La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una
enfermedad metabólica, frecuente, que afecta a la población adulta y que se
caracteriza por presentar hiperglucemia con alteraciones del metabolismo de los
carbohidratos, grasas y proteínas. Es consecuencia de la disminución de la
secreción y/o acción de la hormona insulina, secretada por
las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas
endocrino (1).
Su frecuencia ha aumentado
dramáticamente en los últimos 40 años, sin considerar que tanto en los países
desarrollados, como en los subdesarrollados existe un sub-registro. En la
actualidad, se sabe que existen dos categorías para su clasificación: su
etiología y la tolerancia a la glucosa (1).
De acuerdo a Camejo y col., la DM2 es un
modelo de enfermedad crónica que, a lo largo de su evolución puede traer
consigo complicaciones tanto agudas, como crónicas, que se asocian a altos
costos tanto para los pacientes, como para sus familias y los sistemas
sanitarios en general (2).
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) y el Banco Mundial, consideran a la diabetes mellitus como un problema de
salud pública. En sólo dos décadas los estudios epidemiológicos han tenido un
gran impacto en la investigación, diagnóstico, atención y prevención de la
diabetes (1). Tanto las enfermedades crónico-degenerativas, como sus
factores de riesgo, son clínicamente silentes en las etapas iniciales de su
evolución, y para llegar a un diagnóstico oportuno se requieren acciones
específicas dirigidas a su detección, por lo que reducir su incidencia es una
prioridad de las políticas de salud pública en todos los países, tanto
desarrollados, como en vías de desarrollo.
Se ha estimado que, aproximadamente, 285
millones de personas adultas en el mundo (o el 6,6% en el grupo etario de 20 a
79 años) han padecido DM2 en el año 2010. Este número se espera que aumente a
más del 50% en los próximos 20 años si no se ponen en práctica programas
preventivos. Para el año 2030 la proyección es de 438 millones de personas
afectadas, lo que indica que el 7,8% de la población adulta tendrá DM2 (1).
En este orden de ideas, significa que el
reconocimiento temprano y la atención preventiva oportuna de las personas en
riesgo de padecer DM2 podrían ayudar a reducir la incidencia de esta enfermedad,
por lo que se han propuesto diversas estrategias de tamizaje dirigidas a la
población en general y a los grupos considerados de riesgo (3).
Actualmente, existen diversos
cuestionarios para realizar el cribado de pacientes, que identifica aquellas
personas que podrían estar en riesgo de desarrollar diabetes mellitus o
intolerancia a la glucosa, los cuales podría ayudar a reducir los costos del
tamizaje y su facilidad de uso (4).
En los ambulatorios de atención
primaria, una elección sostenible, económica, sencilla y práctica de cribado
sería el uso de escalas de riesgo de DM2. Una de ellas es el Test de Findrisk, que
se compone de ocho sencillas preguntas con
puntuaciones predeterminadas que estima la probabilidad de desarrollar DM2 en
los próximos 10 años. Este test se encuentra validado, y los criterios
son fácilmente adaptables a cualquier población, ya que se basa en la recogida
de información clínica, que permite incluso el autocribado del paciente,
representando una opción válida a la hora de elegir (5).
Este cuestionario fue ideado a partir
de los resultados del Finish Diabetes Risk Score en Filandeses, conocido por
sus sigla como Findrisk, y una
vez validado su uso, ha sido implementado en países como España (6,7),
Cuba (8) y Colombia (9).
Recientemente, en Venezuela, Paredes
y col., (10) evaluaron el riesgo de padecer DM2 mediante el test de Findrisk, en 402 personas
no diabéticas mayores de 20 años, que asistieron a un Ambulatorio urbano tipo I
de la población de Agua Viva, Estado Lara. El estudio arrojó que el 89% presentó
riesgo alto y 0,99% riesgo muy alto, por lo que recomendaron que se deben
implementar medidas orientadas al cambio del estilo de vida, con dieta sana y
ejercicio físico frecuente, a fin de retrasar la aparición de esta enfermedad.
En el Estado Carabobo pocos
estudios se han realizado al respecto, que permitan estimar
el número de individuos con riesgo de padecer DM2 o que requieran de una intervención
preventiva temprana. Este tipo de estudios, se traduciría en una disminución de
tasas por este padecimiento, puesto que se estaría previniendo su aparición de
manera precoz, y por ende sus complicaciones, e incluso la muerte.
El objetivo de la presente investigación
fue estimar el riesgo de desarrollar Diabetes Mellitus Tipo 2, en individuos
adultos residentes en el Municipio San Diego, del Estado Carabobo – Venezuela.