
|
 |
|
Consideraciones sobre el proceso de arbitraje
Desde el comienzo de la
comunicación científica, primero oral y luego de forma escrita, se ha aceptado
la necesidad de que los resultados presentados al escrutinio público sean objeto
de la crítica y posterior aceptación o rechazo por parte de los llamados "Pares"
o "Iguales" de la respectiva disciplina científica, y más extensamente del
resto de la sociedad. Una de las formas de institucionalización de esta
práctica es lo que conocemos como el proceso de arbitraje de los trabajos
científicos enviados a las numerosas revistas a través de las cuales se expresa
la comunidad científica, con una diferencia notable cual es el hecho de que la
aceptación o rechazo se produce antes de que los hallazgos hayan sido conocidos
por el público. Sin entrar a discutir esta elitización del proceso de hacer del
conocimiento un bien público, lo cierto es que esto coloca una gran
responsabilidad sobre los hombros de revisores y editores de revistas
científicas en general. Muchas críticas han sido formuladas al sistema de
evaluación por pares:(1) subjetividad, sesgos institucionales y de
género, ineficiencia en la detección de fraudes, enlentecimiento del proceso de
publicación, etc. Creemos que es imposible eliminar la subjetividad en los
juicios humanos y no contamos con instrumentos precisos para medir lo que es un
buen trabajo científico, probablemente tenemos mejores ideas sobre lo que es un
mal trabajo. Al final, la significación de un trabajo y su verdadero valor solo
se establecerá con el paso del tiempo. El caso de la Dra Barbara McClintock
cuyos trabajos pioneros en genética(2) fueron duramente criticados y
rechazados, lo cual la llevó a no publicar mas en esta área, y quien luego
recibió el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1983 por sus estudios sobre
la trasposición de genes, es paradigmático en este sentido.
Aceptando las fallas del sistema
de evaluación por pares y en ausencia de uno mejor ¿Qué podemos hacer? Un buen
arbitraje en nuestra opinión es aquel que está destinado a mejorar lo que de
bueno pueda tener un manuscrito, es muy fácil destrozar cualquier manuscrito,
pero ese no es el fin del proceso de arbitraje.(3) Aceptando de
antemano que no haya errores flagrantes de metodología o fundamentación en el
trabajo presentado, se trata de trasladar la experiencia del revisor hacia el
autor con el propósito de que el manuscrito final sea el mejor posible,
teniendo siempre presente que no se trata del manuscrito del revisor, sino del
autor, y que las demandas exageradas sobre experimentos o datos diferentes a
los presentados probablemente constituirían el tema de otro trabajo. Se trata en
definitiva de evaluar la consistencia interna del trabajo entre los objetivos propuestos y los resultados obtenidos a través
del uso de métodos científicamente válidos. En todo este proceso la labor del
editor es fundamental como moderador de los requerimientos arbitrales que
pudieran ser exagerados, y en el señalamiento a los autores de aquellos puntos
que merecen especial atención, sin perder de vista que el proceso de arbitraje
es de doble vía y que las recomendaciones arbitrales pueden ser contestadas por
los autores. El editor debe ser el árbitro final en estos intercambios.
En nuestro país con una
disminución importante de la productividad científica en los últimos años, es
muy importante que los arbitrajes se conviertan en instrumentos pedagógicos, que
estimulen a nuestros jóvenes autores a publicar sus resultados de investigación
sin disminuir las exigencias ni la calidad científica.
1.
Smith R.,
Peer review: a flawed process at the heart of science and journals. J R
Soc Med 2006.99: 178"“182
2.
McClintock, B.,The origin and behavior of
mutable loci in maize, Proceedings of
the National Academy of Sciences of the United States of America 1950: 36 (6): 344
3.
Drubin, DG., Any
jackass can trash a manuscript, but it takes good scholarship to create one
(how MBoC promotes civil and constructive peer review). Mol.Biol.Cell 2011: 22: 525-6
|