiología. Profesora de Práctica Profesional de Parasitología, Escuela de Bioanálisis, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
Zulbey Rivero-Rodríguez
Licenciada en Bioanálisis. MSc. en Microbiología. Profesora de Práctica Profesional de Parasitología, Escuela de Bioanálisis, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela.
Katyusca Rivas
Licenciada en Bioanális
Solneumar Salazar
Bioanalista del Laboratorio de Parasitología. Hospital Universitario de Maracaibo. Maracaibo-Venezuela.
Adriana Maldonado Ibanez
Licenciada en Bioanálisis. MSc. en Administración del Sector Salud. Mención Epidemiología. Profesora de Práctica Profesional de Parasitología, Escuela de Bioanálisis, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela.
Ricardo Atencio Bello
Licenciado en Bioanálisis. MSc. en Microbiología e Inmunología. Escuela de Bioanálisis, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela.
Rafael Villalobos
Médico Cirujano. Doctor en Ciencias Médicas. Profesor de Medicina Tropical, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela.
Parasitología Prevalencia del complejo Entamoeba y otros parásitos patógenos/comensales intestinales en adultos de varios municipios del estado Zulia, Venezuela. Fecha de recepción: 21/10/2015
Fecha de aceptación:
23/02/2016
Con la finalidad de determinar la prevalencia del complejo Entamoeba y otros parásitos entéricos en adultos de varios municipios del estado Zulia, se efectuó un examen coproparasitológico con SSF 0,85%, lugol y método de concentración formol-éter a 197 personas mayores de 20 años, de ambos sexos, de 11 municipios del estado Zulia; solo 186 fueron sometidas a coloraciones de Kinyoun. Se encontró un 77,16% de parasitados contra un 22,84% de no parasitados. Las mayores frecuencias correspondieron a Blastocystis spp. (50,3%), Endolimax nana (36%) y complejo Entamoeba (27,9%) en cuanto a los protozoarios; entre los helmintos, Ascaris lumbricoides (16,8%), Trichuris trichiura (7,6%) y Ancylostomideos (6,1%). Las asociaciones más comunes fueron complejo/Blastocystis spp. (17,77%) y complejo/Endolimax nana (17,26%). Se encontró diferencia significativa en las asociaciones complejo/Giardia lamblia y complejo/Chilomastix menili (p>0,05). Se concluye que la prevalencia de las parasitosis intestinales en el estado, continua siendo elevada, teniendo los protozoos la tasa más significativa.
Title Prevalence of the Entamoeba complex and other intestinal parasites or commensals in adults from Zulia State Venezuela
Abstract
In order to determine the prevalence of theEntamoeba complex, and other intestinal parasites in adults in several municipalities of Zulia state a study, was performed with coproparasitological techniques: SSF 0.85% lugol and concentration method. 197 people over 20 years, of both sexes, from 11 municipalities in Zulia. 77.16% of parasitized against 22.84% unparasitized were found; only 186 underwent Kinyoun stains. The higher frequencies correspond to Blastocystis spp. (50.3%), Endolimax nana (36%) and Entamoeba complex (27,9%) in terms of protozoa; and between the helminths Ascaris lumbricoides (16,8%), Trichuris trichiura (7,6%) and Ancylostomideos (6,1%). The most common associations were complex/Blastocystis spp. (17,77%) and complex/E. nana (17.26%). There was a significant difference between complex/G. lamblia and complex/Ch. mesnili. We conclude that the prevalence of intestinal parasites in the state remains high, protozoa parasites having the highest rate.
