Marzo-Mayo 2001 7
ISSN 1317-987X
 
Buscar




Actualidad
 




Información Médica en Internet

Las editoriales deberían ofrecer información gratuita para la investigación en los países pobres

 


Fiona Godlee, director editorial (área de medicina), BioMed Central
Richard Horton, editor,The Lancet
Richard Smith, editor, BMJ

 

Algunos creen que el flujo de la información debería ser uno de los factores más importantes para mejorar la salud y el desarrollo en lugares con escasos recursos, pero las organizaciones para el desarrollo no están de acuerdo. Estas organizaciones se han concentrado en proyectos de infraestructura, por tal motivo han aumentado el número de trabajadores en el área de salud y de centros de consulta y los programas para erradicar infecciones. Pero nos encontramos en los albores de la era de la información, y comprendemos mejor la importancia que tiene la información. En la reciente Convención del Milenio de las Naciones Unidas se hizo énfasis en la importancia de la información cuando se declaró que el acceso a ella y a la comunicación es un derecho. Los conocimientos respaldan el aprendizaje, la investigación y la discusión que impulsa a un país adelante. El acceso a la información es primordial para describir y entender las deficiencias del presente, ver un mañana mejor, desarrollar medios parciales para que ese mañana se convierta en presente y educar e incentivar a aquellos que deben construir el futuro. La información es poder, y aquellos que trabajan con información deben darse cuenta de que su flujo, como una buena comunicación, no debe ser unidireccional.

En la actualidad, la brecha informática entre ricos y pobres se está ensanchando, tanto entre diferentes países como en un mismo país1 2, la línea divisoria digital es más dramática que cualquier otra desigualdad relacionada con la salud o el salario.1 La falta de información es una realidad, las bibliotecas médicas del África sub-sahariano que no han recibido revistas actualizadas por varios años, todavía no las reciben.1-5 Mientras tanto, la revolución electrónica provee a los científicos y a los trabajadores del área de la salud de los países desarrollados, acceso sin precedentes a la información. Los doctores del Africa rural tienen acceso sólo a textos desactualizados, mientras que los de Estados Unidos o Gran Bretaña pueden acceder a cientos de revistas y a otras bases de datos desde sus hogares y hospitales.

Sin embargo, la revolución electrónica que está ensanchando la brecha de la información será reducida tarde o temprano, y quizás hasta desaparezca, pero el envío de revistas a países en vías de desarrollo siempre será costoso y lento. El costo límite anual del envío semanal de las ediciones impresas de The Lancet o de BMJ a África supera las £50 (US $ 71) y pueden pasar varios meses antes de que lleguen a su destino. Por el contrario, el costo límite del acceso a ediciones electrónicas es nulo (o casi nulo si debe proveerse una contraseña), más aún, las personas que trabajan en el campo de la investigación en los países en vías de desarrollo, pueden acceder a revistas electrónicas al mismo tiempo que lo hacen sus colegas en los países desarrollados, y lo que es aún mejor, ellos pueden acceder a información que les sea pertinente y no a cualquier información, pueden participar en las discusiones de una manera que antes era casi imposible debido a la lentitud de la distribución de la versión impresa.

El problema de esta percepción es la falta de acceso a la WWW (Internet) en los países en vías de desarrollo; mientras en Estados Unidos diez millones de personas tienen acceso a Internet, en la mayor parte de los países africanos sólo unos cientos tienen acceso a la Red, y éste es, a menudo, extremadamente lento, poco estable y excesivamente caro en relación con los costos en Estados Unidos (donde el acceso es generalmente gratuito). Los apagones son una constante diaria en muchos de los países de escasos recursos, sin embargo, existen razones para creer que el acceso mejorará notablemente. Actualmente, existen en la India un millón de personas con acceso a Internet, y se espera que este número aumente a 40 millones para el año 2005; también se estima que Nigeria experimentará un drástico aumento en el número de personas con acceso a Internet. Los desarrollos tecnológicos como el acceso a la radio y la proliferación de satélites harán irrelevante los problemas relacionados con el acceso telefónico en África; el progreso acelerado también será posible debido a que organizaciones internacionales, como la UNESCO, el gobierno Británico, el Banco Mundial y la Bill and Melissa Gates Foundation, están mostrando un interés cada vez mayor por ayudar a mejorar el acceso a la información en países de escasos recursos.

