Juan Carlos Valls Puig
Cirugía General y Cirugía Oncológica
Profesor Agregado. Jefe de la Cátedra Servicio de Otorrinolaringología. Escuela Luís Razetti. Universidad Central de Venezuela
Mary Cruz Lema de Valls
Instructor por concurso de la Universidad Nacional Abierta
Cirugía de cabeza y cuello Trauma cervical penetrante en la Primera Guerra Mundial Fecha de recepción: 01/02/2018
Fecha de aceptación:
12/04/2018
El abordaje del trauma cervical penetrante a lo largo del tiempo ha representado un desafió para el cirujano. La conducta ha cambiado desde hace dos siglos de la observación exclusivamente expectante, seguido de las cervicotomías exploradoras obligatorias al manejo selectivo. Cirujanos franceses de la Primera Guerra Mundial racionalizaron y aplicaron la exploración quirúrgica inmediata de los hematomas, hemorragias y lesiones de la vía aerodigestiva superior en heridos provenientes del Frente Occidental. La ligadura de los vasos comprometidos, la traqueostomía, y la rafia primaria de las heridas en las mucosas fueron las tecnicas principales ejecutadas. Su experiencia fue conocida y recomendada por sus pares aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Representaron aportes al manejo contemporáneo de las lesiones de cuello.
Palabras Claves:Exploración quirúrgica inmediata, primera guerra mundial, cirujanos franceses.
Abstract
The management of penetrating neck trauma is defiance for surgeons. The approach was change since two last century from observation, immediate surgical exploration to conservative management. Frenchs surgeons of the First World War characterized and applied the inmediate surgical explorations in hematomas, hemorrhages and aerodigestive injuries of wounded from Occidental Front. Ligature of principal vascular wounds, tracheostomies and primary repairs of arodigestive systems were the main procedures. This experience was recognized and recommended for similar allied surgeons of Second World War. This techniques represented contribution to contemporary management of neck injuries.
Key Word Inmediate surgical explorations, first world war, frenchs surgeons.
Introducción
Europa y el mundo
conmemoran el primer centenario de la Primera Guerra Mundial o la Gran Guerra
como también es conocida por algunos autores (1,2). Uno de los
episodios más trágicos de la historia de la humanidad. Se caracterizo por ser
un conflicto de desgaste, de lenta rotura de las líneas enemigas, y de la
aplicación de descubrimientos científicos y técnicos que ocasionaron la
devastación de regiones enteras y la convirtieron en mortal tanto para los
soldados, como para la población civil. Sin embargo, los casi ocho millones de
decesos y diecinueve millones de heridos significaron para los servicios sanitarios, la oportunidad de
aplicar numerosos avances en la cirugía de trauma y en
otros campos de la medicina (2-4). Progresos
que se adaptarían posteriormente al ámbito civil (5). Representaron
otra versión de la ciencia al servicio
de la humanidad, durante este penoso periodo (6).
El manejo del
trauma cervical penetrante a lo largo del tiempo ha representado un
desafiópara el cirujano, por la
concentración de múltiples estructuras vitales en el cuello y la falta de
coberturas anatómicas apropiadas (7-9). La conducta ha cambiado desde
hace dos siglos de la observación exclusivamente expectante, seguido de las
cervicotomías exploradoras inmediatas al manejoselectivo (4,10).
El alto número de complicaciones tardías como los
aneurismas arteriales en las heridas de cuello referidos en revisiones
históricas del ejército ingles, estadounidense y otros (11-14)durante
la Gran Guerra, revelaron un manejo no operatorio del trauma penetrante(10,12).Sin
embargo, numerosos manuscritos y textos, constatan la extraordinaria habilidad
de algunos cirujanos franceses en la exploración quirúrgica inmediata de los
hematomas cervicales y las lesiones del tracto aerodigestivo, en los heridos
provenientes de las trincheras (15,16).
Se
hizo una revisión documental de la literatura nacional e internacional
utilizando las técnicas delectura
crítica de Richard Paul y Linda Elder, tomando en cuenta las referencias más
importantes a criterio del autor para describir el manejo del trauma cervical
penetrante durante la Primera Guerra Mundial. Algunas
consideraciones iniciales relativas a la conducta actual, la historia de la
Gran Guerra y las características del lesionado de las trincherasson requeridas para la comprensión del
tema.
Consideraciones actuales
sobre el trauma cervical penetrante
Se define como trauma cervical penetrante aquel que
cruza el músculo platisma (17,18). En diversos conflictos bélicos
desde la guerra de Vietnam en 1965 hasta las operaciones Libertad Iraquí y
Libertad Duradera en Afganistán se reporta una incidencia entre un 7% a 54%. En
el ámbito civil se sitúa entre 1% a 10% (15,19-25).La
mortalidad de las heridas en cuello puede alcanzar hasta un 73% en los
escenarios militares, relacionado a hemorragias por lesiones arteriales o por
compromiso del sistema nervioso central (21,25).
