Después
de la descripción de las incisiones para parotidectomías de Vilray Papin Blair
y Hamilton Bailey, Hayes Martin incorporó un trazo retroauricular que se origina en el
lóbulo auricular, en dirección posterosuperior(46).
Posteriormente, el mismo Erdulfo Appiani en 1967, describió un abordaje
periauricular conocido como “Lifting modificado” para la remoción de tumores
benignos. Inicia en la región temporal, desciende y contornea el lóbulo de la
oreja. Continúa en dirección posterior, permanece oculto en la línea de
implantación del cuero cabelludo(7,16).
Popularizado en Venezuela por Mijares & col(47) (Figuras 5a y 5b).
Figura 5. Incisiones faciales, cervicales y
cervicofaciales previas a los estudios de irrigación cutánea cervical en 1977. (JCVP)
Un
cirujano polaco, Franciszek Jawdyński, efectuó en 1888, la primera disección radical en bloque de todos los
grupos ganglionares del cuello. Publicó el procedimiento en una
revista polaca, la Gazeta Lekarska. Al
referirse a la incisión, indicó: “Efectué la incisión desde el ángulo de la
mandíbula hasta la unión esternoclavicular”(2,3,48,49) (Figura 5c).
En
Cleveland, Ohio, George Washington Crile popularizó e ilustró la disección cervical
radical en 1905 y 1906. En su primer artículo describió su incisión más conocida. Rodea en parte la circunferencia del cuello
por debajo del maxilar inferior seguido de una extensión central en dirección a
la clavícula(3,50,51) (Figura 5d). Surgieron
seguidores de la disección radical en Francia, como J. Roux Berger e Hipolito Morestin(29,52)
(Figura 5e).
A
principios de la década de los cincuenta, la técnica de disecciones cervicales
radicales fue redefinida por Hayes
Martín. Este autor ilustro y nombró su incisión, como la doble “Y” o doble
trifurcada, con ángulos obtusos en los colgajos cutáneos(53) (Figura 5f).
Desde la descripción original de George Crile hasta finales
de la década de los cincuenta, el tipo
de trazo estaba determinado esencialmente por una adecuada exposición(1,8). El
aumento en la aplicación de radiaciones preoperatorias a altas dosis (4,5),
ocasionó necrosis y dehiscencias de las
heridas seguido de rupturas de la arteria carótida(4,5,8,10,27,54,55). Estas fallas estimularon el deseo de diseñar
trazos más adecuados para prevenir estas dificultades. La cobertura de la bifurcación
de la arteria carótida por un colgajo bien irrigado, fue la premisa más
importante, seguido de una buena exposición. Lentamente se abandonó la doble
“Y” de Martin(54).
El gran colgajo anterior fue descritó por Schobinger
en 1957. Fue el primer abordaje diseñado para una exposición adecuada y
cobertura apropiada de los vasos cervicales, alejando la rama vertical de
la bifurcación carotidea(56). Son
conocidas como en forma de “boomerang”(28) (Figuras
5g).
Apoyados en las complicaciones descritas y la poca
estética de los trazos conocidos, Esteban Garriga Michelena
en Caracas(55)
y William MacFee en New York(1),
publicaron su doble incisión transversa, durante el año 1960. Ambas paralelas entre si, sin cruces,
convergencias o ángulos. Un colgajo más ancho en el primero que en el segundo.
Hermes C. Grillo y Henry Edmunds la ejecutaron en las recaídas post
radioterapia (57).Recomendadas por numerosos autores por seguir las
líneas transversas naturales, cicatrización optima y conservar la estética (6,19,57-59).
Ambos autores no se conocieron, se trató de una
simultaneidad histórica(19) (Figuras 5h y
5i).
Joseph Attie, publicó
la incisión única transversa
lateral del cuello (54).
Posee una cobertura segura de los vasos cervicales y exposición adecuada para
las operaciones combinadas de cavidad oral(6,9,11,19,54) (Figura 5j).
En
Venezuela el crédito por
haber practicado la primera disección radical de cuello se otorga al Dr.
Hermógenes Rivero quien la realizó en 1939 en el Instituto de Oncología “Luís
Razetti”. El Dr. Bernardo Guzmán Blanco
la convirtió en una operación de rutina(58,60). En los trabajos de Rodríguez
Grimán(58), Bernardo Guzmán(60) y Francisco Montbrun(22)
la incisión más empleada fue la de Martin, seguida de los trazos de Garriga. La
de Schobinger fue popularizada por Marquez Reveron(61). Garriga
García & Brito en su atlas fotográfico,
recomiendan el “palo de hockey”,
Schobinger y la del mismo Garriga
Michelena(19).
Kambic & Sirca recomendaron la incisión en “H” o ¾
de “H”, colocada entre las ramas arteriales ascendentes y descendentes
principales (10). Freund incorporó un componente vertical
en el extremo posterior de un trazo único transversal, por detrás del borde anterior del trapecio, lejos de la
arteria carótida(9-13). En
la cátedra de otorrinolaringología(62) fueron las preferidas durante la década
de los noventa (Figuras 2b y 2c).
A partir de la década de los setenta, se comprendieron las vías de diseminación
linfática cervical. Surgió el concepto de las disecciones cervicales
modificadas y selectivas. En las últimas, solamente eran removidos el grupo de
ganglios del cuello que están en alto riesgo de contener metástasis, basado en
la localización del tumor primario. De acuerdo al
tipo de disección cervical selectiva se emplean determinadas incisiones. En las
que incluyen los niveles I al III, conocidas
como supraomohioideas, son abordadas por trazos del tipo en utility, la única
transversa o el “boomerang”. Para los niveles II al V, conocidas como laterales, el
abordaje será en “Palo de hockey” o de Garriga(19,28,59).
