Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Anatomía Patológica
Una actualización sobre la ayuda de los estudios de inmunohistoquímica en el diagnóstico y la evaluación pronóstica de la neoplasia intraepitelial y el cáncer cervical

II

Ki 67
En realidad la expresión de la Ciclina D1 es comparable a la de Ki67. Debe examinarse en detalle la posible relación entre C-Myc y Ciclina D1 pues es interesante observar que como ocurre con Ki67, tanto C-Myc como la Ciclina D1 se asocian con una mayor proliferación celular como se observa en el CC activado por VPH de alto riesgo (28).
β-catenina
En realidad ambas, Ciclina D1 y C-Myc son dianas de la vía WNT/APC/ β-catenina Como resultado de la activación de la vía Wnt, se produce acumulación de β-catenina en el citosol del queratinocito lo cual provoca la translocación de β-catenina al núcleo donde va a interactuar con factores de transcripción implicados en la diferenciación celular a través de su grupo amino terminal con la β-catenina para activar la transcripción de genes, como C-Myc y Ciclina D1 los cuales, definitivamente parecieran estar involucrados en los procesos de proliferación y diferenciación celular presentes en el CC (29).
P16 INK4a
P16 INK4a es un inhibidor de la ciclina dependiente de kinasa 4 y se sabe es expresado tanto en NIC como en el CC (30,31). Se ha señalado que no parecen producirse alteraciones genéticas en el gen P16 en casos de CC (32). La actividad de p16 en células normales se produce a través de una inhibición de su proliferación. Se ha señalado también que p16INK4a es un indicador específico para NIC, especialmente en lesiones de alto grado y se destaca el hecho de que este es más específico que Ki67 (32,33). La expresión de p27 y de p21 ha sido comparada con p16 en NIC, sin que puedan hallarse diferencias significativas (34), no obstante al examinar el rol de la Ciclina D1 en el CC, se señala su importancia de valor pronóstico en la expresión de la proteína p16 (35). En un estudio reciente, cuando se examinan casos de CC utilizando matrices de microarrays para estudio de genes, se ha detectado la pérdida de expresión de p16 en casos que mostraron menor sobrevida, sin estar ella relacionada con la profundidad de la invasión ni con las metástasis ganglionares (36). Debe enfatizarse que la proteína p16, es un elemento de la vía p16_ciclinaD-cdk4/6\RB (37). En el estudio inmunohistqoquímico de 212 pacientes con CC estudiados para p16, p21 y p27, se demostró que, si bien con p16 existen resultados esperanzadores, en general estas proteínas no pueden considerarse directamente como factores de valor pronóstico para el CC (34). p27
El ciclo celular está controlado por complejos proteicos compuestos por ciclinas y por ciclinadependientes de kinasas (cdk) que se dividen en dos familias estructuralmente relacionadas, la familia Cip/ kip ( p21, p27 y p57 ) en la cual estas proteínas funcionan como inhibidores preferentemente de cdk2 ( complejos de ciclina A/E–cdk2 ), y la familia INK4 ( p15, p16, p18 y p19 ), que inhibe los complejos que contienen Ciclina D (cyclin D–cdk4/6). La p27 tiene una función reguladora que responde a señales extracelulares, además de sus conocidas funciones en la diferenciación celular y en la apoptosis (38). El encogen E7 del VPH-16 puede unirse a la p27 sin degradarla, una inactivación que no está relacionada con su transformación oncogénica (39). Se ha descrito aumento de la expresión de p27 en el epitelio normal de cuello uterino, (40) lo cual contrasta con la expresión aumentada de p27 en NIC y en el CC (41,42,43). En base a estos hallazgos, se puede concluir que p27 no tiene valor como indicador pronóstico en el CC (34).
