Dentro de las especialidades de la medicina, uno de los campos más susceptibles de ser abordado desde el punto de vista psicosomático es el gineco-obstétrico. Si es válido el principio de que toda la medicina es psicosomática, tal principio resulta aún más aplicable a estas dos especialidades. Debido a las circunstancias impuestas a la mujer por el sexo y los fenómenos del ciclo reproductor, su experiencia vital se ve sacudida por un conjunto de acontecimientos críticos tales como la menarquia, el embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia o la menopausia, las que colocan al organismo femenino en condiciones de estrés, tanto psíquico como físico, dando origen a reacciones psicopatológicas tan peculiares que las hacen diferentes de las que se ven en la psiquiatría general o en cualquier otro terreno de la medicina psicosomática. Estas condiciones biológicas, sólo operan como causas predisponentes y requieren de los factores psicosociales, para que puedan constituirse los estados psíquicos anormales.

Es muy variada y rica la patología psicosomática femenina. Los trastornos funcionales del aparato reproductor de origen psicógeno son frecuentes en la patología psicosomática.

Será nuestra intención mencionar y describir brevemente a continuación algunas de las patologías o alteraciones psicosomáticas más frecuentemente observadas en la mujer, relacionadas con la capacidad que esta tiene de dar origen a nuevas vidas.