La práctica
contemporánea ha dividido el cuello en tres zonas anatómicas (26,27). La zona
I se reconoce desde la carasuperior de
la clavícula hasta la membrana cricotiroidea, la zona II entre el borde previo
y el ángulo de la mandíbula, y finalmente la zona III por encima del último
limite mencionado, hasta la base del cráneo, (Figura 1).
Figura
1. Zonas anatómicas del cuello (27).
Esquema propio del autor.
Los pacientes que ingresan con signos de lesión
importante, como hemorragia activa, hematoma expansivo o dificultad
respiratoria deben ser sometidos a exploración quirúrgica inmediata (4,7-10,28).El tipo de incisión está determinado por la zona
anatómica comprometida. Las lesiones en zona I y III, son de difícil acceso
para control vascular (29).Aquellos asintomáticos o sin signos
significativos pudieran beneficiarse de un manejo centrado en exámenes físicos seriados y estudios paraclinicos.
Seseleccionarían los casos que
requieran cirugía (4,7-10,28). La evaluación
incluiría los sistemas vascular, respiratorio y digestivo(4,25).
Diversas publicaciones de los servicios médicos del ejército británico y estadounidense en el
marco de la Guerra contra el Terrorismo, señalaron una mayor incidencia de
lesiones en la zona II seguidos de las zonas III y I (21,24). Los
fragmentos de metralla por explosivos representaron el mecanismo mas frecuente
de lesión (21), por encima de los proyectiles
disparados por arma de fuego. En heridos sometidos a exploración quirúrgica
inmediata se evidenció un mayor porcentaje delesionesvasculares. Le siguieron
las de vía aérea y digestiva. La arteria carótida y la vena yugular interna son
las estructuras más comúnmente involucradas. Traumatismos multisistema pueden
evidenciarse hasta por encima del 30% de los casos (13,21, 24,25,
30).
Evolución del trauma cervical
bélico hasta 1914.
El
trauma cervical penetrante es tan antiguo como la humanidad. Homero en la Ilíada,
describió como el héroe troyano Sarpedón infringió una herida mortal en el
cuello de su par aqueo Tlepólemo (31).
Gente común y personajes como guerreros, nobles y santos han sucumbido a este
tipo de lesiones. Simbolizan la desconexión entre el corazón y el cerebro, los
sentimientos del pensamiento.
Cornelio
Celso, durante la época del emperador romano Cesar Augusto, señalo el valor de
la ligadura de los vasos sanguíneos para detener las hemorragias. El cirujano francés Guy de Chauliac incluyo la cauterización con la
misma finalidaden 1363 (32). El primer reporte del
manejo quirúrgico de una herida cervical, se atribuye a otro cirujano galo
Ambrosio Paré en el año 1552, quien ligo la arteria carótida y la vena yugular
interna de un soldado lesionado. En 1803, Fleming ejecutó la misma maniobra en
un marinero (17). Durante
la guerra de la península de Crimea en 1854, que enfrento a una coalición
anglofrancesa y otomana contra el ejército del Zar Nicolas I de Rusia, fueron
reportadas tres lesiones en cuello, dos fatales y una tercera con secuelas
invalidantes (12,33).
En la guerra Hispano-Americana a finales del siglo diecinueve, un herido
exanguinado después de 16 horas, fue resucitado con soluciones salinas vía subcutánea
y ligadura de los vasos principales (34). En conflictos previos a la Gran Guerra se indicó hasta
un 18% de mortalidad general enheridas cervicales (4,12) y hasta un 60% en los sometidos a
ligadura de los vasos principales (17)
En
la primera década del siglo pasado, dos investigadores contribuirían al
desarrollo del futuro de la cirugía del
trauma cervical. En Europa, el cirujano francés Alexis Carrel sentaría las
bases de las modernas técnicas de sutura arterial, obteniendo en 1912 el premio
Nóbel por sus aportaciones (35)y el Mayor George Washington Crile de
Cleveland, Ohio quien diseño su propia pinza hemostática, denominada “Crile mosquito clamp”, aplicó las
primeras soluciones fisiológicas y transfusiones directas de sangre en el
contexto del shock circulatorio, y popularizó e ilustró la disección cervical
radical (36,37). En Francia, surgieron seguidores de la disección
radical como J. Roux Berger e Hipolito Morestin. Ambos resaltaron las bondades
del procedimiento y diseñaron sus propios incisiones (38).
La gran guerra
La Primera Guerra Mundial fue un
conflicto militar quecomenzó como un
enfrentamiento localizado entre el Imperio austrohúngaro y Serbia a mediados de
1914 y se transformo en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la
declaración de guerra austrohúngara se extendió a Rusia el 01 de Agosto de
1914; finalmente paso a ser una guerra mundial en la que participaron 32
naciones. Veintiocho de ellas, denominadas aliadas
o potencias asociadas en las que se encontraban Francia, Gran Bretaña,
Rusia, Italia y Estados Unidos, combatieron contra la coalición de los llamados
imperios centrales, integrada por
Alemania, Austria-Hungría, Imperio otomano y Bulgaria(39).