p21
La proteína p21 puede verse como la ejecutora de p53, considerando que el gen de p21 está bajo el control transcripcional de p53 (44). La expresión de p21 que está disminuida o ausente en células en reposo, se puede involucrar en el control de la actividad de cdk en células proliferantes, además de su función de respuesta al daño del ADN deteniendo el ciclo celular y participando en su reparación o llevando a la célula a la muerte celular programada. La expresión de p21 desaparece al inactivarse la proteína por acción del oncogen E7 del VPH-16 y aunque pudiera sobrexpresarse por efecto de alguna mutación, su actividad no influye en el control del ciclo celular, ni tiene valor pronóstico en el CC (43). También previamente se había señalado que la disminución en el inmunomarcaje de p21 podría ser un indicador de mal pronóstico (45) Igualmente, el encogen E7 del VPH-16 se puede unir a la p21 inactivada sin degradarla, lo que induce una exagerada actividad de cdk2 a pesar de que existan altos niveles de p21 (46).
Wnt
Las proteínas Wnt constituyen una familia de factores de crecimiento que controla la proliferación, la migración arquitectural y la organogénesis durante el desarrollo embriológico (47). Hallazgos recientes han demostrado que Wnt tiene un papel importante en el desarrollo del cáncer a través de sus receptores y de una vía que se caracteriza por la acumulación de β-catenina en el citoplasma y en el núcleo. Los niveles de β-catenina en el citoplasma son controlados por la fosforilación que induce su ubicuitinización y su degradación (48). En ausencia de Wnt, GSK-3h se activa y fosforiliza la β-catenina degradándola. La activación de la vía de Wnt inhibe la acción de GSK-3h y provoca el exceso de β-catenina citoplasmática. El exceso de β-catenina va al núcleo para formar un complejo transcripcional con el Factor de células T (TCF) el cual se sabe activa la transcripción de genes como C-Myc y la ciclina D1 (49). Una fosfatasa PP2A está también involucrada en la degradación del complejo β-catenina inhibiendo la señalización de Wnt a través de APC y de la axina (50). Se ha descrito un modelo experimental de queratinocitos cultivados en los cuales la transformación que el VPH ejerce sobre ellos, requiere de un segundo golpe y este está representado por la adopción de la vía Wnt y más allá, ésta podría ser uno de los mecanismos para la activación de la transformación maligna del epitelio del cuello uterino. La identificación por IHQ de β-catenina podría tener un interés particular, sobretodo en la exploración de esta vía en NIC y CC (51).
MCM
El análisis de los resultados de estudios realizados en los ratones transgénicos K14E6 y K14E7 que expresaban los oncogenes E6 y E7 y en los que existía hiperplasia epitelial y tumores espontáneos en la piel, demostró como al ser éstos tratados con estrógenos, los roedores desarrollaron cáncer cervical (52). En estudios previos con ratones trangénicos y VPH-16 se había demostrado como el oncogén E7 inactivando la pRb afectaba la expresión de la proteínas p107 y p130, y como también al activar la familia de los factores de transcripción E2F, inducía una respuesta génica con presencia de una proteína que fue denominda “proteína minicromosómica de mantenimiento7” (MCM7). Esta proteína representa un componente de la ADN helicasa inducido por el gen E2F (53). La expresión de MCM7 se producía en el curso de la enfermedad neoplásica en estos ratones transgénicos en quienes la tinción por IHQ estaba limitada a las células parabasales y basales en el epitelio normal e hiperplásico, pero que ocupaba todas las capas epiteliales en la displasia y el cáncer cervical. Ese trabajo demostró con un enfoque experimental, en ratones, que es importante indagar sobre la búsqueda de proteínas biomarcadoras que reaccionen como p16 en los casos de NIC y CC (52). Estos estudios en ratones también demostraron cierto paralelismo entre los resultados con Ki67 y la Ciclina E y los observados en casos de cáncer del cervix humano (32,54,55 ) como ya hemos comentado previamente. Otros modelos de proteínas MCM ( MCM2 y MCM5 ) han sido utilizados como factores de valor pronóstico en el cáncer cervical, (56) y en realidad se sabe que casi todos los genes MCM pueden inducir los factores de transcripción E2F (57). La inestabilidad genómica inducida por los oncogenes virales E6 y E7 potencialmente conducen a la aparición de anormalidades centrosómicas (58), ambos factores, la inestabilidad genómica y las anomalías centrosómicas se han observado en el modelo experimental de los ratones transgénicos. Todos estos cambios genómicos, son los responsables de la expresión anormal de MCM7.
