Enero-Marzo 2021 85
ISSN 1317-987X
 
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Cirugía
Absceso hepático amebiano y amibiasis cutánea como presentación rara de un caso. Sus aspectos clínicos, de diagnóstico y terapéutico

Introducción

La Entamoeba histolytica es el agente causal de una infección intestinal muy común, como lo es la amebiasis intestinal afección que es común y ampliamente diseminada, pero la prevalencia en su distribución varía según las áreas geográficas, por lo que predomina en las regiones más pobres del planeta carentes de agua potable y medidas de saneamiento inadecuadas, es por ello que alrededor de cincuenta millones de personas al año se infectan con el parásito; no obstante, sólo cinco millones alrededor de un 10% de la población mundial se encuentra afectada y desarrollan la enfermedad, sin embargo, sólo un 10% presentan síntomas resultando en 100.000 muertes anuales (1,2).

Gran parte de la morbilidad y mortalidad ocasionadas por la infección ocurre en las regiones en desarrollo, en Venezuela específicamente en el Estado Zulia, se observaron porcentajes de seropositividad al parásito de 4,4% a 46,6% (2).

Mientras que, en los países desarrollados, los grupos de alto riesgo a la infección son los viajeros, inmigrantes o visitantes de áreas endémicas, residentes en instituciones para discapacitados y hombres homosexuales que practican el sexo oro-anal, así como los individuos con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) también son un grupo de riesgo (3).

Actualmente se conocen tres especies morfológicamente similares, pero con diferencias genéticas: Entamoeba histolytica, dispar y moshkovskii (4). La E. Histolytica tiene un ciclo de vida simple, existe como la forma infectante (quiste), y como el trofozoítos ameboide

La infección por E. histolytica se transmite a través de agua, alimentos y manos contaminadas con los quistes, se comporta más frecuentemente como un comensal; el 90% de las infecciones son asintomáticas. Los factores que determinan su patogenicidad no son bien conocidos, sin embargo, la susceptibilidad a la infección y su desenlace están influenciados por factores dependientes del hospedero, del parásito y del ambiente (4,5).

En algunos casos la adherencia de los trofozoítos provoca lisis del epitelio colónico mediada por la lectina superficial: galactosa N- Acetyl-Dgalactosamina (Gal /GaINAc) que inicia la invasión del colon por trofozoítos (5). Los trofozoítos invaden la mucosa del colon, destruyen las células epiteliales, los neutrófilos y los linfocitos, proceso que se da cuando los protozoarios se ligan al oligosacárido receptor en la membrana celular. La secreción de ameboporina ayuda en la citolisis y luego de contacto parásito-célula, la ameboporina activa la caspasa-3 apotótica lo que producirá citolisis. La respuesta inflamatoria se da al activarse el factor nuclear kB con secreción de linfocinas; la intensidad de la respuesta depende de la virulencia. Una vez que el epitelio intestinal está invadido, la extensión extraintestinal que predomina en nuestro medio es el absceso hepático amebiano (AHA) que en general es una enfermedad grave que justifica su diagnóstico temprano y tratamiento inmediato (5,6).

Puede presentarse por autoinfección o por heteroinfección y su localización topográfica puede estar en región abdominal perineal, perianal, y en otros sitios menos comunes como la parrilla costal (6).

En el absceso hepático amebiano cuando el cuadro clínico ha evolucionado por meses, si bien pueden ocurrir precozmente y aun en los primeros días de iniciado el tratamiento específico, la perforación es la complicación más común en primer lugar a la cavidad torácica, seguida de la peritoneal, los órganos intraabdominales, el pericardio o la piel (7,8).

Bajo la denominación de amibiasis extraintestinal se comprende a cualquiera localización de la forma vegetativa de la Entamoeba histolytica fuera de su hábitat normal, que es el intestino humano. La amibiasis cutánea constituye una de las varias formas de localización extraintestinal de la E. histolytica, aunque muy rara y la cual está íntimamente relacionada con una amibiasis intestinal aguda o crónica.

Esta se origina cuando la disentería es intensa, se generan lesiones ulcerosas en la piel de la pared abdominal, costal, perineal o perianal e incluso vulvar, de forma irregular, bordes serpiginosos y enrojecidos, la base granulosa y necrótico hemorrágica y con frecuencia hay infección bacteriana agregada que suscita olor fétido. La evolución clínica es rápida y el dolor intenso (9).

La enfermedad afecta a ambos sexos por igual, es más común en adultos, pero se han reportado casos en niños y ancianos. Existen algunas condiciones que pueden favorecer la aparición de amibiasis cutánea como: la desnutrición, la diabetes mellitus, la colitis amebiana tratada de manera inadecuada, la mala higiene local, infecciones crónicas y el síndrome de insuficiencia adquirida humana (SIDA) (9,10).

El diagnóstico definitivo de amibiasis cutánea se establece con el hallazgo de los trofozoítos de Entamoeba histolytica. Los trofozoítos pueden ser encontrados en el exudado purulento de las úlceras, mediante examen directo al microscopio o en la biopsia de la piel afectada, en donde se identifican trofozoítos hematófagos (11).

Dado lo poco frecuente que es esta entidad como causa secundaria de obstrucción intestinal aguda y los pocos reportes que se encuentran en la literatura científica, se decidió publicar este caso haciendo énfasis en el manejo quirúrgico.

Absceso hepático amebiano y amibiasis cutánea como presentación rara de un caso. Sus aspectos clínicos, de diagnóstico y terapéutico
Introducción
Presentación del caso
Discusión
Conclusiones
Referencias bibliográficas

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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