Historia de la Parasitología
No existe la generación espontánea
No fue sino hasta 1765, cuando el abad Lázaro Spallanzani introdujo nuevas evidencias de que la generación espontánea era una idea errónea, que los pilares de esta teoría comenzaron a tambalearse. En 1862, Luis Pasteur puso fin a la teoría de la generación espontánea realizando rigurosos y convincentes experimentos, que demostraban la presencia de microorganismos en el aire y que los resultados de los experimentos obtenidos por todos los otros científicos en cientos de años eran debido a contaminaciones por microorganismos y no a fuerzas vitales misteriosas.
En el siglo XIX se produce la verdadera revolución biológica, desarrollándose el concepto de evolución (Lamarck, 1801; Darwin, 1859), proponiéndose la teoría celular (Schleiden y Schwann, 1839) y formulándose las leyes de la herencia (Mendel, 1856), así como el concepto de la alternancia de generaciones (Steenstrup, 1843). Laveran en 1880 descubrió el Hemosporidio (Plasmodium) productor del paludismo y Ronald Ross, en 1897, halló que ciertos mosquitos (Anopheles) actuaban de vectores del Plasmodium, causante de la enfermedad del paludismo, lo que incrementó el interés por la entomología médica como una rama de la Medicina Humana y Veterinaria.
Durante la primera mitad del siglo XIX, debido a los conflictos bélicos que asolaron el sudeste asiático y al establecimiento de colonias británicas en esta región geográfica, se empleó gran cantidad de dinero en el estudio de los parásitos tropicales, naciendo así la Parasitología como una ciencia aplicada de la Medicina, Veterinaria, Agricultura y Salud Pública.
En los países desarrollados social, médica y económicamente, las enfermedades parasitarias han sido erradicadas o tienen muy poca significación en el presente. La persistencia de la parasitosis está estrechamente vinculada a diferenciales climáticas, fenómenos demográficos y al desarrollo socioeconómico de las diferentes zonas del planeta.
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