Obstetricia
Infección por SARS-CoV-2 en pacientes embarazadas: complicaciones asociadas
Discusión
Las
modificaciones propias del embarazo convierten a las embarazadas en una
población más susceptible de padecer las formas graves de la enfermedad, aunque
estudios al respecto evidencian una evolución de la enfermedad similar a la reportada
en las no embarazadas (8).
Al analizar
estos datos provistos por las pacientes embarazadas que acudieron al servicio
de Obstetricia del Hospital Universitario de Caracas durante el periodo de
marzo 2020 a diciembre del 2022 se determinó que este estudio cumple con los
objetivos planteados, debido a que se evaluaron las complicaciones asociadas a
la infección por COVID-19 en pacientes con resultados interesantes que merecen
una discusión detallada, lo que nos permite una orientación en el
comportamiento del COVID-19 en la embarazada.
La
distribución de las embarazadas con COVID-19 refleja que la mayoría de las
pacientes 97,6 % fueron diagnosticadas por infección por SARS-CoV-2 durante el
embarazo: 8 pacientes través de PDR y 33
pacientes con diagnostico por PCR, solo el 2,4 % que corresponde a una paciente
fue diagnosticada durante el puerperio mediato a través de PCR, esto coincide
con el estudio de Khodamodari y cols.(9) en el que describen que la mayor parte fue diagnosticada
durante el embarazo y en el trabajo de parto, solo se reportó 1 caso durante el
puerperio, realizándose el diagnóstico a través de pruebas de laboratorio en el
77%.
Contemplándose
de acuerdo a la distribución antes mencionada que 17 pacientes gestantes (53,1 %)
y una puérpera (3,1 %) de las 32 complicadas, presentaron como complicación
insuficiencia respiratoria, trastornos hipertensivos del embarazo (37,5 %),
está descrito que se observa una tasa mayor de preeclampsia en pacientes con
COVID-19, que en pacientes sanas, en 9 (28,1 %) de estas 32 pacientes se
presentaron ambas complicaciones es decir coexistieron la insuficiencia
respiratoria y el trastorno hipertensivo del embarazo. Aunque la COVID-19 puede
manifestarse con síntomas que asemejan a una preeclampsia, la coexistencia de
estos puede dar lugar a manifestaciones graves, coincidiendo con el estudio de
Martínez y cols. (10) quienes evaluaron la combinación de riesgo de COVID-19 y
preeclampsia en una serie de casos, reportando casos de preeclampsia y
explicando la fisiopatología en común de estas afecciones, uno de los cuales es
el desequilibrio del sistema renina angiotensina.
La
prematuridad, otra complicación analizada en nuestro estudio, donde se observó
que 28 pacientes de las complicadas (87,5%) fueron interrumpidas antes de las
37 semanas de gestación, el 75% de ellas entre las 33 y 36 semanas, de las
cuales 57% fue debido a la insuficiencia respiratoria y compromiso materno que obligó a la interrupción en estas
semanas, en otro estudio elaborado por Arias y cols. (11) evaluaron que la
preeclampsia y la infección por COVID-19 están fuertemente asociados y estas
afecciones aumentan el riesgo de parto pretérmino y la morbimortalidad
perinatal. Se reportan 2 casos de óbito fetal, particularmente 1 aun cuando
existía compromiso materno, su vía de resolución fue parto vaginal al
encontrarse en periodo expulsivo al momento de su ingreso a UCI. Un informe de Stento
y cols. (12), presentó que las gestantes con infección por SARS-COV-2
experimentan mayores tasas de mortinato y partos prematuros, en la mayoría de
los casos eran en el tercer trimestre, surgió un patrón único de
intervellositis histiocítica crónica acuñado a placentitis por SARS-CoV-2 en
nuestro estudio no evaluamos placenta y membranas ovulares para buscar la causa
de muerte fetal. También se han reportado CIR, en nuestro estudio dentro de las
pacientes complicadas solo se reportó 1 caso, de las 11 fallecidas no se
describieron casos de CIR, esto podría explicarse ya que estas pacientes
tuvieron una presentación de síntomas de infección aguda del tracto
respiratorio progresando a un síndrome respiratorio agudo severo que obligó a
la interrupción del embarazo y en estos casos no se observó cronicidad que
generara daño placentario y posterior restricción del crecimiento.
Los
resultados muestran que de la totalidad de las pacientes complicadas, un 50 %
de ellas eran gestantes de edad avanzada uno de los factores de riesgo para
complicación por COVID-19 bien establecido, así como también comorbilidades de
base como diabetes mellitus (15,6 %) e hipertensión arterial (22,2 %) y
obesidad (12,5 %) como se describe en el estudio de Luna-Bernal y
Justo-Enriquez (13) quienes analizan los factores de riesgo y factores
pronósticos en las pacientes con sospecha de COVID-19 encontrándose que la
media de edad fue de 40,3 años y dentro de los antecedentes y factores de
riesgo, el más frecuente fue la obesidad seguido de hipertensión arterial y
diabetes mellitus. Con respecto al asma, se reporta que 3 (9,4 %) de las
pacientes complicadas presentaban este factor de riesgo, de las cuales 1 tuvo
insuficiencia respiratoria ameritando UCI, 1 hizo un óbito fetal a las 24
semanas y 1 no presentó ninguna complicación, en el estudio de Cupul-Uicab y
cols (14). describe que de la totalidad de pacientes evaluadas (295) 11 %
tenían como enfermedad preexistente y factor de riesgo asma bronquial. Saona y
cols. (15) evalúa la edad materna avanzada como factor de riesgo para caso
moderado-severo de COVID-19, evidenciando que uno de los factores de riesgo
asociados a la enfermedad grave y muerte son la edad >35 años y las
comorbilidades médicas preexistentes.