Key Word Complex Entamoeba, Blastocystis spp; adults; Zulia
Introducción
Aunque el término "parásito" envuelve conceptualmente
a todos los seres vivos capaces de causar daño a otro, usualmente en medicina
este nombre se emplea de forma exclusiva a los protozoos, helmintos y
artrópodos que viven temporal o permanentemente en el ser humano, compitiendo
por los nutrientes que ingiere el huésped (1). Existen una
gran variedad de helmintos y protozoarios intestinales, donde algunos se
comportan como patógenos y otros comensales. En América Latina, se han
publicado estudios sobre prevalencias mostrando cifras de prevalencia variables
aunque generalmente elevadas dependiendo del país, la muestra evaluada y las
técnicas de diagnóstico coproparasitológicas empleadas (2-4). Durante el
periodo de julio 2008-abril 2009 Chincha y cols. en Perú, evaluaron la
frecuencia de las parasitosis intestinales en pacientes con y sin infección por
VIH atendidos en un hospital público de la ciudad de Lima, encontrando diversas
especies de parásitos como: Blastocystis
hominis 35,4% Giardia lamblia
3,8%, Entamoeba histolytica 1,2%, Strongyloides stercoralis 6% y Ascaris lumbricoides 1% 10 (5) . González y
cols., refieren 84,4% de parasitosis intestinales, en pacientes con
enfermedades mentales de un hospital psiquiátrico de Matanzas en Cuba, siendo
los más frecuentes Trichiuris trichiura
(78,6%) y el complejo Entamoeba
histolytica/E. dispar (26,8%) (6). Más recientemente, en el río Chagres,
Panamá, Arosemena y cols, observaron en tres comunidades indígenas, que 82% de
las personas estaban parasitadas, donde B.
hominis presentó la mayor frecuencia con 20,5%, Entamoeba coli 16,4% G.
intestinalis 18,3%, Entamoeba
histolytica/E. dispar 14,4 % y A.
lumbricoides 4,6% (7).
Entre los parásitos más importantes desde el punto de vista
de prevalencia y deterioro de la calidad de vida del hospedero adulto, se
encuentra Entamoeba histolytica. En los últimos años se han descrito otras
amibas morfológicamente idénticas a E.
histolytica, pero que aparentemente no son patógenas (Entamoeba dispar y Entamoeba
moshkovskii) (8,9). E.
histolyticaes la única amiba reconocida como patógena para
el hombre y afecta al 5-10% de la población mundial (3). Según la
OMS, hay 50 millones de nuevas infecciones por año y 70.000 muertes. La
disentería amebiana se presenta frecuentemente en países tropicales aunque
también existen casos en las zonas templadas y frías (10).
De acuerdo con los mecanismos patogénicos, es posible
aseverar que la amibiasis es variable en relación con los síntomas que causa en
el ser humano. La amibiasis puede ser intestinal produciendo colitis
ulcerativa, disentería, ameboma y apendicitis; y amibiasis extraintestinal,
afectando principalmente el hígado (produciendo absceso amibiano hepático),
pulmón (amibiasis pleuropulmonar), piel (amibiasis cutánea, principalmente en
homosexuales) y cerebro (necrosis cerebral) (11,12).
En Venezuela, según información publicada por el Ministerio
del Poder Popular para la Salud en el anuario de morbilidad 2011, refieren
110.015 casos de amibiasis con una tasa de 375,8 por cada 100.000 habitantes y
en el estado Zulia 28.352 casos de los cuales 11.388 eran mayores de 20 años (13).
El diagnóstico de las amibiasis generalmente se realiza a
través de técnicas de laboratorio convencionales (examen microscópico fecal),
sin embargo, esta metodología presenta una gran limitación; ya que no se pueden
diferenciar las especies del complejo Entamoeba
(E. histolytica, E. dispar y E.
moshkosvkii). Esto solo se logra por medio de pruebas más laboriosas y
costosas como son las técnicas inmunológicas (ELISA) y biología molecular (PCR)
(12).
Estudios a nivel nacional demuestran diversas prevalencias
de parásitos intestinales. En el estado Sucre, Mora y col. (1)
investigaron la prevalencia del complejo E.
histolytica/E. dispar en pacientes con síntomas gastrointestinales de
diarrea procedentes de Cumaná, a través de métodos coproparasitológicos y
encontraron 16% de prevalencia para el complejo, encontrándose otras especies
como B. hominis (19,3%), E. coli (9,3%), T. trichiura (4%) y A.
lumbricoides (3,8%).