Aunque la causa inmediata del inicio de las hostilidades entre
Austria-Hungria y Serbia fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de
Habsburgo, heredero del trono austrohúngaro, cometido en Sarajevo, el 28 de
Junio de 1914, las razones profundas del conflicto se enraízan en elposicionamiento del Segundo Reich alemán como
gran potencia, la rivalidad política entre las distintas naciones y la vertiginosa carrera armamentista entre
las dos alianzas enfrentadas (1,39).
Un mes después del atentado, Austria declaro la guerra a Serbia. A partir
de ese momento, una sucesión de advertencias, movilizaciones de tropas, rotura
de tratados, nuevas declaraciones de guerra y cruces de fronteras entre las
naciones comentadas, siguieron a una escalada de batallas, frentes estáticos y estrategias
de desgaste (39,40).
Numerosos escenarios en orden cronológico como Tannenberg, Marne, Gallípoli,
Ypres, Verdún, Somme, Passchendaele, Amiens, entre otros hasta la rotura de la
Línea Hindenburg, permanecen como el recuerdo de interminables ofensivas y
contraofensivas, victorias momentáneas, innumerables bajas, luchas de
agotamiento, surgimiento y caída de los frentes. En la región de Verdún, un
pueblo cambio de manos en quince ocasiones en tres semanas. Junto al río Somme,
el 01 de Julio de 1916 y en la batalla de Amiens, el 08 de agosto de 1918, fallecieron
19.240 tropas británicas en uno y 27.000 bajas en el bando alemán en el otro,
catalogándose como el día más sangriento y el más negro de la historia de los ejércitos
mencionados (41-43).
Alrededor de Alemania se establecieron dos frentes principales, el
Occidental y el Oriental. El primero enfrentó a los ejércitos francés, belga,
británico y en 1917, el estadounidense. El otro contra las tropas del Zar (41). El fuego de
granadas y obuses, los ataques con gas venenoso, y la lucha de trincheras
transformaron la frontera con Francia en una geografía del infierno. Una
grotesca parodia de la naturaleza, una tierra de pesadilla (1,44). Un
oficial recordaría su posición en el
frente occidental como “un paisaje lunar
con cráteres, árboles retorcidos, huecos de cañoneo inundados y cadáveres
putrefactos, con permanentes ráfagas de metralla que volaban sobre tu cabeza a
cada minuto” (45). En once
meses de combates en Verdún, ambos bandos dispararon más de 23.000.000 de
proyectiles de artillería; entre setecientos mil franceses y alemanes
fallecieron, fueron heridos o desaparecieron (42). Esta batalla
seria conocida como “la maquina de moler
carne” de los ejércitos
(44) (Figura 2a).
Figura 2. La geografía del infierno en el Frente Occidental: a. Cráteres y muñones de árboles por el
cañoneo (44,45). b. Algunas sotisficaciones tecnológicas
de los ejércitos alemán y francés. Los cascos Stahkhelm y el Adrian
diseñadospara proteger el área de
cabeza y cuello del soldado (42). Las ametralladoras
Maschinegewehr y la Chauchat,que infringirían severos traumatismos mutilantes (6,46) c. “ La tierra de nadie”, el área comprendida entre la alambrada de ambos
bandos. Los heridos junto a los cadáveres descompuestos, podrían permanecer
hasta días, antes de ser rescatados ó removidos (44-46,53). d. Las explosiones de
granadas de mano ocasionarían severas infeccionespor la entrada de esquirlas con polvo y ropa
dentro de las lesiones (46,53).
e. Un paramédico ejecuta la maniobra
digital de compresión sobre una herida cervical y recibe sabanas tibias para
mantener la temperatura delpaciente (16,53,55)f. Traslado en camilla (53,55).Esquema propio del autor.
El uso de gases de sulfuro de dicloroetileno en Ypres (43), los
cascos de protección,
el lanzallamas móvil y las
ametralladoras en Verdún, y los carros de combate en el Somme señalan a la Gran Guerra como la primera de
alto nivel técnico en la que la moderna maquinaria bélica desempeñó un papel
decisivo (1,41-46) ( Figura 2b). A
su vez,bajo la presión del elevado
número de bajas, la comunidad médica de varios países respondió con avances científicos
y médicos. Las vacunaciones masivas contra el tifus y el tétano (2,3), el
nacimiento de la cirugía plástica en los hospitales de Francia
(47), la organización en los sistemas de evacuación de los heridos (2,6,31,48-52), los
inhaladores de éter en anestesiología (3), los
estudios relativos al shock, su diagnostico y la resucitación con soluciones
salinas, coloides o transfusiones sanguíneas, seguido de la creación de los
bancos de sangre (2,5,6,32,34,53), simbolizan el
desarrollo de nuevas ideas y técnicas que contribuyeron a la transformación de
varios campos de la medicina (2,6,46-51). Se
establecieron los primeros servicios de Capellanía, para brindar apoyo
espiritual y religioso a los soldados.
