La
Talasemia incluye un grupo heterogéneo de
alteraciones congénitas cuya característica común es un defecto en la síntesis
de una o varias cadenas de globina normales. La disminución de la síntesis de
cadenas alfa se denomina alfatalasemia, la de cadenas beta, betatalasemia, la
de cadenas delta y beta simultáneamente, delta/betatalasemia, y así
sucesivamente. Los términos talasemia mayor, menor, intermedia y mínima, se
emplean para indicar la gravedad clínica y no indica su carácter hereditario
homocigoto y heterocigoto. La herencia muestra un patrón autosómico dominante y
su frecuencia dentro del conjunto de la población mundial es muy elevada,
presentando una distribución que se correlaciona con las zonas donde existe o
ha existido paludismo endémico. Ello obedece al efecto protector que la
hemoglobinopatía ejerce sobre el parásito, lo que significa una presión
genética positiva de ésta sobre la población afectada (1). La disminución en la síntesis de un tipo
de cadena globínica rompe el equilibrio normal entre las cadenas alfa y beta y
conduce a la acumulación intracelular de una de ellas. Así, en la alfatalasemia
se produce un exceso de cadenas beta y en la betatalasemia un exceso de cadenas
alfa. En ambos casos, se forman precipitados intracelulares que son la causa de
la destrucción precoz de los eritroblastos antes de alcanzar la maduración
completa (eritropoyesis ineficaz). Así mismo, los eritrocitos que superan el
trastorno madurativo, suelen presentar también abundantes precipitados de
cadenas globínicas en exceso que invariablemente disminuyen su supervivencia en
la circulación (hemólisis) (1,11,18,32). Debido
al elevado polimorfismo genético y a la existencia de diversos mecanismos
fisiopatológicos en el desarrollo de la anemia, la expresividad clínica de la Beta Talasemia
puede variar, desde una situación prácticamente asintomática (talasemia minor),
hasta la anemia intensa con fallecimiento del paciente antes de alcanzar la
edad adulta (talasemia mayor) con formas intermedias de expresividad clínica
muy variable (talasemia intermedia) (1,32).
La
Beta Talasemia mayor o anemia de Cooley se
caracteriza por una expresividad clínica variable, pero generalmente intensa. Se
inicia a partir de los 6 meses del nacimiento y se caracteriza por una intensa
anemia, esplenomegalia, a veces gigante, y hepatomegalia. La exploración
física, muestra además de las visceromegalias, alteraciones óseas, que se
aprecian sobre todo en cráneo, que originen deformaciones de su configuración,
en especial en cara, configurando unos rasgos faciales característicos. Como
requiere un alto régimen transfusional es la que cursa con anemia acentuada y
sobrecarga de hierro (32).
La
Beta Talasemia se considera como el
trastorno genético más frecuente, ya que el 3% de la población mundial es
portadora de esta anormalidad, particularmente en Europa cuya frecuencia más
elevada se encuentra en Italia y Grecia. En Italia la más alta prevalencia esta
en Cerdeña (34%) en la región del río Po cercana a Ferrara (20%) y en Sicilia
(10%). En otras partes del mundo, como ífrica, el Oriente Medio, la India, Burma y el sudeste de
Asia, el número de portadores es también elevado. En América, específicamente
en México, la investigación realizada en 566 sujetos provenientes de diversas
partes del país durante 16 años, señala que la prevalencia de la beta talasemia
heterocigota y de sus combinaciones con otras variantes de la hemoglobina,
constituye el 74,6% de todas las anormalidades de la hemoglobina33 y
en regiones como Tamiahua es del 15% (32,33,34). En Venezuela, de 80.400 individuos
provenientes de estudios poblacionales realizados en diferentes regiones del
país durante 20 años, la beta talasemia fue diagnosticada en 1.036 casos
(14,2%) y su asociación a las hemoglobinas S (2,0%) y C (0,1%). El análisis
clínico mostró que el 74% de los 1.036 casos eran portadores de un cuadro
clínico de beta talasemia menor, 2,6% presentaron beta talasemia intermedia y
1,2% beta talasemia mayor. El 22,2 % restante corresponde a beta talasemia
asociada a variantes de hemoglobina S (19,5 %) y de hemoglobina C (2,7 %). (22,26,35,36,37). El estudio radiológico muestra la imagen del
llamado "cráneo en cepillo". A veces se observa intenso retraso del desarrollo,
hecho que se puede evitar si se instaura precozmente, en estos pacientes un
régimen hipertransfusional que procure mantener los niveles de hemoglobina por
encima de 10 gr/dl. El cuadro clínico se suele agravar por las complicaciones
debidas a la hemosiderosis (diabetes mellitus, miocardiopatía) secundaria a la
mayor absorción intestinal de hierro y efecto del régimen transfusional. Estas
complicaciones son precisamente las que constituyen la causa de muerte en estos
pacientes, casi siempre antes de los 25 años (1).