De las
pacientes complicadas, el 56,3 % ameritó ingreso a UCI siendo el único criterio
de ingreso la insuficiencia respiratoria y ameritando uso de ventilación
mecánica, de las cuales 10 (55,5 %) de estas fueron muertes maternas, la otra
muerte materna ameritaba UCI pero falleció antes de ser ingresada; en el
estudio de Guan y cols.(16) se observaron los criterios de ingreso a UCI para
pacientes con infección por COVID-19 incluían síndrome de dificultad
respiratoria aguda (61,1 %). Su evolución posterior a su estancia en UCI que se
clasificó en satisfactoria representada por 59,4 %, 6,3 % muerte perinatal y 34,4
% muerte materna, en el estudio de Castro Añez y cols. (17) reportan 53,3 % de
los casos con evolución de la enfermedad satisfactoria, es decir sin
complicaciones, en 46,7 % hubo complicaciones donde todas fueron hospitalizadas
(40 %) y de ellas un 30 % ingresó a UCI requiriendo apoyo ventilatorio. Al
momento del egreso hubo 6 muertes maternas (20 %) como consecuencia de la
enfermedad.
La
vacunación contra el COVID-19 se inició a mediados de 2021, aun cuando se
estableció un esquema que incluía a las embarazadas, no se demostró mayor
cobertura sobre esta población, particularmente en este análisis se observó que
de las pacientes complicadas solo el 21,9 % recibió una dosis de la vacuna, es
decir un esquema de vacunación incompleto, es importante destacar que una de
las pacientes, recibió la dosis con síntomas respiratorios, presentando
posteriormente a los 4 días, insuficiencia respiratoria, ingreso a UCI y fue
una muerte materna. Dentro de las vacunas recibidas descritas se encontraban
Sputnik® y Sinopharm®. La eficacia demostrada en un estudio multicéntrico fase
III realizado en Rusia, para la prevención de la COVID-19 por la Gam-COVID-Vac
en adultos mayores a 18 años, fue de 91,6 % al día 21 después de la segunda
dosis, la eficacia reportada a los 14 días previos de la primera dosis fue de
73,1 %, incrementando con la segunda dosis al 91,1 % después de 28 días de la
primera aplicación. Es importante señalar que se reportó un 100 % de eficacia
en la prevención de los casos graves del padecimiento (16). A pesar
de desconocer el tiempo entre la primera dosis de la vacuna y el inicio de los
síntomas en las pacientes, podemos concluir que la eficacia fue baja.
Los
resultados obstétricos y perinatales parecen estar influenciados por la
gravedad de la enfermedad materna, se ha descrito que las pacientes embarazadas
con infección por SARS-CoV-2 tienen un mayor riesgo de cesáreas y de parto
pretérmino, de acuerdo a los datos obtenidos y los resultados arrojados del
total de pacientes complicadas un 59,5 % tuvo una resolución obstétrica vía
alta y pre termino, donde la edad gestacional estaba comprendida entre las 33 y
36 semanas de gestación. La indicación de la cesárea fue por compromiso
materno, por presentar estas pacientes insuficiencia
respiratoria. Cupul-Uicab y cols.(14) evidenciaron que las proporciones combinadas más altas fueron para las cesáreas
indicadas por la presencia de Covid-19 (51 %) siendo este por compromiso
materno seguidas por indicaciones obstétricas (30 % de 646) y electivas (28 %
de 383). Las embarazas con Covid-19 (severo o no) experimentaron más cesáreas y
partos pretérmino. Así también es reportado en el estudio de Castro Añez y cols.
(17) que resultó en una tasa de cesárea de 86,7 % y un 40 % de las pacientes
complicadas con parto pretérmino. Recordando que la intervención por cesárea
cuando está justificada, disminuye la morbimortalidad materna y perinatal.
En este
estudio se reportaron 11 muertes maternas, todas en puerperio, este hecho
podemos asociarlo a que el
puerperio fisiológico se caracteriza por la presencia de los tres componentes
de la triada de Virchow y aumento del estado de hipercoagulabilidad, ahora
bien, durante la infección por SARS-CoV-2 se desencadena una cascada de
coagulación sanguínea e inmunotrombosis, sumándose esto al puerperio explicaría
porque las muertes ocurran en este periodo (7). Se estudiaron las complicaciones asociadas y factores de riesgos
que pudiesen generar este desenlace, observándose que la mayoría de las
pacientes fallecidas 54,4 % se complicaron con trastornos hipertensivos del
embarazo, el 100 % presentó insuficiencia respiratoria y los factores de riesgo
asociados 54,4 % hipertensión arterial, diabetes mellitus 36,4 %, obesidad 27,3
% y tener más de 35 años de edad 72,2 %. Es importante mencionar que estas
comorbilidades persistieron en las pacientes con enfermedad grave que
ameritaron ingreso a UCI y ventilación mecánica, así como en las pacientes que
terminaron en muerte materna. Como describen López Rodríguez y Galván (18) en
su estudio de comorbilidades asociadas a la mortalidad materna por COVID-19 el
cual fue el principal causante de muertes maternas durante el 2020 y 2021 pero,
esta complicación aumentaba 3.24 veces al asociarse una comorbilidad siendo las
principales hipertensión arterial, enfermedad renal y diabetes mellitus. Esto
se explica porque posiblemente estas complicaciones asociadas generan un
aumento de la respuesta inflamatoria y alteración de la respuesta inmunitaria
incrementando el riesgo de muerte materna. Así mismo Maza y cols. (19) concluyó
que en la mayoría de los casos, la muerte se produjo durante el puerperio, con
una mediana de siete días entre el parto y la muerte. El parto prematuro fue la
complicación perinatal más común (76,9 %) y el 59,9 % fueron bajo peso al
nacer. |