Durante el tratamiento psicoterapéutico es frecuente que los pacientes atravieses por distintas exacerbaciones de síntomas diversos. El arsenal farmacológico de hoy permite no sólo el alivio relativamente rápido de esas situaciones relativamente críticas, sino que en muchos casos favorecerá y hará más eficaz al tratamiento psicoterapéutico.

Un caso aparte es el de las crisis de desorganización psicótica de los pacientes borderline. Generalmente pueden tener una duración breve y resolución espontánea en el curso de algunas semanas. Sin embargo la respuesta favorable y rápida a dosis adecuadas de haloperidol y la posibilidad de continuar el trabajo terapéutico con menor sufrimiento, hacen muy aconsejable el tratamiento conjunto. Pueden así tratarse con mayor eficacia y prontitud las reacciones exageradas a las sensaciones de rechazo y pérdida, o los efectos negativos de los comunes montos exagerados de culpas persecutorias a los cuales son pronos los pacientes con patologías borderline severas.

Probablemente sea también adecuado el manejo farmacológico de las situaciones extremas del tipo depresivo e hipomaníaco. Los inhibidores selectivos de la recaptaión de serotonina controlan generalmente estas manifestaciones y facilitan la continuidad del tratamiento psicoterapéutico.

Las manifestaciones extremas de angustias o ansiedad flotante, con agitación y clínica semejante a la de típicos episodios de pánico, pueden igualmente ser tratadas con los antipsicóticos, aveces con los menos potentes, o con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o con una combinación de ambos tipos de agentes. La susceptibilidad de los pacientes borderline a las adicciones hace sin embargo poco aconsejable el empleo de benzodiazepinas a menos que sea por tiempos muy cortos