Junio-Agosto 1999 1
ISSN 1317-987X
 
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Casos Clínicos
 




Lucrecia: un trastorno de personalidad Borderline

Evolución

Permaneció hospitalizada durante 2 meses. Evolucionó satisfactoriamente una vez iniciado el tratamiento con haloperidol: cesó la agitación psicomotriz, disminuyó notablemente la inquietud, el curso del pensamiento se hizo normal, desaparecieron las ideas de sobrevaloración y el insomnio al tercer día de tratamiento. Persistieron la labilidad afectiva y el comportamiento impulsivo. A los 12 días de hospitalización, Lucrecia se fugó durante una salida al patio, pero, recogida por la ambulancia en las inmediaciones del centro hospitalario, regresó sin oponer resistencia. Al referirse al incidente decía estar muy triste por no poder actuar "como un adulto normal" y lloró largamente pidiendo "otra oportunidad" para demostrar que quería poner de su parte y curarse. Posteriormente fueron frecuentes las amenazas de suicidio y de fuga para luego mostrarse dócil, afectuosa y atenta con pacientes que se encontraban en peores condiciones que ella, con promesas de buen comportamiento, para luego añadir: "me tengo que ir rápido de aquí, porque estas locas me enferman".

Lucrecia se caracterizó por altibajos en su comportamiento; trataba de seguir las normas para conseguir algo a cambio: salidas al patio, permisos, con poca tolerancia a la frustración cuando no era complacida (Ver figura 1). Se mostró inmadura, con un comportamiento superficial e inconsistente. Al regresar de los permisos de salida con la familia solía decir: "Me comporté como un adulto, no como una niñita". Sin embargo, hacía cosas como salir "escondida" a ver al ex -novio para cobrarle cierta cantidad de dinero que le debía.

Fueron frecuentes los episodios caracterizados por conductas disrruptivas y demandantes, a veces hostil con otras pacientes, pasando de la idealización a la denigración tanto del personal médico y de enfermería, como de la familia y de sus amigos drogadictos.

Aproximadamente después de 7 semanas de hospitalización, ingresó el hermano menor de Lucrecia quien, al saberlo, se tornó ansiosa e irritable. Pidió ser dada de alta: "Porque no aguanto más a estas locas de aquí". Manifestó estar desesperada por irse a su casa y estar con su familia. Estuvo renuente a recibir los medicamentos aunque luego los aceptó sin resistencia. Los permisos de salida fueron más frecuentes y prolongados y la paciente mostró un comportamiento más adecuado en el entorno familiar y social. Poco después egresó con el diagnóstico de: Trastorno de Borderline de la Personalidad y Abuso de sustancias.

Durante su hospitalización llegó a recibir establemente 15mg/día de haloperidol VO. Egresó con la indicación de mantener un régimen diario de 5 mg del medicamento y sesiones semanales de psicoterapia durante un período de 5 meses. Inicialmente acudió con regularidad y puntualidad pero pronto empezó a faltar o ausentarse durante una o dos semanas. Las fluctuaciones en el estado de ánimo fueron frecuentes. Inició relaciones de pareja superficiales y circunstanciales, sin el uso de anticonceptivos durante la relación sexual. Sin embargo, no reincidió en el consumo de sustancias y evitó el contacto con sus "amigos drogadictos". Su desempeño laboral fue errático, con quejas frecuentes de sentimientos de "aburrimiento, soledad o vacío" (Ver figura 2). No ha sido capaz de organizar su vida de manera productiva, pero en los períodos de calma ha podido hacer algunos progresos: estudiar y mantener un mejor desempeño social en actividades bien estructuradas. Ha logrado algo de estabilidad en sus vínculos familiares y ha controlado en cierto grado su conducta impulsiva y auto-destructiva.

Una vez desaparecida la sintomatología psicótica, Lucrecia mostró rasgos de personalidad inmadura, dependiente, histriónica y narcisista; con fluctuaciones frecuentes en el estado de ánimo y evidente dificultad en el manejo de las relaciones interpersonales. Estas características hacen frecuente el abandono prematuro de los tratamientos, las interrupciones frecuentes y la poca tolerancia a la frustración.

Exámenes complementarios practicados durante la hospitalización

  • Test Viso-motor de Laureta Bender que mostró algunos indicadores de organicidad cerebral (Ver figura 3)
  • Electroencefalograma con trazado dentro de límites normales.

 



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NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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