La ofensiva de Verano de 1918 por parte de los aliados
en el Frente Occidental, la salida del káiser Guillermo II a Holanda y la firma
del armisticio entre oficiales del Alto Mando británico, francés y alemán, el
11 de noviembre de 1918 en un vagón de
tren al norte de París, pusieron fin a los enfrentamientos en la Primera Guerra
Mundial. El Tratado de paz se firmaría el 28 de Junio de 1919 en Versalles, (1,39).
El herido en las trincheras
El Lt. Georges
Gaudy describió en 1916 a su propio regimiento proveniente del Frente Occidental
como “un grupo de esqueletos guiados por
un oficial herido inclinado sobre un bastón,marchando en zigzag como si estuvieran intoxicados, cubiertos de lodo,
en silencio y con la expresión facial del increíble horror de su martirio” (44). Los
heridospresentaban los efectos de la
exposición al frió, la desnutrición y el agotamiento físico.Las insalubres condiciones higiénicas
en las trincheras o en los campos de concentración facilitaron la aparición de
enfermedades como la tuberculosis, tifus, cólera y la gripe española (2,3,6,
48,51).
En 1916, el
cirujano militar A. M. Fauntleroy, diferenció la cirugía y las heridas de
guerra de las correspondientes en tiempo de paz. Calificó las lesiones de
combate como serias, mutilantes y desvitalizantes,debido a los fragmentos de metal irregulares
provenientes de las explosiones del cañoneo y las granadas de mano. Solo
comparables a los aplastamientos en las vías del tren de la practica civil. Los
proyectiles modernos serian diseñados para ocasionar una gran destrucción (53). La
presencia de cuerpos extraños, trozos de ropa y esquirlas eran los responsables
en gran medida, de las graves infecciones que se sucedían. Los microorganismos
generalmente involucrados correspondían a la flora intestinal humana y de
animalesproveniente de las heces en la
tierra del medio ambiente (48,49,53). Los
cadáveres decompuestos en el terreno y el bombardeo permanente ocasionaron la
fragmentación de los cuerpos en esquirlas de hueso y carne que impactaban en
las tropas (44). El mismo Sir Alexander Fleming
aisló el Clostridium perfringens y el Clostridium tetani en la indumentaria de
los combatientes. La suciedad era la compañía constante del soldado (6). El
barro llegó a convertirse en el principal enemigo de las tropas en las
trincheras (45, 48) (Figuras 2c y 2d).
El transporte
desde el frente de combate hasta los puestos de atención sanitariapodía demorar desde horas hasta días, en
ocasiones en la noche y bajo fuego enemigo. Progresando y estabilizándose la
gangrena en las heridas (6,13,53). El
porcentaje de mortalidad alcanzó hasta el 75% después de 8 horas de demora para
el traslado. Se estableció que el tiempo para iniciar la terapéutica indicada
era importante para salvar vidas (48,54,).
La atención de las
infecciones durante el conflicto se ubicó entre los trabajos de Louis Pasteur y
los postulados de la antibiosis química con antisépticos de Sir Joseph Lister a
mediados del siglo XIX, y el descubrimiento de la penilicina por Sir Alexander
Fleming a finales de la segunda década del siglo pasado. En 1915, el mismo Alexis
Carrell y el químico ingles Henry Dakin,
desarrollaron la “solución Carrell-Dakin”, compuesta por hipoclorito de sodio.
El coronel del ejército belga, Antoine Depage, promovió el debridamiento
quirúrgico con el uso de antisépticos en el tratamiento de las heridas. La
irrigación diaria con el antiséptico de Carrell-Dakin a través de tubos de
drenaje insertos en la herida se convirtió en la principal opción de tratamiento
de los procesos sépticos durante la Gran Guerra (5,6,46,50,53).
De acuerdo a los
estudios de losCapitanes del ejército
estadounidense Ernest Cowell y John Fraser, y del Profesor de Fisiología, Walter
Cannon, elshock era asociado con las
heridas, era denominado “wound shock”
o “choque de las heridas”. Según Cannon, la lesión fisica, ruptura o
aplastamiento de largas cantidades de tejido, ocasionaría la liberación de un
factor toxico que aumentaría la permeabilidad de los vasos capilares, seguido
del escape del plasma y la reducción del volumen sanguíneo. El herido se caracterizaría
por presentar pulso rápido, sudoración, frialdad, palidez o cianosis, sed,
alteraciones del estado mental, y disminución de la presión venosa y arterial.
