Abril-Junio 2013 54
ISSN 1317-987X
 
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Parasitología
Balantidium spp en cerdos y sus criadores: Prevalencia en comunidades de dos Estados de Venezuela.

Introducción

Las infecciones por protozoarios intestinales son las de mayor prevalencia en el mundo, pudiendo encontrarse entre 40-70% en los paí­ses subdesarrollados, principalmente debido a las deficientes condiciones higiénico-sanitarias y bajo nivel sociocultural (1-3).  El género Balantidium (Claparede y Lachmann, 1858)(2), incluye a protozoarios ciliados observados en el intestino de ranas, jabalí­es, ovejas, caballos, bovinos, aves, peces, tortugas, cucarachas y otros. En el hombre este ciliado fue descrito por Malmsten en 1957, quien lo observó y describió en dos pacientes con disenterí­a aguda, denominándolo Paramecium coli por su parecido al ciliado de vida libre. Leukart en 1861, describió un ciliado idéntico en el cerdo y Stein en 1863, pensó que el ciliado descrito por Leukart y el descrito por Malmsten en el humano, eran morfológicamente idénticos, por lo cual los designó como Balantidium coli (2-6). En el cerdo, fueron descritas dos especies, B. coli y B. suis, por Mc Donald en 1922, las cuales según sus observaciones, diferí­an en forma, tamaño, caracterí­sticas del citostoma y macronúcleo, lo cual fue considerado posteriormente por otros autores como una misma especie y que tales variaciones dependí­an de la cantidad de almidón ingerido del medio por el ciliado (4).  Hasta ahora, B. coli es el único protozoario ciliado que se ha encontrado infectando al hombre, principalmente en el intestino grueso y su transmisión es por ví­a oro-fecal a partir de las heces del hospedador infectado (1-3,5). Se ha propuesto que las especies B. suis de los cerdos y B. struthionis de avestruz son sinónimos de B. coli, pero aunque se ha encontrado un polimorfismo genético en aislados de cerdo y del avestruz, su relevancia taxonómica no ha sido establecida (7,8).  Entre los factores descritos que favorecen la balantidiosis en humanos se encuentran: el contacto estrecho entre cerdos y humanos, la disposición inadecuada de las heces, contaminación de las fuentes de agua potable y de los cultivos de vegetales con heces humanas y de animales, así­ como las condiciones climáticas en las regiones tropicales y subtropicales (1-3,5). La balantidiasis tiene una distribución cosmopolita y las prevalencias reportadas a escala mundial son tan variables que oscilan entre 0- 28% en el hombre, siendo más frecuente en el cerdo con prevalencias entre 33- 94,76%, por lo cual se considera que éste es la principal fuente de infección para el hombre (5,9-13).

Los resultados de los estudios donde se asocia la prevalencia de balantidiosis humana con la actividad laboral o contacto estrecho con cerdos, son controversiales, ya que hay lugares como Nueva Guinea, donde la tasa de infección entre los trabajadores de granjas porcinas alcanza un 28% y en otros como Canadá y Estados Unidos, donde las condiciones climáticas son extremas, la infección humana por este protozoario es poco frecuente. En otras regiones como Egipto, la exposición del hombre a los cerdos y la prevalencia de balantidiasis humana son bajas (1,3,5,9-11). La poca prevalencia en el hombre se ha tratado de investigar realizando estudios de infección cruzada, encontrándose que el humano es refractario a la infección por aislados provenientes de cerdos (5,11,14,15).  Por otra parte, en lugares donde no hay contacto con cerdos, como instituciones al cuidado de enfermos mentales, prisiones y orfanatos, se han registrado brotes de balantidiasis en los cuales la transmisión ha sido asociada con el hacinamiento y deficientes condiciones higiénicas (16-19). En cuanto a la patogenicidad del protozoario, algunos casos se han asociado con la coexistencia de una flora bacteriana patógena o potencialmente patógena, como factor que puede influir en la susceptibilidad del individuo y del curso de la infección. Este parásito muestra baja virulencia y la enfermedad parece ser un problema mayor en paí­ses en desarrollo, pudiendo ser un patógeno oportunista en individuos inmunosuprimidos que viven en ambientes urbanos, donde los cerdos no son la fuente de infección (5,20).

La balantidiasis puede tener tres presentaciones clí­nicas: Infección asintomática, como ocurre en el cerdo, donde el hospedador se comporta como un reservorio del protozoario; infección crónica donde se alternan periodos de diarrea con constipación, sí­ntomas abdominales no especí­ficos y dolor abdominal secundario a la invasión del intestino grueso por trofozoí­tos y la balantidiasis fulminante, que se presenta como una disenterí­a similar a la ocasionada por Entamoeba histolytica, donde se producen lesiones en el intestino, que son evidenciadas a través de la presencia de sangre y moco en las heces (1,3,5,21).  Existen escasos reportes de infección balantidiana extraintestinal, los cuales ocurren como un proceso secundario a una balantidiasis colónica, pudiendo mencionarse casos de peritonitis, uretritis, cistitis y vaginitis inflamatoria en mujeres, abscesos hepáticos, lesiones pulmonares (22-28) y un caso fatal reportado en Venezuela, donde ocurrió perforación de apéndice y peritonitis, con presencia de parásitos alrededor de los vasos sanguí­neos del pulmón (29).  Los estudios relacionados con la prevalencia de B. coli tanto en humanos como en cerdos son escasos, tanto a escala mundial como en Venezuela, por lo tanto en este trabajo se planteó, investigar la presencia de Balantidium spp en cerdos de granja y criados domésticamente y correlacionar su hallazgo con la posible infección en las personas que los crí­an.


Balantidium spp en cerdos y sus criadores: Prevalencia en comunidades de dos Estados de Venezuela.
Introducción
Materiales y métodos
Resultados
Discusión
Referencias

Video Balantidium coli

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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