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Editorial
La situación del financiamiento del sistema de revistas
científicas por parte del estado, sigue atravesando por una etapa crítica, sin
que termine de decidirse cuál será la política que se aplicará en definitiva. Es
lamentable que organismos como el SINADIB (Sistema Nacional de Documentación e
Información Biomédica), creado en 1973 y que ha realizado una notable labor a
favor de la preservación de nuestro acervo científico, se vean seriamente
afectados en su funcionamiento por falta de fondos, en un país que lo menos
que puede alegar es carencia de recursos. Padecemos de una suerte de
esquizofrenia donde se le da valor a la publicación de artículos en revistas
nacionales y por el otro lado se es mezquino en las asignaciones para que estas
puedan funcionar adecuadamente. Esperamos que la situación mejore de manera sustancial y nuestras
revistas puedan seguir siendo lo que siempre han sido: espacios democráticos
abiertos a todas las manifestaciones de la actividad científica.
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