Enero-Marzo 2003 14
ISSN 1317-987X
 
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Efectos de las Tecnologías de la información Actuales y Futuras en los Trabajadores de la Salud

La base de datos Medline y el genoma

Dos marcadores centinela ayudan a caracterizar las corrientes que permiten el aumento del conocimiento biomédico. El primero de ellos es la base de datos Medline de la Biblioteca Nacional de Medicina, la cual contiene citas de la literatura relativa a las ciencias de la salud publicada a escala mundial. Este sistema incluye registros bibliográficos de artículos publicados en 4 mil 500 revistas en 30 idiomas, desde 1966 hasta el presente.3 A la fecha de realización de este trabajo, el contenido de Medline alcanza aproximadamente 117 millones de citas y crece a una velocidad de más de 400 mil entradas nuevas al año.

Una observación irónica sobre este volumen de citas es que un médico acucioso, lector de dos artículos diarios, al final del año estaría a 550 años de mantenerse al día con todos los contenidos que aparecen en dicho sistema. Otra observación más razonable e inquietante, es que aún cuando sólo el 1% de la nueva literatura es relevante para los servicios de salud, los cuales estarían potencialmente atrasado 5 años en relación con el conocimiento actual.

Una variedad de estudios sobre la adopción de innovaciones probadas en la atención médica confirman que existe una inexplicable lentitud para acometer el cambio y una implementación incompleta de las mejores prácticas, aún en los mejores centros académicos de salud de Estados Unidos.4

De persistir este problema, empeorará gracias a la otra corriente importante de incremento del conocimiento biomédico: la culminación del ‘borrador de la secuencia del ADN’ del genoma humano en 2001. Este hecho presagia un crecimiento drástico en la cantidad de datos e información que permitirá a médicos y pacientes tomar decisiones sobre la atención médica a un individuo, y una re-estructuración de la base sobre la cual se toman estas determinaciones.

El marcador para esta corriente es el volúmen de datos moleculares que existe actualmente en bancos de datos públicos como el GenBank, el depósito internacional de datos sobre la secuencia genética, también mantenido por la Biblioteca Nacional de Medicina y conectado sistemáticamente a la literatura de Medline. A diferencia de esta última, la cual mientras es enumerada en las millones de citaciones aumenta un 3% al año, los datos de bancos sobre la secuencia molecular crecen exponencialmente.5 La versión más completa y reciente del GenBank incluyó datos de más de 15 billones de sub-unidades moleculares, llamadas ‘’pares base’’ en lenguaje de genética molecular, sobre 14.9 millones de secuencias genéticas de más de 55.000 organismos diferentes. La información sobre el gen humano actualmente alcanza aproximadamente el 55 % del total de datos moleculares en las bases de datos.6

Genoma funcional

El GenBank y las bases de datos con información similar sobre la estructura de las moléculas son complementados por enormes volúmenes de información nueva sobre el funcionamiento del gen. Esta es una forma de ciencia biológica llamada ‘’genoma funcional’’ que puede determinar cuales genes están en funcionamiento en varios estados de salud y enfermedad. Instrumentos de laboratorio llamados Genechips y series de ADN complementarios (cDNA) permiten determinar simultáneamente, a partir de microgramos de tejido, cuales de cada uno de los miles de millones de genes está ‘’expresado’’ (en funcionamiento) o ‘’no-expresado’’ en un momento particular. Existe una tendencia que sugiere que estas firmas moleculares de actividad genética pueden llegar a ser una poderosa herramienta de diagnóstico y prónostico de enfermedades como el cáncer. Algunos patrones de actividad genética permiten predecir con mayor claridad la respuesta a una terapia que cualesquiera de las pruebas clínicas realizadas actualmente como los rayos X, pruebas sanguíneas y exámen de tejido en el microscopio.
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Las tecnologías nacidas de nuestra nueva habilidad para comprender la enfermedad a nivel molecular incrementará el número de tipos específicos de enfermedades y la cantidad de terapias disponibles para los médicos. A manera de ejemplo podemos decir, que en lugar de dos tipos principales de diábetes, podríamos encontrar que existen docenas de diábetes basándonos en las diferencias básicas en los mecanismos moleculares de la muestra y, no sólo por el hallazgo común de un nivel elevado de azúcar en la sangre. En la mayoría de las enfermedades se puede encontrar ejemplos similares. Las compañías farmaceúticas están utilizando información sobre la secuencia genética para crear redes dirigidas a bloquear moléculas específicas. En los casos de enfermedades comunes como la alta presión sanguínea, diábetes y enfermedades del corazón, un futuro médico podría tener a su disposición desde cientos hasta miles de potenciales opciones de tratamiento.

‘’Gemidos de un paradigma en colapso’’

La enorme expansión de la información en cuanto a evaluación, alternativas de diagnóstico y terapias de prescripción no es compatible con los modelos de educación existentes y manejo de la misma entre los profesionales de la salud. El suministro efectivo de los servicios de atención médica no podrá depender, como ocurre hoy en día, de la capacidad de toma de decisión clínica y la confiabilidad de médicos autónomos para la clase de problemas que rutinariamente exceden las fronteras del conocimiento humano. El porcentaje de errores médicos descritos en estudios nacionales recientes son gemidos de un paradigma feneciente: el modelo tradicional en el cual el juicio basado en la experiencia personal acumulada por el galeno individualmente es el pináculo de su efectividad.8

Inmersa en nuestra cultura existe la noción de ‘’encontrar un buen doctor’’, cuando lo que realmente deberíamos buscar es ‘’un buen sistema de atención médica’’, superior a la suma de las partes y actos, basado en conocimientos sustentados en la evidencia más acumulada la cual puede cambiar rápida y continuamente de ser necesario.

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Informacionista: ¿una nueva profesión de la salud?
Frank Davidoff, médico
Editor

Prólogo
El flujo de información y las tecnologías de información
La base de datos Medline y el genoma
El aumento del consumismo
Bibliografía

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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