El reto será la continuidad, para los benefactores es fácil invertir dinero y recoger los frutos del éxito a corto plazo, pero acrecentar el flujo de la información no causará impacto sobre la salud si los proyectos duran sólo el tiempo que existan las fundaciones. La información no puede desligarse de la capacidad de efectividad en el tiempo de la asistencia médica, pero cómo se podrá influenciar el contexto en el que fluya la información, las aparentemente espinosas limitaciones políticas, económicas e institucionales que impiden que la información sea útil para las personas.

Las editoriales de los países desarrollados desempeñan un papel fundamental, bmj.com seguirá siendo gratuito para aquellas personas de los países en vías de desarrollo sin importar lo que suceda en los países desarrollados, y el acceso a las ediciones electrónicas de las revistas del BMJ Publishing Group y Clinical Evidence será gratuito para aquellos que lo soliciten desde países definidos como pobres bajo el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas (para más información envíe sus preguntas a publications@un.org ). El acceso a artículos elementales publicados en BioMed Central ( www.biomedcentral.com ) es gratuito para todos; y las personas de países con escasos recursos también disfrutarán de acceso gratuito a todas las editoriales, reseñas y comentarios una vez que este material haya sido desarrollado. Las editoriales comerciales, como Academic Press, Blackwell Science y Reed-Elsevier (editorial de Lancet), también tienen una función que cumplir, su alcance les proporciona participación en el mercado e infraestructura técnica para abrazar esta iniciativa. Los ingresos que perciben las editoriales de los países de escasos recursos son mínimos, y mejorar el suministro de información debería incentivar el desarrollo y crear un mercado tarde o temprano.

El flujo de la información no debería ser unidireccional. La aparición de PubMed Central, BioMed Central y servicios de impresión electrónica en The Lancet y BMJ facilitan la difusión de las investigaciones realizadas por personas de los países en vías de desarrollo. BioMed también ofrece almacenar información y prestar soporte técnico gratuito a personas que deseen crear revistas electrónicas o llevar a la Red revistas existentes. Los problemas de salud del planeta se concentran en el Tercer Mundo, y las personas que padecen esos problemas tienen más para ofrecerse entre sí que aquellos que los ven desde Londres o Ginebra; también aprendemos constantemente que los conocimientos obtenidos en el Tercer Mundo se pueden aplicar a los países desarrollados. Muchas regiones están creando redes gratuitas para intercambiar información sobre salud, como la Scientific Electronic Library Online ( www.scielo.org ), Bioline International ( http://bioline.bdt.org.br ) y African Journals Online (vea www.inasp.org.uk ).

La ecología de la información cambiará drásticamente en los próximos 20 años de forma que no podremos comprender, sin embargo, debería mejorar considerablemente el intercambio de información entre las personas interesadas en la salud, para que se traduzca en mejoras para la misma.

Este editorial se publicó simultáneamente en The Lancet y BioMed Central. Agradecemos a Paul Garner y a Neil Pakenham-Walsh por sus comentarios. Aquellos que deseen continuar con la discusión pueden unirse al "Health Information Forum-net en la OMS", una lista de discusión de correo electrónico conducida por el Health Information Forum (el cual incluye INASP-Health y Publications) y la OMS. Para formar parte de la lista de discusión enviando un correo-e a: INASP_Health@compuserve.com , con su nombre, afiliación y una pequeña descripción de sus intereses profesionales.


1Tan-Torres Edejer T. Disseminating health information to developing countries: the role of the internet. BMJ 2000; 321: 797-800.
2Smith R. The internet and the developing world. BMJ 1998; 316: 1116.
3 Groves T. SatelLife: getting relevant information to the developing world. BMJ 1996; 313: 1606-9.
4 Lown B, Bulcachi F, Xavier R. Health information in the developing world. Lancet 1998; 352 (suppl II): 34-8S.
5
Gibbs W. Lost science in the third world. Scientific American 1995; August: 92-9.

El acceso a la información médica en los países en vías de desarrollo
Los lectores y colaboradores de BMJ deberían disfrutar de la fuerza de ambos medios
Las editoriales deberían ofrecer información gratuita para la investigación en los países pobres
Resumen de los puntos a tratar

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
Elaborado por el Centro de Análisis de Imágenes Biomédicas Computarizadas CAIBCO,
caibco@ucv.ve
Este portal ha sido desarrollado gracias al apoyo del Fonacit