Monografías docentes
Formación de neumatocele gigante tras neumonía pos-SARS-COVID-19. Perspectivas clínicas y patológicas
Introducción
Las vías respiratorias están revestidas por un epitelio cilíndrico
pseudoestratificado constituido por células ciliadas, células caliciformes
secretoras de moco y células basales (stem). En condiciones normales las células
ciliadas constituyen el tipo celular predominante, aunque se detectan variaciones
en las distintas regiones de la vía respiratoria, así como cambios asociados
con la edad. El revestimiento epitelial de las vías respiratorias,
conjuntamente con el transporte mucociliar, forman parte de la primera línea de
defensa del aparato respiratorio 1.
La función primordial del pulmón es ejecutar el intercambio de gases con la atmósfera.
Esta ardua labor
se realiza a través de una interfase alveolocapilar, que constituye la
superficie epitelial más amplia en el
organismo humano. El aire inspirado, que contiene muchos agentes potencialmente
peligrosos, tiene un área de contacto de unos 50-100 m2con
la superficie epitelial del pulmón, lo que, por una parte, facilita la difusión
de los gases, pero, por otra, hace que este órgano sea particularmente susceptible
a la infección. Como contrapartida, el tracto respiratorio cuenta con numerosos
mecanismos de defensa, que comienzan por las barreras anatómicas de la nariz y
que se extienden hasta los alvéolos y sus células fagocíticas 2.
La infección del tracto
respiratorio inferior es una de las causas más frecuentes e importantes de
enfermedad humana, desde los puntos de vista de la morbilidad, la mortalidad y
el costo económico para la sociedad. Los microorganismos pueden ingresar en el pulmón y causar infección por tres vías: (a) árbol traqueobronquial, (b) vasculatura
pulmonar, y (c) directamente desde el cuello o el mediastino o a través
del diafragma o la pared torácica. La infección adquirida por cada una de esas
vías produce anomalías en el tracto pulmonar, que se pueden reconocer en el
estudio tanto radiológico como anatomo histopatológico 3.
La infección adquirida a través del árbol
traqueobronquial se produce con más frecuencia por aspiración o inhalación de
microorganismos, en la infección pulmonar,
usamos los términosinhalaciónpara
hacer referencia a la respiración de aire que contiene elementos potencialmente infecciosos, como núcleos goticulares que albergan
bacterias o partículas víricas, o esporas micóticas yde aspiraciónpara hacer referencia a
la entrada
de material sólido o líquido en el tracto bronquio pulmonar. Asimismo,
la aspiración de secreciones orofaríngeas es también un mecanismo frecuente por
el que los gérmenes llegan a los pulmones4.
La tos o el estornudo de un
individuo cuyo tracto respiratorio está colonizado o infectado producen una
miríada de gotitas diminutas, cargadas de microorganismos. Además, de esto no
es infrecuente que las vías aéreas superiores estén colonizadas por gérmenes
patógenos, comoStreptococcus pneumoniaeoStaphylococcus
aureus(en personas por lo demás sanas), o por bacterias gramnegativas
potencialmente virulentas (en pacientes hospitalizados o con enfermedades crónicas)
como Klebsiella
pneumoniae o Pseudomona aeruginosa 5.
En ambas situaciones, la
aspiración de saliva o secreciones nasales contaminadas puede suministrar un
inóculo bacteriano suficiente para causar infección, es por
esto que el depósito o la acumulación de bacterias y/o hongos en las
vías aéreas o en la superficie del epitelio alveolar por inhalación o
aspiración se puede secundar de una de tres circunstancias: (1). Destrucción y
eliminación de los microorganismos con restauración de la esterilidad pulmonar
original; (2). Proliferación limitada pero prolongada de los
microorganismos sobre la superficie epitelial, no asociada a invasión
transepitelial (colonización); y (3). Proliferación más intensa de los
microorganismos, asociada a una reacción inflamatoria aguda y, muchas veces,
necrosis tisular. El que se produzca una u otra de estas circunstancias obedece a distinto motivos, entre ellos; (i).
Tamaño del inóculo; (ii). Virulencia del microorganismo; (iii). Estado
de las reacciones inflamatorias e inmunitarias del huésped; y (iv). Presencia
o ausencia de enfermedad pulmonar subyacente 6.
La patogenia de la infección del tracto respiratorio inferior por virus
es algo diferente al de las bacterias y los hongos.
Una vez que se ha depositado sobre la mucosa del tracto respiratorio, un virus
debe llegar a las células epiteliales subyacentes para dispersarse. El virus accede a dichas
células por medio de moléculas que interactúan con receptores específicos de la
superficie de la célula huésped.