En Ciudad Bolívar, estado Bolívar durante el periodo de
octubre 2012-febrero 2013, se analizaron 62 muestras fecales de adultos mayores
recluidos en el Instituto Nacional de Servicios Sociales (INASS), aplicando diversas
técnicas coproparasitológicas obteniendo una prevalencia de parásitos
intestinales de 53,2% (14).
Marcano y cols (2013) realizaron un estudio coproparasitológico a 324 habitantes de la comunidad 18 de
Mayo, las muestras fueron recolectadas y analizadas con microscopia óptica por
las técnicas convencionales encontrándose a Blastocystis sp. (34,9%) ocupando el primer lugar de
prevalencia seguido de Endolimax nana (22,2%), y en baja prevalencia a E. histolytica/ E. dispar
(0,6%). Con respecto a los helmintos
los principales fueron A. lumbricoides 0,9% y T. trichiura 3,4% (15). Rodulfo y
cols. (16) investigaron 1141 muestras fecales, de las cuales solo
150 presentaron el complejo Entamoeba
por medio de la microscopía convencional. A través de técnicas moleculares
encontraron 9,3% de infecciones por E.histolytica, 4% con E. dispar y 4,7% de infecciones mixtas.
En el estado Zulia, los estudios de prevalencia de
parasitosis intestinales en población adulta son escasos, sin embargo, diversas
investigaciones (17-21) en población general refieren una alta
prevalencia de los agentes parasitarios sin importar raza ni sexo. Para el año 2007, Calchi y
cols. (17) estudiaron 216 individuos de la comunidad Santa Rosa de
Agua en Maracaibo, encontrando un 86,58% de parasitados, donde los protozoarios
B. hominis (64,07%), E.
coli (26,73%), G. lamblia (22,45%) y Complejo E. histolytica/E.
dispar (19,78%) ocuparon
los primeros lugares; mientras que entre los helmintos: T. trichiura (56,68%),
A. lumbricoides (44,09%) e Hymenolepis nana (5,34%) fueron los
más frecuentes. Rivero y
cols. (18) identificaron mediante ensayos de PCR en individuos de
una comunidad del estado Zulia, Entamoebahistolytica en un 10,78%, Entamoeba dispar 7,84% y 4,41% con
infecciones mixtas,; así mismo detectaron Blastocystis
hominis (53,92%), E. coli (21,08%),
T. trichiura (43,14%) y A. lumbricoides (35,29%). Rivero y cols
en el año 2012, estudiaron adultos asintomáticos de diferentes comunidades del
estado Zulia, donde la mayor frecuencia de enteroparásitos se debió a Blastocystis
spp. (50,52%), Entamoeba histolytica/E.
dispar (10,41%), E. coli
(11,57%), A.
lumbricoides (6,31%) y T.
trichiura (4,21%) (19). Por otro
lado, en comunidades indígenas de la región, Bracho y cols. (2013) recolectaron muestras
de heces y suero, realizando una técnica de ELISA comercial para la detección
de anticuerpos IgG anti-Entamoeba histolytica en suero, y técnicas
convencionales a las muestras fecales. Refieren un 98,6% de parasitados
y entre las especies encontradas destacaron, A. lumbricoides comoel principal helminto
(65%), y Blastocystis sp. (59%) como el protozoario más frecuente. Entamoeba
histolytica/E. dispar/E. moshkovskii se detectó por microscopia en 25
individuos (36% de prevalencia), donde se incluyó un caso de infección por E.
histolytica, por haberse encontrado trofozoítos hematófagos. Se observó una
seroprevalencia de anticuerpos contra E. histolytica, del 83% (20). En el mismo
año, se determinó la prevalencia de parasitosis intestinales y tisulares en una
comunidad Yukpa, donde predominaron los protozoarios sobre los helmintos siendo
los más prevalentes Blastocystis sp. 51,64%, E. coli 48,35%,
Complejo Entamoeba
histolytica/E. dispar/E. moshkovskii41,75%, A. lumbricoides 38,46%,
Ancylostomideos 31,86% y T. trichiura 12,08% (21).
