Antes del descubrimiento de la
quimioterapia antituberculosa, la pericarditis tuberculosa era generalmente
mortal en el estadio agudo debido al taponamiento cardíaco o como resultado de
la constricción y la diseminación. Con el advenimiento de la
quimioterapia antituberculosa efectiva en los años cuarenta, la mortalidad se
redujo a cerca del 35% de los casos en 1970 ,sin embargo, aun con los fármacos
modernos y con las intervenciones quirúrgicas, la tasa de mortalidad sigue
siendo elevada y se estima entre 8% y 17% .(10). Se recomienda el uso de los corticosteroides para
los casos graves, con grandes derrames
recurrentes y que no responden al drenaje pericárdico y a los fármacos
antituberculosos solos.
Los pacientes con pericarditis tuberculosa deben seguir una evaluación constante con
estudio ecocardiografico en busca de
reactivación o constricción pericardica.