El tratamiento implicó elevar los pies, recuperar la temperatura con sabanas
tibias y la reposición de fluidos con soluciones salinas o coloidales por vía
oral, rectal, subcutánea o endovenosa. También, se aplicaron las primeras
transfusiones de sangre en escenarios militares. Las hemorragias o perdidas
sanguíneas se diferenciaron del wound
shock y se consideraban como factores que lo agravarían (2,32,34,48,50,55
) (Figura 2e).
Las condiciones
generales del herido, las lesiones destructivas, el tiempo de evolución durante
el traslado y la presencia de infección o gangrena influyeron notablemente en
el tipo de conducta terapéutica a desarrollar (11,13,53,55). Los
cirujanos de la Gran Guerra reconocieron la importancia de la intervención
temprana en la disminución de la mortalidad (32).
Los cirujanos franceses de la Primera Guerra Mundial
La
incidencia de heridas arteriales entre las tropas americanas, inglesas,
francesas y alemanas, se situó entre 0,4% y 1,3% durante la Gran Guerra (13). En la clásica monografía
de George Henry Makins, intitulada “On Gunshot Injuries to the Blood-Vessels”,
relativo a su experiencia en la atención de traumatismos vasculares como
cirujano de las fuerzas británicas expedicionarias en Francia, enumero para las
lesiones de la arteria carótida, subclavia y vertebral los siguientes
porcentajes 10,7%, 3,7% y 0,2%, respectivamente (11,13). Aplicó un manejo expectante de las heridas
cervicales penetrantes. El tiempo de evolución, la gangrena, y la presencia de
amplios tejidos desvitalizados que requerirían extenso debridamiento serian las
razones fundamentales para esta conducta (10,12). Las secuelas como los aneurismas, pseudoaneurismas
y las fístulas arteriovenosas fueron intervenidos quirúrgicamente días o
semanas después del evento. El tipo de procedimiento más común en todos los
casos, seria la ligadura de los vasos comprometidos. Según Michael De Bakey
& Fiorindo Simeone todas estas consideraciones serian practicadas por la
mayoría de los cirujanos de ambos bandos enfrentados (11, 56). El porcentaje de
complicaciones neurológicas se ubico en un 30% y la mortalidad
general en 11% durante este periodo. Señalando a las hemorragias exanguinantes
e incontrolables por aneurismas rotos como la principal causa de fallecimiento (10,12). Aunqueeran reconocidas las bondades de la sutura
vascular propuestas por Alexis Carrell, la exploración operatoria inmediata y
la rafia arterial quedarían reservadas para casos excepcionales, como heridas
limpias, de corta duración y depequeño
diámetro (11,13, 56).
Contrario a estos reportes, existe suficiente
evidencia que demuestra laextraordinaria habilidadde los
cirujanos franceses, Hippolyte Morestin (16), L.
Sencert (57), H. Costantini (58) J. Delmas
y J. Fiolle (59)en la aplicación
y desarrollo de exploraciones quirúrgicas inmediatas del cuello en los
lesionados del Frente Occidental.
Varios
artículos, capítulos y textos se dedicaron con especial atención al abordaje expedito
de los hematomas y las hemorragias cervicales por traumatismos penetrantes.Diversas
maniobras aparecen magníficamente ilustradas para tal fin (16,57-60).Las
lesiones superficiales fueron
diferenciadas de las profundas, de acuerdo al compromiso de la aponeurosis
cervical. Según las características clínicas, clasificaron los sangramientos en
venosos y arteriales.Ilustraron
la compresión digital extrínseca o dentro de la herida y por oclusión de los
bordes de la piel con dos pinzas, desde el momento de la extracción del campo
de batalla. El traslado seria ejecutado de manera rápida, por la formación de
hematomas que podrían comprimir la traquea. Condenaron el pinzamiento en
profundidad a ciegas o en masa dentro de la lesión por las laceraciones a
estructuras no involucradas, y la conducta expectante de los hematomas por el
grave peligro de las “hémorragies
retardées” o hemorragiastardías que
arriesgarían la vida del herido (16,60)
(Figuras 2e y 2f).
Previa
narcosis por inhalación con éter, la arteria carótida primitiva seria referida
provisionalmente con hiladillas y los hematomas serian explorados, seguido de la identificación y ligadura de las lesiones vasculares. De
acuerdo al autor, se esquematizaron varios tipos de heridas quirúrgicas por el
borde anterior del esternocleidomastoideo con extensión por sus extremos según
la ubicación del hematoma. Los autores, L.
Sencert,J. Delmas y J. Fiolle incorporaron algunas
incisiones de las linfadenectomias cervicales como las de De Quervain e
Hippolyte Morestin en las cervicotomías (16,57-61).
L.
Sencert sugirió la exploración inmediata de los hematomas por el mismo trazo de piel para disecciones de cuello,
del cirujano Hippolyte Morestin oriundo de la Isla Martinique, y la sutura
lateral de las lesiones de la arteria carótida, menores a una lentille (lenteja). Señalando a este
ultimo procedimiento como seguro y que
previene la temida hemiplejía o amaurosis. La doble ligadura seria la conducta
apropiada cuando la dimensión de la lesión del vaso arterial comentado fuese mayor. Realizó
traqueostomías en hematomas expansivos que comprometían la traquea (16,57) (Figura 3a).
