Micología
Paracoccidioidomicosis y Paracoccidioides brasiliensis
Fecha de recepción: 31/12/2000
Fecha de aceptación:
31/12/2000
Paracoccidioides brasiliensis es un modelo muy adecuado para el estudio de los eventos bioquímicos y moleculares que regulan la transición morfológica en hongos, en vista de que la temperatura parece ser el único factor involucrado en el proceso. Este hongo es el agente causal de la Paracoccidioidomicosis, una micosis sistémica que afecta a los humanos y está geográficamente confinada a América Latina, donde constituye una de las más frecientes micosis sistémicas en humanos. Con la ayuda de la herramientas moleculares, los eventos que regulan la transición dimórfica han sido rastreados en los genes que controlan la síntesis de pared celular, especialmente del glucán y la quitina, así como otros procesos metabólicos tales como la actividad de omitina decarboxilasa. El diagnóstico molecular y la epidemiología de la Paracoccidioidomicosis también son el objeto de investigaciones intensas, hasta el punto de que ya se están proponiendo algunas sondas moleculares para uso clínico y de campo. Los tratamientos clínicos de la micosis son resueltos fundamentalmente con azoles, en razón de la sensibilidad de P. brasiliensis a la acción de estas drogas antifúngicas.
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Introducción
Paracoccidioides brasiliensis es un hongo dimórfico patógeno, causante de la micosis sistémica más frecuente en América Latina, única región geográfica en la que se encuentra este agente. La característica dimórfica, es decir, su capacidad de mudar de una fase micelial (M) saprófita a 23º C (Figura 1a) a una fase levaduriforme (L) a 37º C (Figura 1b), está relacionada con la patogenicidad, no sólo en P. brasiliensis sino también en otros hongos patógenos como Histoplasma capsulatum y Blastomyces dermatitidis. Hay factores nutricionales y de temperatura que modulan este fenómeno. En el caso de P. brasiliensis, el cambio de temperatura es el único requisito para iniciar el proceso dimórfico [1].
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La mayoría de las personas infectadas sólo desarrollan una paracoccidioidomicosis (PCM) asintomática o subclínica, la cual puede progresar hacia una enfermedad con múltiples formas clínicas [2], que dependen de factores en el huésped o ambientales y de la virulencia fúngica [3]. Una reactividad muy alta a la paracoccidioidina (60-75%) en la población adulta de regiones endémicas, apunta a cifras cercanas a los 10 millones de personas infectadas en América del Sur, aunque sólo es una fracción la que desarrolla la enfermedad [4]. Aun cuando el contacto con P. brasiliensis es esencialmente el mismo para personas de cualquier sexo, la PCM es, de 13 a 87 veces, más frecuente en hombres que en mujeres, por lo cual se presume la existencia de condiciones hormonales influyendo en el desarrollo de la dolencia [5].
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