El éxito en la disminución y erradicación de las
enfermedades parasitarias dependerá en gran medida de los recursos que se
inviertan en capacitar y cambiar los hábitos de comportamiento humano frente a
los cuidados de salud. Debido a que son escasos los estudios que se han
realizado en el grupo de personas adultas y lo importante que es la
identificación de los enteroparasitos, en particular el complejo Entamoeba, se decidió realizar esta
investigación para determinar su prevalencia y poder contribuir con las
estadísticas del estado Zulia.
Materiales y métodos
Desde Febrero 2012 hasta Febrero 2014 se realizó un estudio epidemiológico,
descriptivo en adultos de diferentes municipios del estado Zulia que asistieron
a las jornadas médico-odontológicas efectuadas por la Facultad de Medicina
conjuntamente con la Facultad
de Odontología de la
Universidad del Zulia. Las comunidades en dichos municipios
fueron seleccionadas por sus condiciones precarias y bajos recursos económicos,
lo que propicia la presencia de parásitos intestinales, en especial del
complejo Entamoeba.
Los municipios seleccionados
fueron: Almirante Padilla, Cabimas, Catatumbo, Jesús Enrique Lossada, Machiques
de Perijá, Mara, Páez, San Francisco y Sucre. Se escogieron comunidades de
varios puntos cardinales del Estado Zulia para tratar de abarcar gran parte del
estado.
En el estudio fueron incluidos
197 adultos (mayores a 20 años) de ambos sexos, tanto de población indígena
como mestiza. Los mismos fueron clasificados según Cuminiski y col. (22)
de la siguiente forma: Adulto joven (20-39 años), Adulto medio (40-65 años) y
Adulto mayor (>65 años). A todos los individuos participantes en la
investigación se les solicitó su consentimiento informado por escrito según las
Normas del Código de Bioética y Bioseguridad (23).
Las muestras de heces fueron
recolectadas por las personas mediante evacuación espontánea y transportadas en
un envase limpio, estéril, de boca ancha con tapa, identificadas con los datos
personales para el posterior estudio coproparasitológico, las cuales se
procesaron mediante la técnica de examen directo con solución salina 0,85% y
lugol, todo esto se realizó en el sitio de recolección. Una vez realizado el
examen directo se
le agregó formol-salino para ser transportadas al laboratorio de Parasitología
de la Escuela
de Bioanálisis, de la
Facultad de Medicina, Universidad del Zulia; donde se
sometieron a la técnica de concentración de formol-éter (Ritchie)(24). A partir del sedimento del concentrado se realizó un frotis
con la coloración de kinyoun (7) para la búsqueda de coccidios
intestinales, en un subgrupo de 186/197 muestras fecales.
Es importante señalar que no
se emplearon pruebas especiales para diferenciar las especies del complejo Entamoeba (Entamoeba histolytica, Entamoeba dispar y Entamoeba moshkovskii), así como tampoco para Enterobius vermicularis y Strongyloides
stercoralis.
Para el análisis de los
resultados se utilizaron frecuencias relativas (%). Se usó la prueba Ji
cuadrado (χ2) y correlación de Pearson. La afinidad entre pares de especies que
co-ocurrieron se midió mediante el Índice de Fager (IA,B),
determinándose su significancia con el test de “t”. Con un margen de seguridad de 95%, para demostrar la
independencia entre las variables: parasitosis, sexo y edad. Los datos fueron
analizados utilizando el programa estadístico SPSSversión 11.0. Se consideró significativa toda p
<0,05.