La existencia
y la naturaleza de tales moléculas y receptores son importantes para
determinar la infectividad del virus y el sitio en el que produce
enfermedad. Después de penetrar a través de la membrana celular, el ADN vírico actúa
como una matriz para la producción de varias moléculas necesarias para la formación de
nuevos virus. Se pueden producir varios resultados: (1). La célula huésped puede morir y liberar los virus recién formados
para que infecten otras células; (2). La
célula huésped puede conservar la viabilidad y seguir produciendo y liberando
nuevos viriones, un proceso que se puede asociar a una reacción inmunitaria frente
a los antígenos víricos que se expresan sobre la superficie celular; y (3). El virus puede permanecer dentro de la célula en estado latente durante
períodos prolongados (p. ej., después de la incorporación del ADN vírico en el
ADN del huésped) y más adelante reaparecer para causar enfermedad, cuando se
altera la inmunidad general del huésped 7.
Existen distintas categorías de neumonía según el escenario clínico:
neumonía adquirida en la comunidad (NAC), neumonía nosocomial (que incluye a la
neumonía asociada al ventilador o NAV), neumonía en el huésped inmunocomprometido
y la relacionada con fibrosis quística y otras alteraciones anatómicas. Dentro
de la primera, incluimos a la NAC típica (clásica), a la atípica (no bacteriana)1
y a la neumonía por aspiración. Sabemos que las causas de neumonía atípica son
múltiples, a saber: Mycoplasma (M. pneumoniae), Chlamydophila (C.
psittaci, C. pneumoniae), bacterias (Legionella spp., F. tularensis, Y. pestis,
B. antrhracis), hongos (Histoplasma, Blastomyces, Coccidioides, Pneumocystis),
neumonitis por aspiración (estéril o por flora mixta de la vía aérea superior o
boca), virus (influenza, adenovirus, virus sincicial respiratorio,
parainfluenza, metaneumovirus, varicela zóster, sarampión, virus de
Epstein-Barr, citomegalovirus, hantavirus, coronavirus) y rickettsias (C. burnetii)
8.
La evolución de la infección vírica del tracto respiratorio inferior, en
particular la causada por este nuevo Coronavirus SARS-CoV-2, se puede complicar
con una neumonía bacteriana superpuesta. Es probable que la tendencia a la
aparición de esta infección guarde relación con varios factores, entre ellos (1). Deficiencia de la limpieza mucociliar, a causa de pérdida de células
del tapizado de las vías aéreas y los alvéolos, o anomalías ciliares; (2). Presencia de líquido de edema alveolar, que contiene nutrientes utilizables
para la proliferación bacteriana; (3). Alteración
de la fagocitosis y de la eficiencia bactericida de los macrófagos alveolares; (4). Interferencia con la quimiotaxis de los leucocitos polimorfonucleares;
y (5). Potenciación de la adherencia bacteriana al
epitelio dañado 9.
Por lo que no es infrecuente que los adultos presenten complicaciones
durante la evolución de una neumonía, como derrame pleural, empiema,
atelectasias, neumotórax y neumatocele. La aparición de complicaciones en el
curso de una neumonía está relacionada con factores del huésped y del agente
etiológico. El neumotórax y la
presencia de bullas se han reportado como complicaciones tardías asociadas a la
neumonía por SARS-COVID-19 en pacientes con mala evolución. Aún se desconoce cuál
es el mecanismo exacto que ocasiona estas complicaciones y su papel en el curso
clínico de la enfermedad (10).
La
enfermedad por SARS-COVID-19 es una infección causada por un nuevo Coronavirus
emergente detectado y reportado por primera vez en Wuhan (China) en diciembre
de 2019.Dentro de las manifestaciones de las imágenes radiológicas
típicas de los pacientes con SARS-COVID-19 consisten en la presencia de
opacidades pulmonares bilaterales intersticiales tanto imágenes en vidrio despulido
como consolidaciones observadas en las primeras etapas y puede ser atribuido al
edema del espacio alveolar e inflamación causada por la infección. Los casos
que responden mal al tratamiento progresan a lesiones múltiples y difusas donde
se ha descrito en la literatura la aparición de neumatoceles en los pacientes
con neumonía por SARS-COVID-19 aunque su fisiopatología e incidencia exacta son
desconocidas (11).
Las lesiones
pulmonares por SARS-COVID-19 tienden a tener una distribución
predominantemente periférica y subpleural y pueden estar asociadas con la
presencia de “enfisema”,
“espacios aéreos quísticos” o “cambios quísticos”, los tres términos
podrían decirse que son sinónimos deneumatocele.
