Alejandro Mondolfi
No se debe bajar la guardia ante el actual brote de fiebre amarilla
Fecha de recepción: 31/12/2000
Fecha de aceptación:
31/12/2000
En opinión del infectólogo-tropicalista, aunque la inexistencia de casos en las ciudades indica que no es
estrictamente necesaria la vacunación en zonas urbanas de Venezuela, no debe ser descartada esta
posibilidad. Además, señala que es urgente implementar un plan que inmunice a las poblaciones
aledañas a los focos registrados hasta el momento en este país latinoamericano. Agrega que es precisa
la precaución al vacunar a personas inmunocomprometidas y en menores de un año.
Annie Suárez
Fiebre amarilla repunta de nuevo en Venezuela
“Las enfermedades no desaparecen, se mantienen a raya, tomando las medidas adecuadas. La reaparición de males como la fiebre amarilla ocurre cuando la gente baja la guardia. Es preciso que se tomen medidas desde el Ministerio de Salud, porque el hecho de que no existan casos, no quiere decir que no exista el problema”, expresa Alejandro Mondolfi, infectólogo y tropicalista, haciendo referencia al actual brote de esta enfermedad en el territorio venezolano, el cual registra 31 afectados en los municipios selváticos fronterizos de los estados Zulia y Táchira, oeste de este país latinoamericano.
El resurgimiento de la fiebre amarilla, considerada como un mal erradicado de Venezuela, ha despertado la preocupación tanto de especialistas como de la población en general, quienes temen que la enfermedad se extienda a otros estados del país. En este momento la enfermedad ataca con mayor intensidad a países del continente suramericano como Brasil (62 casos, 23 muertes), Colombia (82 casos, 33 muertes) y Perú (15 casos, 9 muertes). Entre tanto, la Organización Mundial de la Salud estima que 200.000 personas al año contraen este mal y 30.000 mueren por esta causa. El mal suele azotar tanto a habitantes de zonas selváticas como urbanas.
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