Octubre-Diciembre 2005 25
ISSN 1317-987X
 
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Casos Clínicos
 



Psiquiatría
Dificultades en el Narcisismo y su expresión en el cuerpo

La Evolución

El encuadre, mi constancia como figura concreta y con voz propia, quizás mi genuino interés en ayudar a Alicia y penetrar la díada madre-hija, junto con las movilizaciones que se fueron dando en cada personaje, fueron paulatinamente abriéndome camino y permitiéndome la entrada, hasta hacerme cada vez más visible y audible para ambas. Al año de tratamiento ya la madre había salido de las sesiones y había iniciado, aceptando mi sugerencia, un proceso terapéutico individual.
 
 

Para esa fecha, los síntomas somáticos de Alicia habían desaparecido en su mayoría y el trabajo terapéutico prosiguió en medio de lo que yo denominaba un ?campo minado?, físico y mental, en la vía hacia la elaboración de ansiedades narcisísticas y edípicas, la consolidación de un yo más cohesionado y discriminado, la construcción de un espacio mental para la simbolización, y la ampliación de relaciones objetales menos parciales.

 

En esta segunda etapa se desplegó en el ámbito transferencial la modalidad de vinculación descrita con relación a sus objetos originales, pudiéndose así trabajar estos aspectos en el aquí y ahora de la situación analítica. Sin embargo, su paso del preescolar al nivel básico agregó una nueva dosis de exigencia externa ante la cual Alicia comenzó a fracasar una y otra vez: su rendimiento académico decayó de manera notoria, su comportamiento social se fue estrechando y su recién ganada autoestima se fue debilitando. Mediante evaluaciones escolares y psicológicas, un nuevo diagnóstico recayó sobre Alicia: déficit de atención, el cual resultó incomprensible e inmanejable en un principio por los padres, quienes, frente a este diagnóstico, desarrollaron altos niveles de angustia.

 

Comenzó otro período de exámenes, evaluaciones, tratamientos psicopedagógicos y neurológicos que hicieron revivir en todos las aun no resueltas fantasías de daño y destrucción.

 

Habla de nuevo el padre: "¿se trata de un déficit intelectual? ¿es retardada?". La madre corrige: "Es lenta, pero inteligente. Habrá que cambiarla de colegio, pero no a uno de mongólicos".

 

Entretanto, Alicia descubría un camino más idóneo para la tramitación de sus angustias: el juego y la fantasía. Inició un juego de pacientes y doctores donde los roles se alternaban constantemente. Alimentaba bebés enfermos, castigaba duramente a "bebés malos" y comenzó a verbalizar su rechazo a la maternidad y todo lo relacionado con ella: "nunca me voy a casar, no voy a tener hijos, los hijos son malos, hacen daño, rompen por dentro" cuando sea grande me cortaré las tetas y me haré un pipí enorme con ellas. Voy a ser varón".

 

¿Estaría la fantasía de daño referida a su ser mujer? ¿Estaría dañada su identificación con la madre?, o quizá ¿la posibilidad de fantasear el deseo del padre?

 



Continua: Los Cambios

Introducción
La Llegada
La Necesidad del Tratamiento
Conociéndonos
La Evolución
Los Cambios
La Despedida
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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