El Editor de
la revista Journal of American College of Cardiology, en conjunto con su Comité
Editor y un Comité de Ética decidieron retirar de la revista el estudio OASIS(12),
el cual se relaciona con la eliminación, mediante catéter de radiofrecuencia, de
los focos celulares causantes de
fibrilación auricular (ablation); la solicitud de retiro la hizo la empresa Abbott, en vista de que los
pacientes empeoraron luego del procedimiento de eliminación de los focos antes
citados. Es importante destacar que la
empresa Topera-Abbott es fabricante de equipos y programas de computación (Rotor)
utilizados en eliminación de los focos de fibrilación auricular. Se puede suponer razonablemente que la
empresa no deseaba que dichos resultados se continuaran divulgando,
probablemente hasta realizar un nuevo estudio para verificar dichos
resultados. Los argumentos expuestos por
el Editor fueron los siguientes: 1) en el titulo, así como varias veces en al
artículo, se afirmó que se trataba de un estudio aleatorizado y realmente no
hubo asignación al azar de los pacientes a los tratamientos en los diferentes
hospitales y 2) No se completó el
registro del proyecto en el Clinical Trials.gov antes de iniciar la inclusión de los
pacientes.
Los autores
protestaron el retiro de su artículo porque solo 48 % de los estudios clínicos
son registrados con anterioridad ante el Clinical Trials. Gov(13); pero
no se refirieron a la afirmación del Editor de que se trataba de un estudio no aleatorizado
habiendo declarado lo contrario, ni explicaron porque no se cumplió correctamente el
protocolo al fallar la aleatorización de
los pacientes. Vale la pena destacar el
deber de los investigadores en proyectos médicos que contiene la Declaración de
Helsinki (clausula A 27, año 2004)(14),
la cual obliga a dichos investigadores a la publicación de sus
hallazgos aunque hayan sido demostrados resultados negativos en la
investigación con un producto o procedimiento médico, aunque estos entren en contradicción con la
expectativa del patrocinante. Indudablemente
hubo una fuerte colisión de intereses entre investigadores y patrocinantes de
la investigación en el caso relatado.
La
responsabilidad diferencial de los autores
Un autor
honesto que aparece en una publicación puede ser sorprendido por la deshonestidad de alguno de los coautores
de la publicación donde su nombre aparece, y por esa razón, no todos los
coautores de un artículo tienen responsabilidad en la aparición de datos
fraudulentos en el mismo. A la
investigadora Linda Buck, Premio Nobel de Medicina 2004, le fue retirado un
artículo de la revista Nature porque los
coautores no pudieron reproducir algunos resultados experimentales y la Dra.
Buck inculpó a Zhihua Zou, el primer autor, como responsable del error(15). Obviamente esto pudo haber ocurrido por ligereza o ausencia de revisión
cuidadosa del manuscrito, de sus cálculos estadísticos o la redacción de los
resultados antes de enviarlo a una revista científica.
En 2015 el
investigador Dong-Pyou Han fue objeto de sentencia a 57 meses de prisión y
multa de USD 7,2 millones por haber
fabricado y falsificado datos
relacionados con el descubrimiento de una vacuna contra el HIV, financiado por
fondos federales de EEUU (16).
Ante el
creciente retiro de publicaciones producto de conducta deshonesta por algunos
pocos investigadores, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU creó
la Oficina de Integridad en
Investigación, la cual recopila los casos de fraude científico y los expone en
su página web (www. ori.hhs.gov).
El plagio y
el mal llamado autoplagio
El plagio es
otro acto deshonesto que ocurre en muchas disciplinas y consiste de la copia de
resultados, opiniones y conclusiones, parciales o totales de otros investigadores,
presentándoles como propios. En estos casos los datos o el texto no son
modificados.
Algunos
editores consideran también plagio la autoría falsa, de regalo, canjeada u
honorífica, concedida a un superior administrativo; aunque este tipo de acto
deshonesto no encaja exactamente en lo definido como plagio y consiste en otro
tipo adicional de conducta deshonesta.
El
autoplagio es igualmente una conducta deshonesta o antiética que consiste en la
publicación parcial o total de artículos previamente publicados por los mismos
autores(17). Es bueno
mencionar que se plagia el trabajo hecho por otro; en realidad el autoplagio es
una mala descripción de la publicación duplicada, en parte o totalmente,
llevada a cabo por el mismo investigador. El plagio es sencillamente la copia y
acreditación de contenidos sin autorización que acarrea consecuencias legales,
es un delito cuya víctima es el autor original objeto de la copia de su obra o de sus hallazgos
científicos.
Por otra
parte, el plagio es un delito contemplado en muchas leyes que protegen la
propiedad intelectual y el hecho puede acarrear litigios judiciales si hubo beneficio económico con
esta práctica; no obstante, en publicaciones médicas y científicas esto último
raramente ocurre.
El plagio
puede ser detectado en términos cualitativos mediante el programa de
computación iThenticate ® para textos en inglés. El problema con este programa es que no puede
diferenciar con exactitud entre
similitud y plagio, por lo tanto, se requiere adicionalmente de la opinión de
científicos expertos en cada área para certificar el plagio, el cual podría
originarse en idiomas diferentes del inglés (17) .