El virus del papiloma humano
Las proteínas E6 y E7 del VPH, son importantes por sus propiedades oncogénicas ya que tienen la capacidad de inmortalizar y transformar las células del cuello uterino y por otra parte mantendrán el ambiente celular para que el genoma viral pueda subsistir mientras no se encuentre incorporado en los cromosomas (4). Algunas de las proteínas que pueden ser examinadas por IHQ dependen de la acción de los oncogenes E6 y E7 del VPH. Con la hibridación in situ (HinS) y amplificando la señal para los virus de alto riesgo con sondas con tiramida biotinilada, hoy día es posible detectar directamente en el epitelio cervical en casos de NIC o de CC, secuencias de ácidos nucleicos virales tan pequeñas como una sola copia, lo cual hace de esta técnica un valioso instrumento para la investigación sobre la infección y la carcinogénesis viral. Hemos examinado la presencia de infección genital con el virus del papiloma humano (VPH) por HinS utilizando sondas biotiniladas de ADN específicas para VPH, de amplio espectro (WS) que comprende los virus tipo 6,11, 16, 18, 31,33,35, 45, 51y 52 ; y de alto riesgo (AR) con los virus tipo 16,18, 31,33,35,39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 68. Igualmente y por separado hemos estudiado la presencia de VPH 16 y 18 en casos de NIC y de CC con VPH de AR. Nuestros resultados al utilizar esta metodología permiten una correlación entre los casos de NIC y CC que se estudian para detectar el VPH y las diversas proteínas cuya actualización sobre sus estudios con IHQ hemos discutido previamente(4,6).
Los antígenos de grupos sanguíneos
Las células epiteliales y las secreciones de casi un 80% de las personas tienen ciertos oligosacáridos que se identifican como antígenos de grupos sanguíneos; antígenos estos que se pueden detectar en los epitelios normales y neoplásicos y en sus secreciones, en individuos que por ello se denominan “secretores” (59,60,61). En estudios previos se demostró que los antígenos de grupos sanguíneos ABH se encontraban presentes en las células del epitelio cervical normal (62) y posteriormente se demostraron en el útero neoplásico (63,64,65), sin embargo se ha señalado que la presencia de isoantígenos ABO en el epitelio exo y endocervical de mujeres “secretoras”, no se detecta en las identificadas como no secretoras (66). Desde hace casi veinte años, E Blasco-Olaetxea ha venido examinando el papel de estos oligosacáridos en las neoplasias y en estudios recientes (67) hemos demostrado como en las lesiones premalignas denominadas neoplasia intraepitelial cervical (NIC I y NIC II) hay pérdida parcial de la expresión antigénica de ABH, mientras que en NIC III y en el carcinoma epidermoide infiltrante del cuello uterino, la pérdida de la expresión de estos antígenos de grupos sanguíneos en pacientes “secretoras” es total. La importancia de estos hallazgos y la aplicación de los mismos al realizar un estudio comparativo con diversas lectinas y con p16, relacionan la estructura de los azúcares en la superficie de la membrana celular con señales que son genéticamente controladas y cuya evaluación debe ser de utilidad en el estudio de la carcinogénesis del cuello uterino.


Continua: Referencias

Una actualización sobre la ayuda de los estudios de inmunohistoquímica en el diagnóstico y la evaluación pronóstica de la neoplasia intraepitelial y el cáncer cervical
Introducción
I
II
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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