Pediatría
Neurodesarrollo en niños de 2 y 3 años, según apreciación de sus padres
Discusión
El Neurodesarrollo es un proceso muy complejo
dinámico y preciso que se establece, entre el niño y el medio que lo rodea desde
la vida intrauterina y continúa varios años después del nacimiento. Las etapas
de proliferación neuronal, migración, organización y laminación del cerebro, y
la mielinización, son, desde el punto de vista
fisiológico, los responsables de este proceso; por lo que el neurodesarrollo representa la
manifestación externa de la maduración del sistema nervioso central y la
posibilidad de la adquisición continuamente por el niño de conocimientos,
habilidades, actitudes y funciones a lo largo de la vida. 11,12,13
Evidencias científicas, muestran que el
Neurodesarrollo, además de la genética, guarda una estrecha relación con el
ambiente de estimulación y afectividad que rodea al niño durante la etapa
maternal, y gracias a la gran plasticidad cerebral en esta etapa, influye
decisivamente en la mayor producción de sinapsis neuronales, y a su vez, en la
mayor integración de las funciones cerebrales. 13
De
allí que desde la AAP 4 se insista en la importancia de la detección temprana de problemas de desarrollo,
para poder intervenir y mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los niños
y niñas.
Estudios realizados por Mackrides y Ryherd14 señalan que el médico, utilizando solamente la evaluación clínica,
podría dejar de detectar hasta un 45% de niños elegibles para intervención
temprana. Reportan, además, que en Estados Unidos sólo el 23% de los médicos de
atención primaria utilizan algún test para la evaluación del desarrollo
infantil, debido a carencia de tiempo, aumento de los costos, necesidad de
personal entrenado y falta de consenso sobre los test a utilizar.
Por otra parte, estos autores agregan, que 12%
al 16% de los niños en los Estados Unidos tienen al menos un retraso en el
desarrollo, sin embargo, hasta la mitad de los niños afectados no serán
identificados sino cuando ingresen al jardín de infantes.Concluyen que, si
los retrasos en el desarrollo se detectan demasiado tarde, se pueden perder
oportunidades para una intervención temprana. Por esta razón es necesaria
la aplicación periódica y constante de instrumentos de evaluación estandarizados14.
El presente estudio se realizó, en la
Consulta Externa de Pediatría integral. Niños Sanos del Hospital de Niños “J.M.
de Los Ríos donde acude una población infantil, aparentemente sana, procedente
de familias de bajo recursos económicos pero que encuentran en esta institución
un seguro y eficiente control pediátrico, coordinado por dependencias de la
Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela.
Todos los niños incluidos en el estudio
eran considerados niños normales por sus padres; sin embargo, los resultados al
aplicar el ASQ-3 revelaron que el 45% de ellos se encontraban en una situación
de riesgo por no poseer totalmente las habilidades en algunas de las áreas
examinadas, el 33% aún no habían adquirido esas habilidades en varias áreas, y
sólo el 25 % reunían las condiciones de normalidad establecidas de acuerdo a su
edad en todas las áreas evaluadas.
Estos resultados sugieren que un porcentaje significativo de
los niños podrían estar en riesgo o en situación de retraso en su desarrollo. El hecho de que el 33% no hayan adquirido aún
los dominios habituales para su edad, indica que estos niños necesitan otras
pruebas para diagnóstico y seguimiento a fin de determinar si existe un retraso
en su desarrollo y ofrecerles intervenciones tempranas para ayudarles a equiparar
o mejorar su nivel de desarrollo.
Lo que puede
llamar más la atención, es el 45% de los niños estudiados que se encuentran en
el nivel: En Riesgo, indicativo de que aún no han adquirido completamente los
dominios en alguna de las áreas evaluadas por ASQ-3 para su edad y lo señalan en
el cuestionario como “a veces”.
Al
respecto, es de aclarar que el ASQ-3 es una herramienta muy útil, justamente, para
identificar áreas de preocupación o en riesgo en el desarrollo de un niño, como
es el caso de este elevado porcentaje. Coincide este porcentaje con resultados
del estudio realizado en Argentina, sobre una población mucho mayor de 415
niños, donde el 45,3% presentó criterios de riesgo en una o más áreas del
desarrollo. Se destaca en ese estudio que después de indicaciones y pautas de
intervención, sólo el 7% de la muestra mantuvo el déficit15.
Un trabajo
realizado en Brasil16 arrojó
datos de prevalencia de retraso psicomotor en el 34% y en Argentina, otro
estudio en un grupo de 922 niños de 1-5 años, el 45,5% requirió una evaluación
del neurodesarrollo por presentar alteraciones evidentes o sospecha en la
detección17.
Estos
resultados, hacen pensar que no parece muy extraño que algunos estudios con
niños que aparentan estar sanos, incluso desde el punto de vista de su
neurodesarrollo, al estudiarlos a través de una prueba estandarizada de las que
existen para evaluar este proceso, resulte que en algunas áreas se encuentren con
indicadores de alteraciones que requieren intervención profesional
especializada.
Es sabido
que desde la concepción el desarrollo del Sistema Nervioso está sometido a la
agresión de múltiples agentes que lo pueden afectar de diversas maneras y
alterar su desarrollo, produciendo en el niño señales de variada intensidad que
solo pueden ser detectadas por los test estandarizados.
De hecho, la
Organización Mundial de la Salud estima que más del 10% de la población
presenta algún tipo de discapacidad, con una prevalencia más alta en los países
subdesarrollados18. En
América Latina, con una población estimada para el año 2022, de 662.000.000 de
habitantes, según la CEPAL, existirían aproximadamente 66 millones de personas
con algún problema de desarrollo, incluyendo a niños19.
Con el presente estudio se pudo indagar la opinión de los
padres acerca del neurodesarrollo de sus hijos en la etapa maternal, a través
de un instrumento evaluativo ideado para tal fin y sus resultados pusieron en
evidencia que no todos los niños que parecen normales desde ese punto de vista,
lo son. Es por lo tanto necesario seleccionar a esos niños que tienen algún
grado de déficit en su desarrollo, detectado a través de pruebas estandarizadas,
para brindarles la intervención médica, educativa y social que requieren, a fin
de conducirlos en mejores condiciones a su educación preescolar.
Coincidimos
con el Profesor Caraballo20,
cuando señala que la atención integral de los niños, durante los tres años
previos a la educación preescolar es fundamental, ya que las estructuras
biofisiológicas y psicológicas del niño a esa edad, se encuentran en pleno
proceso de desarrollo y maduración, por lo que resulta particularmente
significativa la estimulación que puede hacerse sobre las mismas, asumiendo que es el momento más importante en
la vida del ser humano, en el cual se puede determinar holísticamente su
desarrollo, al estimular las áreas que están en franca fase de maduración
Estamos de acuerdo en que este es un pequeño estudio que
requiere ser ampliado con mayor población e incluir otras variables para
caracterizar con mayor propiedad la situación del neurodesarrollo en menores de
6 años, en un país como Venezuela cuya población en su mayoría depauperada y
marginada hace ingentes esfuerzos para sobrevivir dentro de un mar infinito de
carencias entre las que hacen bulto los servicios públicos: salud, educación,
situación alimentaria, transporte, seguridad.
Todos con absoluta y directa incidencia en el frágil
organismo del niño de 0 a 6 años de edad, cuando se está produciendo el mayor
grado de desarrollo y madurez de su sistema nervioso. |