Resultados
Entre los individuos estudiados (n=197), las edades variaron entre 20 y
83 años, mediana 38 años. Participaron 76 individuos del sexo femenino (38,58%)
y 121 (61,42%) del masculino. Se obtuvo
una prevalencia general de parásitos intestinales (incluidas las especies
comensales) de 77,16% (152/197); así mismo, se demostró un predominio de individuos
poliinfectados (53,30%) sobre aquellos que presentaron infecciones con solo una
especie de protozoo o helminto (monoinfección) (23,86%).
El cromista Blastocystis spp fue el organismo mas
prevalente con un 50,3% (99/152); las especies
de protozoos identificados (comensales y patógenos) más frecuentes fueron: Endolimax nana 36% (71/152) y Entamoeba coli 36% (61/152); mientras
que de los helmintos Ascaris lumbricoides
16,8% (33/152), Trichuris trichiura 7,6%
(15/152) y Ancylostomideos 6,1% (12/152) ocuparon los primeros lugares. Por
otro lado, se detectó un caso de Cryptosporidium
spp. y otro de Ciclospora cayetanensis (entre
los 186 individuos que se evaluaron para coccidios intestinales. No se observó
diferencia significativa entre las especies (p>0,05). Ver tabla I.
La prevalencia del complejo Entamoeba fue de 55 casos (27,9%). En la
tabla 2, se observa la distribución de estos casos por grupo etario evidenciándose
un predominio en el grupo adulto joven (20 a 39 años) (32/55) con un 16,24%, seguido de
los adultos medios (40-65 años) con un 9,14% (18/55). Al aplicar la prueba
estadística no existió correlación entre la presencia del complejo Entamoeba y la edad de los individuos.
En cuanto a la distribución según el sexo, en 34 personas del sexo masculino
(17,26%) se encontraron formas evolutivas del complejo Entamoeba, mientras que 21 fueron del sexo femenino (10,66%).
Al evaluar los protistas encontrados
se observó un máximo de hasta 6 especies por individuo. Tal como se aprecia en
la tabla 3, se detectó una alta asociación entre el complejo Entamoeba y Blastocystis spp. (17,77%); así como también con E. nana (17,26%) y E. coli (15,74%).
Encontrándose significancia entre Complejo + G. lamblia y Complejo + Ch.
mesnili.
Discusión
Son pocos los estudios realizados únicamente en población adulta (6,14,19)
ya que en su mayoría son los niños y adolescentes los más expuestos y
afectados por las parasitosis intestinales; sin embargo, al evaluar estudios en
población general se observan elevadas prevalencias de parasitosis en estos
grupo etarios (1,2,17,21,27,28). A través de los exámenes
parasitológicos efectuados, se pudo evidenciar una prevalencia general de infecciones
por organismos parásitos donde se incluyen tanto especies patógenas como
comensales del hombre del 77,16% (152/197); de los cuales 76 (38,58%)
correspondían al sexo femenino y 121 (61,42%) al masculino. Estos resultados son
similares a los referidos en diversas poblaciones a nivel internacional(2,3,7),
nacional(26-28) y regional (17,18,20,21); sin embargo,
existen estudios que muestran porcentajes de prevalencia menores al encontrado en
esta investigación(15,29,30). Tales variaciones podrían explicarse
por la diferencia en las metodologías diagnósticas empleadas, condiciones socio
económicas e higiénico sanitarias de las poblaciones estudiadas, entre otras.
Predominaron los casos de
individuos poliinfecctados (53,3%) sobre aquellos que presentaron una sola
especie de organismo (cromista, protozoo o helminto) (23,86%), ésta situación
es apoyada por diversos estudios (2,20), sin embargo, la literatura
también refiere trabajos que señalan a las parasitosis prevalentes en una sola
especie afectando a los individuos (14,19,27). Devera y cols. (31)
señalan en un estudio realizado en niños y adultos de una comunidad urbana un 50%
de mono y 50% poliparasitados. Ésta situación pudiera explicarse porque los
adultos al igual que los niños están en contacto con agentes contaminantes que
presentan una o varias formas evolutivas infectantes lo que conlleva a la
presencia de parasitosis.
