Caso Clínico
¿Quién no le teme al lobo feroz?
Fecha de recepción: 31/12/2000
Fecha de aceptación:
31/12/2000
Observar a los niños y sobre todo escucharlos en sus incursiones en el mundo, nos da un material
precioso para entender de qué se tratan los miedos y las fobias. Existe un límite entre lo que es el
miedo y los objetos y personajes que van adquiriendo el estatuto de fobia. La pregunta que todos
nos planteamos en algún momento es dónde está el límite entre uno y otro, y cuándo es necesario
buscar una respuesta en el psicoanálisis.
El presente trabajo ilustra esto con la referencia a dos casos clínicos. Uno de ellos nos muestra el
enigma del sexo, del deseo por la madre, un caso que la autora ha definido de Neurosis Infantil. El
otro, corresponde al de una niña que presentó una fobia que la perturbó en su funcionamiento por
un tiempo considerable.


Introducción
El trabajo con niños nos permite a los psicoanalistas encontrarnos con una variedad de fantasías que incluyen seres buenos y malos, que para el infante forman parte de su vida y son de gran importancia en la organización del mundo. Sin embargo, hay un limite entre lo que es aquel miedo que todo niño en algún momento experimenta y los objetos y personajes que van adquiriendo el estatuto de fobia. La pregunta que todos nos planteamos en algún momento es dónde está el límite entre uno y otro, y cuándo es necesario buscar una respuesta en el psicoanálisis.
Todo el que tiene contacto con niños ha presenciado momentos en los que el niño presenta síntomas o manifestaciones que son pasajeros y también ha conocido niños en los que estas manifestaciones se hacen más patentes en magnitud y tiempo; esto último es lo que llamamos síntomas. Para entender estas manifestaciones que observamos en la infancia quisiera que nos ubicásemos en un momento que es crucial en todo sujeto: es el pasaje por el Edipo. ¿De qué se trata finalmente el Edipo? Lacan nos enseña que del pasaje del Edipo depende la elección de la estructura clínica, por ejemplo. Por otra parte, es siempre una experiencia que deja marcas. De todo lo que sucede en el Edipo quisiera centrarme en lo que es conocido como la Metáfora Paterna DM: deseo de la madre por el niño y deseo del niño por la madre NP: nombre del padre y NO del padre X: efecto de significación DM como una incógnita
La Metáfora paterna es una operación en la que este deseo de la madre viene a ser sustituido por el Nombre del Padre, es el significante que opera la castración, es el significante de la prohibición edípica, el NO del tabú del incesto. Por ejemplo, si este significante está forcluido - ausente, no inscrito- el resultado es una psicosis. Es un significante que posiciona al sujeto en el mundo simbólico. Esta operación se sucede y el significante fálico se inscribe en el sujeto, la consecuencia de esta inscripción es que el niño deja de ser el falo imaginario de la madre - eso que la completa- y acepta su castración. Sin embargo, nos encontramos con que no siempre cumple su función a cabalidad, si podemos decirlo de esta manera. Encontramos en la clínica cotidiana la muestra de que es desfalleciente - no funciona al 100%- y que como consecuencia de esto aparecen síntomas, entre los que está la aparición de las fobias.
Observar a los niños y sobre todo escucharlos en sus incursiones en el mundo, nos da un material precioso para entender de qué se trata todo esto. Freud, por su parte, describió un estado en los niños que llamo Neurosis Infantil, a una serie de síntomas vagos que presentaban los niños, en el momento en que se enfrentaban al Edipo. Para Freud, el Edipo es un momento en el que la pregunta por la diferencia sexual anatómica es básica, y supo mostrarnos como los niños en su investigación, en relación con esto, elaboran respuestas a las que llamó las teorías sexuales infantiles. Estas teorías centradas en explicaciones sobre cómo se viene al mundo, la diferencia de los sexos, etc., de alguna manera lograban calmar o estructurar al niño frente a la angustia causada por la idea de castración. Es una forma de responder al enigma del sexo, es una ilustración de saber, que da como resultado la creación de un nombre, de un fantasma. Es en esos momentos cuando vemos a niños que manifiestan miedos difusos, terrores nocturnos, enuresis y cualquier otra manifestación que no perduran en el tiempo y que no se constituyen en síntomas como tales.
La Neurosis Infantil es un momento estructural que surge a partir del despliegue de la pregunta por el deseo de la madre, que es siempre enigmático, y se genera de alguna manera una respuesta, que vendrá a resignificarse con el nuevo encuentro con la sexualidad a partir de la pubertad. No siempre el niño sale airoso en esta empresa. La angustia lo invade, no encuentra respuesta, no estructura un saber en relación a sus preguntas. Es allí donde aparecen manifestaciones más severas. La fobia es una de estas…
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