Los neumatoceles relacionados con el SARS-CoV-2 pueden ser múltiples,
posiblemente simulando enfisema, o solo unos pocos pueden estar presentes, cuando
tienden a etiquetarse como neumatoceles.El tamaño de los neumatoceles relacionados
con COVID-19 también es muy variable, y algunos entran en la categoría de
ampollas gigantes.
El panorama completo de la
patología pulmonar aguda y las secuelas respiratorias a largo plazo de la
infección por SARS-COVID-19 aún están evolucionando.Los datos disponibles
indican que muchos pacientes experimentan cambios radiológicos persistentes
meses después de su enfermedad inicial. Este nuevo Coronavirus se conduce
a las células epiteliales alveolaresque, junto con la tormenta desatada de
citocinas asociada, hacen que los alvéolos pulmonares puedan desgarrarse con la consiguiente fuga de aire y la formación de
lesiones quísticas en el espacio aéreo (12,13).
Los neumatoceles pulmonares son formaciones adquiridas, de contenido
aéreo y paredes finas que se desarrollan en el intersticio pulmonar después de
una injuria o inflamación del parénquima que en
la mayoría de las veces son de carácter transitorio.
Durante el proceso de una neumonía bacteriana, el neumatocele se desarrolla como
resultado de un mecanismo valvular intratorácico que sucede tras
la lesión intrapulmonar, casi siempre debida a inflamación o infección,
provocando la entrada de aire durante la inspiración, con posterior colapso de
la zona afecta, lo que impide su salida durante la espiración y se traduce en
una colección de aire redondeada que ocasionalmente puede acompañarse de
exudado o restos necróticos.
Por lo que se ha descrito
recientemente que 1% de pacientes con enfermedad por el SARS-COVID-19 con afectación
pulmonar, pueden desarrollar neumotórax espontáneo, siendo indistinguibles los
síntomas por la propia neumonía COVID-19.La fibrosis, la inflamación
prolongada y la isquemia asociadas a la neumonitis por COVID-19 podrían
condicionar el daño de los alveolos y la aparición de fugas de aire hacia la
cavidad pleural.En algunos estudios se ha reportado la presencia de
neumotórax espontáneo, neumomediastino, bullas y/o neumatoceles como complicaciones
tardías en pacientes con COVID-19 (9-13).
El propósito de esta investigación esrelatar la presentación clínica e imagenológica del
caso clínico de un paciente adulto sin comorbilidades previas, que consultó por
disnea progresiva tres meses después de una infección grave por SARS-COVID-19.
En las imágenes del tórax se evidenció la formación de un neumatocele gigante que se atribuyó al
antecedente de la infección pos-Coronavirus SARS-CoV-2, como complicación
pulmonar en la convalecencia de
la neumonía atípica por
SARS-COVID-19 y realizar una breve revisión de la literatura médica existente
sobre esta entidad.
En esta
serie se describe la presentación y el manejo de un paciente con un neumatocele
gigante que se desarrolló durante la fase de recuperación de SARS-COVID-19.
Declaración de buenas prácticas y de los aspectos éticos
El autor de este manuscrito declara que, en la participación
de la elaboración de esta investigación no existe y no tienen ningún conflicto
de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas
internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos
elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas
(CIOMS 2002) en colaboración con la Organización Mundial de
la Salud (OMS). Las Declaraciones Internacionales de
Derechos Humanos y Ética de la Investigación de Nüremberg (1948), de Helsinki
(1964 y sus actualizaciones) y en las Guías Operacionales para Comités de Ética
que evalúan investigación biomédica (OMS 2000 - Organización Mundial de la
Salud), así como en las Guías Éticas Internacionales para la Investigación Médica
en Seres Humanos.
Asimismo, por involucrar
aspectos bioéticos, en toda investigación clínica debe
salvaguardarse la dignidad de las personas intervinientes, asegurando sus
derechos personalísimos, en especial, el respeto de su autonomía, su integridad
física, psíquica y moral.
Por otra parte, en su realización, se
diligenció el consentimiento informado por parte del paciente mediante el cual se
brindó toda la información acerca de los riesgos y los beneficios del estudio, así
como su discrecionalidad. El paciente tuvo plena autonomía para aceptar o rechazar
su participación en la investigación. El manuscrito es original y no contiene
plagio El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso
de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las
imágenes y gráficos utilizados. Se ha preservado la identidad del paciente. |