Infección
asintomática. La mayoría de los casos
(más del 90%) de las infecciones por el VHC son asintomáticas. En algunos individuos la infección se
identifica cuando se practican pruebas serológicas con el objeto de donación de
sangre, pero muchos permanecen indetectados. El daño hepático ocurre a pesar de
la ausencia de síntomas, y más del 50% desarrolla una hepatopatía crónica (44).
Infección aguda por el VHC. Siguiendo a un periodo de incubación de dos
semanas a seis meses, el paciente entra en fase “pre-ictérica”. Los síntomas no son específicos e incluyen
malestar general, anorexia, náuseas, vómitos y dolor en el hipocondrio derecho,
lo cual es seguido por la “fase ictérica”, donde el paciente presenta coloración
amarilla.
El hígado puede estar aumentado de
tamaño y sensible. Puede aparecer esplenomegalia
y adenopatías. Las orinas se presentan
oscuras y las heces acólicas. Los
síntomas sistémicos generalmente mejoran durante la fase ictérica. Las
infecciones por el VHC no pueden distinguirse de otras causas de hepatitis
viral, en base exclusivamente a la presentación clínica. El curso de la
infección aguda por el VHC es menos severa que el de la infección por el VHB (44).
La hepatitis fulminante secundaria a
la infección aguda por el VHC es rara, pero es una complicación importante.
La enfermedad del suero con fiebre,
artritis y exantema urticariano ha sido raramente notificada en las infecciones
por el VHC. Otras manifestaciones
extrahepáticas de las infecciones agudas por el VHC, son anemia aplástica y pancreatitis.
Infección crónica por el VHC. Más del 50% de los individuos infectados con
el virus, desarrollan enfermedad crónica del hígado. Los síntomas al comienzo son discretos e
inespecíficos. El paciente puede expresar
la aparición gradual de fatiga y anorexia, seguida de ictericia. Puede haber antecedentes de ictericia
episódica o hepatitis recurrente, pero que con frecuencia no se reconoce un
ataque inmediato anterior de hepatitis viral aguda. Es más probable que la enfermedad crónica se
presente después de una infección aguda inadvertida que de una hepatitis
ictérica identificable.
La exploración física puede
suministrar información positiva, incluyendo además de la ictericia,
hepatomegalia, esplenomegalia y angiomas estelares. Los signos posteriores incluyen ascitis,
edemas y encefalopatía hepática.
Las anormalidades hepáticas incluyen
hepatitis crónica persistente, hepatitis crónica activa y cirrosis.
La hepatitis crónica por el VHC ha
sido asociada con algunos síndromes clínicos incluyendo glomerulonefritis
membranoproliferativa, crioglubulinemia y carcinoma hepatocelular.