En Venezuela, las tasas de
prevalencia de las amibas integrantes del complejo Entamoeba son desconocidas ya que no se aplican métodos diagnóstico
adecuados para su diferenciación (32,33). En la mayoría de los
países solo se utilizan exámenes con microscopía de luz que se basan en la
identificación de los estadios del parásito (quistes y trofozoítos), cuya
morfología es idéntica entre las tres especies del complejo. Sin embargo, la
especie patógena puede visualizarse en tejidos invadidos por el proceso
infeccioso. También a partir de cultivos in vitro mediante
identificación de isoenzimas se pueden diferenciar las cepas patógenas y no
patógenas, así mismo, por la determinación de componentes antigénicos
(adhesinas) y por pruebas de biología
molecular, se puede diferenciar Entamoeba histolytica de Entamoeba dispar(34).
La prevalencia del complejo Entamoeba fue de 55 casos (27,9%),
considerándose elevada para la población estudiada. Los porcentajes de dicho
complejo varían de acuerdo a diferentes factores, tales como las técnicas
utilizadas para su determinación, la edad de la población y zona de estudio,
entre otros. Adicional a lo anterior, las investigaciones que emplean técnicas
específicas como ELISA y PCR tienden a arrojar porcentajes altos, debido a la
sensibilidad de estas pruebas y a la muestra utilizada, además de permitir la
diferenciación entre las especies; en contraste, al emplear técnicas
convencionales como la microscopía, se podrían reportar falsos negativos por
errores de identificación del personal que lo diagnostica (32,33).
En este orden de
ideas, al comparar estos resultados con los obtenidos por otros estudios, se
encuentran valores de prevalencia tanto superiores (7,20) como inferiores a los de esta investigación (7,8,19,26,28,29),
incluyendo reportes por debajo del 1% (14,15,27) hasta la
inexistencia de este agente en las comunidades (31,35).
Comparando
la prevalencia de los parasitados con el complejo Entamoeba de acuerdo al género, se puede evidenciar que el sexo
masculino ocupó el mayor porcentaje, obteniendo un 17,26%, lo cual coincide con
pocos estudios (14,19,28), ya que en gran parte de las investigaciones
consultadas éste predomina en el sexo femenino. Sin embargo, el análisis
estadístico no reveló diferencias significativas al relacionar el parasitismo
por el complejo Entamoeba con el
sexo, lo que sugiere que no existe una condición propia de esta variable que
predisponga a la parasitosis, y que ambos géneros mantienen costumbres similares.
Reportes similares han sido indicados por otros autores (31,35). A
diferencia de nuestros hallazgos, Agudelo y cols. (2) señalan asociación estadística entre sexo y parasitosis,
específicamente en el hallazgo de E. coli
y uncinaria las cuales fueron mayor en el sexo femenino y masculino
respectivamente.
Con respecto a la edad y la
presencia del complejo Entamoeba, se
evidenció un predominio en el grupo de adultos jóvenes (20 a 39 años) (32/55) con un
58,18%, seguido de los adultos medios (40-65 años) con 32,73% (18/55). Para
analizar esta prevalencia, existen pocos estudios que abarquen sólo población
adulta, ya que la gran mayoría de las investigaciones se refieren a población
infantil. Al comparar con otras publicaciones se encuentran reportes similares,
ya que señalan el grupo de adultos jóvenes como los mayormente afectados,
disminuyendo la presencia de parasitosis a medida que aumenta la edad (15,31).
En referencias donde se determina la presencia del complejo Entamoeba como principal agente
parasitario, se mantiene dicha situación (1,18,20). La prueba
estadística no detectó correlación entre estas variables.