Figura
3. Incisiones cervicales de acuerdo al autor. a)
Sencert (57). b1 y b2) Delmas
& Fiolle, para heridas altas y bajas, respectivamente (59). c) Costantini con sus respectivas prolongaciones en
líneas puntiformes (58,60).d) Sencert, para lesiones de base de cuello (16). e1 y e2) Modificaciones de Costantini al trazo
anterior (16,58,60).
Esquema propio del autor.
De acuerdo a la ubicación anatómica de las lesiones,
J. Delmas J & J. Fiolle diferenciaron el acceso a los vasos cervicales
principales por encima o por debajo del borde superior del cartílago tiroides,
equivalente a las actuales zonas III y II. Para el primero, representaron una herida quirúrgica
que inicia en la base del mastoides, se encorva en dirección descendente hacia
la región retroauricular para luego continuar por el borde anterior del músculo
esternocleidomastoideo hasta el límite superior del cartílago mencionado. La
segundaincisiónempezaría a nivel de la punta del mastoides, seguiría
por el margen anterior del músculo citado, descendería hasta la unión
esternoclavicular, para cambiar brusquement (bruscamente) de dirección
sobre el borde superior de la clavícula (Figuras 3b1 y 3b2). Según el abordaje
seleccionado, se confeccionarían los respectivos colgajos y se seccionarían las
inserciones superiores o inferiores del músculo con un coup de ciseaux
(golpe de tijera). La punta del mastoides podría ser separada con ciseau et
maillet (cincel y mazo) o con la
sierra de Gigli. El vientre posterior del músculo digástrico y el músculo
omohioideo serian divididos para facilitar la exposición y ligadura de las estructuras
vasculares (Figura 4). Ambos tipos de accesos se compararon a los usados para
la extirpación de los ganglios tuberculosos o neoplásicos (16,59). Elúltimo trazo descrito, era semejante al
diseñado en 1900 por De Quervain en forma de “V”, para disecciones cervicales
parciales (37,61).
Figura 4. Maniobra de Delmas & Fiolle para exposición baja de los vasos
principales (16,59). Esquema propio del autor.
En 1918, el cirujano francés de origen argelino, Henry
Costantini describió e ilustró la incisión a lo largo de todo el borde anterior
del músculo esternocleidomastoideo y detalló cada uno de los siguientes pasos
para alcanzar la ligadura del vaso comprometido, en un herido por un obús.
Recomendó para una adecuada exposición de las estructuras vasculares en las
lesionesbajas, ejecutar sin dudar, la
extensión en forma de codo hacia el borde posterior del músculo citado, a dos
traveses de dedo del margen superior de la clavícula, seguido de la sección de
las fibras musculares esternales y claviculares. Para las altas, prolongó el trazo hasta la base del mastoides
y la separación de este ultimo, con cincel y mazo a la manera de J.
Delmas J & J. Fiolle. Enumeró suexperiencia en varias estructuras venosas y arteriales, entre ellos la
arteria vertebral (60). Con esta herida quirúrgica y sus
prolongaciones incluyó todas las zonas anatómicas contemporáneas. La autoría de
su abordaje fue confirmada en elTratado
de Cirugía de Urgencias de Félix Lejars en 1936 (16)(Figura
3c). Un aspecto interesante del trazo
comentado es su similitud con el
realizado en 1888 por Franciszek
Jawdyński, un cirujano polaco, durante la primera disección radical de cuello. El procedimiento se publicó en la
Gazeta Lekarska, una revista polaca. Al referirse a la herida quirúrgica,
indicó: “Efectué la incisión desde el ángulo de la mandíbula hasta la unión esternoclavicular”
(62).
Los
hematomas expansivos y las hemorragias en la base del cuello, correspondiente a
la actual zona I, fueron mencionados por L. Sencert como poco frecuentes por su
elevada mortalidad y de mayor peligrosidad por el compromiso toráxico asociado.
Indicó realizar un abordaje quirúrgico inmediato que inició por el extremo
externo y por encima del borde superior de la clavícula, hasta la unión
esternoclavicular, seguido de la desarticulación de este último y la sección
del hueso en su tercio externo con una sierra de Gigli. Una segunda incisión se
efectuaría desde el ángulo interno de la primera hasta el borde anterior de la
región axilar, seccionando los músculos pectorales mayores y menores,
confeccionando el colgajo músculo cutáneo, descubriendo el hematoma y los vasos
principales. La conducta frente a los elementos vasculares sangrantes seria la
misma a la descrita en párrafos anteriores (16,57)(Figuras 3d
y 5). Dos variantes a este trazo fueron divulgadas por H. Costantini en 1920. Un acceso más
conservador, que no incluiría el corte en la clavícula, ni la extensión hacia
la axila. El segundo fue más radical, iniciaría en la línea media de la región cervical
anteriorcon prolongación hacia el
tórax, en dirección descendente seguido de esternotomía y exposición de los
vasos cervicales y mediastinales (16,58) (Figuras 3e1 y 3e2).
