Julio-Septiembre 2003 16
ISSN 1317-987X
 
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Personajes
 


Jacinto Convit García
Médico investigador





Jacinto Convit: el lado humano de la medicina
Fecha de recepción: 31/12/2000
Fecha de aceptación:
31/12/2000

Al verlo caminar por los pasillos del Instituto de Biomedicina de Caracas y de la Universidad Central de Venezuela (U.C.V.), con su paso lento pero firme, de inmediato se piensa que, ciertamente, “nadie se jubila de una forma de vivir”. Jacinto Convit ha dedicado casi 70 años de su vida a la investigación y al trabajo constante para hacer de la medicina, más que una rama del saber humano, una vía para dignificar la vida de quienes padecen alguna enfermedad.




Las mariposas amarillas de La Pastora

Jacinto Convit García, hijo de Francisco Convit y Martí, inmigrante catalán, y de Flora García Marrero, venezolana, nació en Caracas el 11 de septiembre de 1913, y tiene cuatro hermanos: Miguel Ángel, Reinaldo, René y Rafael.

Sus estudios de secundaria los realizó en el Liceo Andrés Bello, donde tuvo el privilegio de recibir clases del escritor Rómulo Gallegos y de Pedro Arnal. “Gallegos era excelente en matemáticas y filosofía. Muy poca gente sabe esto. Me enseñó una cantidad de cosas y salí bien en su materia. Saqué 20 puntos”, comenta Convit con su hablar ronco y pausado.

De su infancia en la apacible parroquia de La Pastora, en Caracas, Venezuela, al cobijo del cerro El Ávila, atesora dos imágenes. La primera de ellas: la Tía Teté, Enriqueta Callejas, quien vivía con la familia, y que a decir de un Convit que se torna melancólico, “era un ser de esos que forma parte de la historia que pasó y no se volverá a repetir”.

La otra remite a la miles de mariposas que bajaban de la montaña e inundaban las calles con su aleteo amarillo, y con las que se entretenía, especialmente en las vacaciones escolares. “…¡Eso sí era una belleza. Era la vida y punto!. Nosotros las cazábamos con unas mallitas improvisadas. Con los años, leí a García Márquez, ‘Cien años de soledad’ estaba cogiendo fama. Cuando leí lo de las flores amarillas, dije: ¡Hum!, éste como que vivió en La Pastora!”, como señaló en una entrevista previa.2

Sus calificaciones, que le hicieron merecer menciones honoríficas en asignaturas como física y anatomía humana, anatomía descriptiva y topográfica, clínica médica y clínica quirúrgica entre otras, delatan su ahínco y dedicación como estudiante. “Estudiábamos mucho, con gran intensidad y había mucho que memorizar. Hubo una época en la que llegué a sentir una especie de cansancio. El número de horas que había que estudiar era grande, evoca.


Referencias
  1. José Luis Ávila Bello. Imagen y Huella de Jacinto Convit.. Caracas, Venezuela. Intevep, S.A. Centro de Investigación y Apoyo Tecnológico, filial de Petróleos de Venezuela, S.A.1996.
  2. Vicglamar Torres. Jacinto Convit: un médico en la calle. 2002 Feb. [citado 05 Aug. 2003]. Disponible en URL: www.analitica.com/cyberanalitica/icono/6780247.asp


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NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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