Al evaluar las especies de
protistas y helmintos encontrados se observó un máximo de hasta 6 especies
cohabitando en un mismo individuo; se detectó una alta asociación entre el cromista
Blastocystis sp. y las especies de
protozoarios pertenecientes al complejo Entamoeba (17,77%); así como también la coexistencia con
especies comensales como E. nana (17,26%) y E. coli (15,74%), con las cuales no se demostró diferencia
significativa; sin embargo, las asociaciones entre el complejo Entamoeba con + G. lamblia así como con Ch.
mesnili, una especie protista comensal frecuente donde si se demuestra significancia
al aplicarle la estadística. Previamente ha sido reportado en investigaciones
en la que se hace mención de las asociaciones parasitarias, se observa que el cromista
Blastocystis spp. encabeza la lista
de los organismos unicelulares que realizan infecciones al hombre, asociado a especies
de protozoarios comensales y en pocas oportunidades al complejo Entamoeba(35-39).
En el presente estudio se detectaron
catorce (14) especies de organismos que infectan al hombre y realizan vida
parasita en el, siendo las más frecuentes Blastocystis
spp. con un 50,3% (99/152). Este es un microorganismo que hoy en día sigue
siendo controversial, debido a que aún se desconoce su papel patógeno, aún
cuando se han realizado múltiples estudios clínicos, epidemiológicos,
terapéuticos, morfológicos y genéticos (36-40). La frecuencia de
este chromista el cual está actualmente clasificado dentro de este grupo (41),
al ser comparada con otros autores en el ámbito internacional y nacional
incluyendo el estado Zulia señalan prevalencias que van desde un 20% hasta un
55% (2,3,7,15,19,26,28) lo que demuestra que las fuentes de
transmisión está altamente relacionada con las condiciones de vida y la infección por este no parece restringirse a condiciones
climáticas, grupos socioeconómicos ni áreas geográficas.
Otras especies encontradas en
altos porcentajes fueron Endolimax nana
y Entamoeba coli, quienes se
consideran los comensales más comunes del ser humano. El patógeno G. lamblia solo fue diagnosticado en un
3,6% lo que demuestra que este agente está más asociado a la población infantil
que adulta. Mientras que de los helmintos Ascaris
lumbricoides 16,8% (33/152), Trichuris
trichiura 7,6% (15/152) y Ancylostomideos 6,1% (12/152). Estos
enteroparásitos han sido reportados en otros estudios similares de la región,
donde las condiciones sanitarias deficientes favorecen la diseminación (42).
Con respecto a los coccidios
intestinales se determinó un caso de Cryptosporidium
sp. y un caso de C. cayetanensis lo
que demuestra que son parásitos mayormente asociados a la infección por VIH (26) y la población
estudiada en nuestra investigación a
pesar que no fue el total de estudiados eran individuos aparentemente
sanos. Tal aseveración es apoyada por los estudios de Gonzalez y cols (26)
donde no obtuvieron coccidios intestinales y Agudelo y cols.(2) que
obtuvieron bajo porcentaje de C.
cayetanensis. Caso contrario es demostrado por Cazorla y cols., (28)
encontraron elevadas prevalencias en individuos de todas las edades de Urumaco,
estado Falcón. No se observó diferencia significativa entre las especies
parasitarias identificadas (p>0,05).
Como se puede evidenciar la
prevalencia por el complejo Entamoeba y
otros enteroparásitos en la población adulta estudiada se mantiene en estrecha
relación con la casuística reportada en la literatura, lo que demuestra que las
parasitosis siguen ocupando los primeros lugares entre los microorganismos que
afectan el intestino humano.
Agradecimientos:A
todas las comunidades visitadas que nos permitieron realizar el estudio y al Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de La Universidad del
Zulia (CONDES) mediante el financiamiento del proyecto CC-0489-13.
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NOTA:Toda la información que se brinda en este artículo es de cará
cter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.