Figura 5. Maniobra de
Sencert para exponer los vasos principales en la base del cuello.
Desarticulación de la unión esternoclavicular y sección de los dos tercios
internos de la clavícula con la sierra de Gigli (16,57). Esquema propio del autor.
Respecto a las heridas de la vía aérea,la incidencia se ubicó entre 0,3% y 3%. La
asfixia, la disfonía, el burbujeo por el orificio, elenfisema y la expectoración sangrante serian
los síntomas ocasionados por la presencia de sangre, el edema de glotis o por
hematomas intra o extrinsecos compresivos. La traqueotomía fue reconocida como
una intervención de rápida decisión y ejecución. Si se constato que el
proyectil comprometió la vía aérea y se acompaña de disnea, el procedimiento se
ejecutaría de manerainmediata n’hésiter
(sin vacilar), seguido de la exploración del cuello para debridar, desinfectar,
taponar los sangramientos y prevenir las secuelas. Las reparaciónes serian de
acuerdo a su ubicación. A nivel de las membranas o la traquea con rafia
primaria, usandoCatgut 00, según el
estilo de Hippolyte Morestin o perforando el cartílago tiroides con una aguja
curva y aproximando los bordes de las lames
(laminas). En los centros de otorrinolaringología en Bordeux, Paris y Lyon resaltaron
la laringofisura, conocida como la operación de Sir Saint Clair Thompson, para
la “exploración endolaryngee”
(exploración endolaringea) de heridas complejas, hemostasia, extracción de
proyectiles o esquirlas, y revisión de la cara anterior esofágica (16,63-65a).
Por su proximidad anatómica y su frecuente asociación,
el abordaje terapéutico de las lesiones de la vía digestiva era considerado de
manera análoga. En las de faringe o esófago recientes, la mucosa se aproximaría
con un surjet(sutura continua) de Catgut y el resto de la
pared con puntos separados. En las tardías, estuvo indicado el debridamiento,
drenaje y colocación de una sonda esofágica para nutrición. Las complicaciones
como las estenosis traqueales, flegmones
del cuello y mediastinitis por perforaciones eran conocidas (16,63,65a,65b)
La racionalización de la exploración quirúrgica inmediata de los
hematomas y las hemorragias cervicales por traumatismos cervicales penetrantes, la diferenciación de las lesiones de
acuerdo al compromiso del platisma, la caracterización clínica del tipo de vaso
comprometido, las maniobras para detener
los sangramientos en el traslado, las incisiones en piel, y las tecnicas de
reparación durante la intervención operatoria representaron aportes de este
grupo de cirujanos al manejo contemporáneo deltrauma de cuello.
El trauma cervical penetrante hasta nuestros días
En el intervalo entre las dos guerras mundiales, se
caracterizo por un elevado número de casos anecdóticos de reparaciones de
fístulas arteriovenosas de origen aneurismático, indicando la continuación de
la experiencia militar no operatoria, en la vida civil (12,
66, 67).
En su obra “Surgery of Modern Warfare” de 1941,Hamilton Bailey cirujano británico de la
Royal Navy, recomendó la exploración quirúrgica inmediata de los hematomas
cervicales en los lesionados en combate. El riesgo de las hemorragias secundarias,
las infecciones asociadas a los cuerpos extraños, la dificultad técnica de la
intervención operatoria demorada por varios días y la disminución de las
complicaciones neurológicas serian las razones para fundamentar el tipo de
manejo. Sugirió maniobras y abordajes de algunos cirujanos galos mencionados
previamente, así como los de su propia experiencia militar. La técnica de
compresión digital y pinzamiento del orificio de la herida, la incisión por el
borde anterior del músculo esternocleidomastoideo,los abordajes en piel de L. Sencert, L.
Delmas & L. Fiolle y la ligadura de los vasos principales fueron
mencionados en su texto (68).
La traqueostomía, el debridamiento, drenaje de las
lesiones faringoesofagicas y la ligadura de las heridas vasculares guiaron a la
exploración quirúrgica inmediata como tratamiento estándar. La cervicotomía
tempranarepresentó la mejor alternativa
terapéutica en la segunda guerra mundial. La mortalidad descendióhastaun 7% (4,12).
Michael De Bakey & Fiorindo Simeone
en 1944, declararon que la ligadura arterial era el único procedimiento
practicable en las condiciones de guerra. En 2471 heridas arteriales operadas
por los autores, solo pudieron efectuarse 81 reparaciones de los vasos
afectados (13). A
partir del conflicto de Corea, en abril de 1952, se observa una relativa mayor
aplicación de técnicas más efectivas en la reparación vascular hastaprincipios de la década de los setenta,
cuando se publicó el llamado Registro Vascular de Vietnam, en el cual se
sintetiza la enorme experiencia en cirugía arterial traumática (34,69).