Respecto a las incisiones cervicofaciales, Hayes
Martin en 1957, señaló en una ilustración,
un trazo preauricular por neoplasias parotídeas
malignas a su incisión de disección
cervical(46).
Esteban Garriga M. incorporó la modificada de Blair a su doble trazo(63) (Figura 5k y 5l).
En el presente estudio, la media de la edad, la frecuencia
del género, las indicaciones quirúrgicas y
el tipo histológico, se
corresponden con lo reportado en la literatura nacional e internacional(18,35-38,44, 64-68).
El promedio de ganglios extirpados se correlaciona con lo recomendado por la 6ta edición de clasificación
TNM para tumores malignos. Se considera idóneo entre 6 y 10 ganglios en el
espécimen quirúrgico de las disecciones selectivas y radicales respectivamente (39).
Las
complicaciones relacionadas con la herida quirúrgica son raras en las
parotidectomías, las disecciones cervicales solas y ambos asociadas (6,8,10,22,26,28,34,44,47,59,61,62,66-69).
Se incrementan en las linfadenectomias entre un 10 a 70%, cuando se combinan
con factores como técnicas que incluyen la
apertura de la mucosa faríngea(6,22,26,28,34,60),
el uso de radioterapia previa por encima de 65 Cgy y el tamaño tumoral avanzado
del primario(5,6,22,26,28,34,58,60,70-73).
Otros como la poca planificación en el
emplazamiento de las incisiones, el cierre inadecuado y la hemostasia
inapropiada se acompañan de escasa irrigación y daños en los vasos subdermicos,
seguido de necrosis de los colgajos e infección(22,26,34,60).
La morbilidad relacionada con el trazo
fue de 16,6%; una dehiscencia de la herida, y un hematoma, en un paciente
previamente irradiado y un hemofílico, respectivamente. Ambos con tamaño
tumoral del primario mayor a T3.
El dolor es usualmente mínimo durante el
postoperatorio temprano (34).
El síndrome de Frey es indicado desde su ausencia hasta un 60%(17,37,44,47,63,68,69).
La gran mayoría de las parálisis faciales son temporales oscilando entre 6,4 a 46%(17,47,66,68) y las
permanentes 4 a 5,55%(20,66).
En caso de compromiso del nervio facial, se requiere su sacrificio(18,36,66).
En la serie el porcentaje de parálisis temporales y síndrome de Frey se ajusta
a lo reportado en la literatura. El
compromiso neoplásico, incrementó el
número de parálisis totales.
El uso de colgajos pediculados ofrece los mejores
resultados en la reconstrucción de las áreas de defecto cutáneo, por encima de
los injertos libres(34,74,75), aspecto corroborado
en el estudio.
Se indica la incisión modificada de Blair como
efectiva, segura, de excelente exposición para el nervio facial y para remover
el tumor(15-18).
Maxweell Ellis recomienda los colgajos de amplia base, incorporando el platisma
para los pacientes previamente irradiados(4). Se señalan las de Martin y Crile como las de mayor
incidencia de complicaciones. De acuerdo al autor, se recomiendan las de Eckert & Byars, Utility, Freund,
Kambic & Sirca, Garriga, MacFee y el boomerang para
pacientes irradiados y no irradiados(9,10,19,28,55,58,59,61,62,73) .
La
incisión cervicofacial de colgajo superior adaptable, combina los conceptos sobre los colgajos preauriculares
y exposición del nervio facial de Vilray
Papin Blair(14), Hamilton Bailey(15), R.
Janes y Francisco Montbrun(22),
las premisas de irrigación cutánea cervical identificadas por Kambic &
Sirca(10), con la adaptabilidad del procedimiento de acuerdo a la
ubicación del tumor primario de Grandon & Brintnall(25).
En el
argot quirúrgico, algunos procedimientos se han renombrado por alguna
coincidencia histórica o su similitud con algún objeto. Las operaciones
combinadas de mandibulectomia con disección cervical, se les conoce por sus
iniciales en ingles “COMMAND” u operación “COMANDO” en español. Surgidas en el
año 1942, coincidieron con las actividades militares combinadas efectuadas por
los famosos comandos ingleses y dirigidas
por Lord Louis Mountbatten, en el norte de Francia(46,60).
La incisión cervicofacial de colgajo superior adaptable, es conocida como
“Francisque”, por la similitud de su silueta al Segur empleado por los pueblos
francos durante la alta edad media(76) (Figura 5a y 5c).
En
la música la sinfonía comienza con la obertura. La incisión es la obertura del
cirujano(11).
Conclusión: La incisión cérvicofacial de colgajo superior adaptable, combina los conceptos de los colgajos preauriculares
e identificación del nervio facial, las premisas de irrigación cutánea del
cuello y la adaptabilidad del procedimiento a la ubicación del tumor primario. La rotación de un colgajo músculo
cutáneo es la opción preferencial en las áreas de defecto de piel. Los
abordajes quirúrgicos han cambiado progresivamente de acuerdo a modificaciones en la radicalidad de la técnica,
el efecto de la radioterapia previa y los estudios de irrigación
cutánea cervical.
Agradecimientos: a la Lic. Mary Cruz Lema de Valls y a los doctores,
Jaime Valls, Edgar Brito Arreaza, Esteban
Garriga, al personal de la biblioteca del Centro Medico de Caracas y el
Instituto de Medicina Experimental por
su tiempo y orientación en la
realización del estudio.