El éxito de la
cirugía sentó el precedente para su aplicación en el ámbito civil (10).
Fogelman & Stewart, recomendaron la exploración quirúrgica obligatoria para
todas las heridas penetrantes (12). Con esta
conducta, el porcentaje de mortalidad descendió, pero se asocio a un incremento
de las intervenciones operatorias sin hallazgos. Lentamente, algunos estudios
sugirieron que aquellos heridos sin signos claros de lesión vascular o visceral
podrían ser observados, complementado con investigaciones apropiadas. Surgió
así, el manejo conservador o selectivo de las lesiones cervicales y un cambio
al viejo dictado de la exploración quirúrgica obligatoria.Endécadas recientes, estas dos últimas
tendencias han suscitado considerable debate (4,8-10).
Numerosos avances en los sistemas de traslado y
recepción de los soldados heridos, el manejo de las lesiones y el tratamiento
del shock desarrollados durante la Gran Guerra serian aplicados en la Guerra
civil españolay continuarían en la Segunda
guerra mundial (50,51 )
Trauma cervical penetrante en Venezuela
En la Plaza Mayor de Caracas, el militar venezolano
José Maria España fue decapitado el 8 de Mayo de 1799, por su conspiración
emancipadora contra la monarquía española. En el marco de la guerra de
independencia,Fortique relató que
durante la batalla de La Puerta a mediados de 1815, las tropas patrióticas del
Libertador fueron derrotadas por Boves y sus tartaricas huestes, y “pasadó a
cuchillo casi todo su ejército”. Termino empleado para resaltar que les
infligieron heridas mortales en el cuello (70).
La primera ligadura de la arteria carótida externa fue
practicada por Guillermo Michelena, durante la extracción de un proyectil que
comprimía el nervio vago en el año 1854 (71). En el
Hospital Vargas, Pablo Acosta Ortiz (72) y Domingo
Luciani (73) ejecutaron la misma maniobra por
aneurismas en los años 1905 y 1934, respectivamente. A finales de la década de
los sesenta, Oscar Rodríguez y Esteban Garriga (74)
removieron por vía transfaringea, unproyectil alojado en la base de cráneo de un agente policial.
Desde la década de los ochenta el trauma asociado a la
violencia socialha venido
incrementándose progresivamente,ha
ascendido de la séptima causa de mortalidad en la población venezolanaa ocupar el tercero y cuarto lugar en los
últimos diez años (75).Según Montalvo FR, representa la primera causa de
mortalidad entre los 5 y 44 años de edad y el trauma penetrante es el más
frecuente (76). La
recesión económica ha coincidido con el ascenso de la mortalidad por
agresiones. La tasa de mortalidad por homicidios de acuerdo a cifras
policiales, es más alta que la de las Américas para el año 2002. La violencia
social y recientemente la política, llenan los encabezados de los diarios,
convirtiendo a Caracas como una de las ciudades más peligrosas del mundo (77).
Varias instituciones capitalinaspublicaron desde 1987, su experiencia en la
aplicación de la exploración quirúrgicacon
o sin estudios adicionales, y observación. Indicaron el reto que significan
este tipo de lesiones, la factibilidad del manejo conservador, el valor del
examen físico y los estudios paraclinicos, y el desarrollo de protocolos
estandarizados (7,78-82)Recientemente dos instituciones de la capital,
señalaron en un estudio multidisciplinario, a la conducta selectiva, como viable
y segura en este tipo de lesiones(15).
Conclusión
Cirujanos franceses de la Primera Guerra Mundial
racionalizaron y aplicaron la exploración quirúrgica inmediata de los hematomas,
hemorragias y lesiones de la vía aerodigestiva superior en heridos provenientes
del Frente Occidental. La ligadura de vasos principales comprometidos, la
traqueostomía, y la rafia primaria de los daños en las mucosas fueron las
principales tecnicas ejecutadas. Algunas incisiones para disecciones cervicales
fueron incorporadas como abordajes en
piel. Centros de otorrinolaringología señalaron sus aportes. La experiencia de
los facultativos galos era conocida y recomendada por sus pares aliados durante
la Segunda Guerra Mundial.
En
memoria de nuestros familiares que participaron en las guerras de Europa en los
dos siglos anteriores. Uno de ellos, víctima
de los gases venenosos en el Frente Occidental.
Agradecimientos:
a los doctores Jaime Valls y Luís Colmenares, a la lic. Elizabeth Cuellar del HPL2, al
personal de la biblioteca del Centro Medico de Caracas en San Bernandino y del Instituto de Medicina Experimental de la
Universidad Central de Venezuela.
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