En el presente trabajo, de 146 adolescentes
entre 12 y 17 años de edad, de dos instituciones educativas estudiadas en San
Cristóbal- estado Táchira, se obtuvieron 14 adolescentes con GAA representando
un 9,6%; se observó que dicha alteración se empieza a manifestar en la
población adolescente, como lo señala el estudio NHANES(13), el cual
evaluó adolescentes americanos de distintas etnias con y sin obesidad,
reportando una prevalencia de GAA de 13,1%; también se pueden mencionar otros
estudios en Europa(14), similares al anterior que señalan un 4,9% de
GAA en 250 niños y adolescentes estudiados, lo que indica que el presente
trabajo muestra una frecuencia de presentación más baja relacionada con el
estudio americano, pero mayor al europeo, pudiendo estar relacionado con los
diferentes estilos de vida y con la presencia o no de diversos factores de
riesgo.
Cabe resaltar el hallazgo de hipoglucemia
(glucemia inferior a 70 mg/dL) encontrado en el 10,8% de los participantes,
para esto es necesario la realización de futuras determinaciones y evaluación
de las posibles causas de esta condición en los
adolescentes analizados.
Por otro lado, se observó que el sexo
femenino tiene mayor susceptibilidad a presentar GAA, igual como se
demostró en un estudio realizado en
España (15), donde predominó el sexo femenino presentando niveles
elevados de glucemia capilar en ayunas, lo cual se ha tratado de relacionar con
la presencia de síndrome de ovario poliquístico (SOP). La aparición de trastornos glucémicos en
mujeres con SOP, parece darse a una edad relativamente temprana, es decir en la
adolescencia, además, las mujeres con SOP, incluso cuando tienen niveles
normales de glucemia, tras un análisis detallado, podrían mostrar defectos
metabólicos precoces, relacionados con el estado de resistencia insulínica, y
el subsiguiente riesgo de DM2 con el paso de los años; tal como lo observado
por Licea y cols (16), en cuya investigación 9 adolescentes
presentan SOP y tienen valores normales de glucemia, ya que la intolerancia a
la glucosa, puede permanecer latente y sólo aparece en circunstancias que
aumenten la resistencia a la insulina, como ocurre con el avance de la edad, el
embarazo o con la terapia esteroidea.
En cuanto a la edad en que se presentó con
mayor frecuencia la alteración de la glucemia en ayunas, fue en los
adolescentes de 16 años, esto podría desencadenarse debido a que la
sensibilidad a la insulina está disminuida en un 30% en los adolescentes, en
comparación con niños prepúberes y adultos jóvenes. Estas alteraciones se ven
favorecidas, en parte, por los cambios hormonales que se producen en la
pubertad, como es el aumento transitorio de la hormona del crecimiento (GH) y/o
del factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1) (16).
En cuanto a los indicadores
antropométricos: peso, talla e IMC, en los adolescentes con GAA, se encontraron
normales (entre los percentiles 50 y 75) comparándolos con los patrones de
referencia (gráficas o curvas de talla, peso, IMC) para la edad y sexo
respectivo, de FUNDACREDESA (12) ( se consideró normalidad entre los
percentiles 10 y 90). A pesar que en
nuestro estudio, los pacientes con GAA no presentaron trastornos del peso, el
sobrepeso u obesidad (IMC ≥ percentil 90 y 97 respectivamente) se asocian con alteraciones en el metabolismo
de la glucosa y lipídico, cambios de la presión arterial y de la insulina
plasmática, entre otros, constituyendo factores de riesgo para el desarrollo de diabetes tipo 2 en
niños y adolescentes, por lo que es necesario cambios en el estilo de vida
(alimentación y ejercicio) destinados a la prevención de la obesidad y sus
complicaciones. (7)
Los antecedentes familiares representan
gran importancia en varias patologías, ya que son un factor de riesgo relevante
para la presentación o no de algunas enfermedades, la investigación muestra un
predominio de antecedentes familiares de diabetes, en los adolescentes que
presentaron GAA, siendo similar a lo reportado en un estudio realizado en
México, que demuestra que la prediabetes es 11,7 veces más frecuente en niños y
adolescentes con historia familiar diabética, que en niños que no tienen este
antecedente (17), sobre todo
en parientes de primero y segundo grado de consanguinidad.
En cuanto a los antecedentes personales se
investigó sobre la lactancia materna, ya que esta representa un factor
protector en el individuo para desarrollar GAA o DM2, estudios reportados por el Servicio de
Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Getafe en España,
demuestran que una proteína denominada leptina presente en la leche materna que
se absorbe intacta por el estómago del lactante, activa señales de saciedad,
disminuye la sensación de hambre y aumenta el gasto energético (18),
influyendo en el comportamiento de la alimentación infantil y en la composición
corporal; evidenciando que los
niños lactantes que se alimentaron con leche materna engordaron menos,
presentando una ganancia de peso adecuada. De igual modo, según los estudios
de Palou y cols (19), la leptina presente en la leche
materna, previene la obesidad
y la diabetes y una de las causas más habituales del mal funcionamiento de esta
proteína, es la carencia de su consumo
durante la lactancia.
Por lo anteriormente
expuesto parece claro que la lactancia materna tiene un papel primordial y
precoz en el desarrollo del peso corporal y en el metabolismo, por lo que su
promoción, debe ser un elemento clave en la prevención de la obesidad y de las
enfermedades metabólicas concomitantes. Es importante resaltar que en la
investigación de los adolescentes que presentaron GAA, solo dos recibieron
lactancia materna exclusiva, mientras que
los 12 restantes recibieron formulas artificiales, lo que pudiera tener relación, con que no
recibieron ese factor protector que hubiese podido ayudar en evitar este tipo
de alteraciones, no obstante los hallazgos tienen limitaciones ya que no se
realizó una selección aleatorizada de la
muestra por lo que se requieren nuevos
estudios para determinar una relación causa efecto entre el déficit de
lactancia materna y el trastorno metabólico descrito.
La acantosis nigricans es una lesión
cutánea caracterizada por la presencia de placas hiperpigmentadas
hiperqueratósicas, que pueden tener una textura aterciopelada, se hallan y se
ubican en pliegues como los del cuello (nuca) en la forma de una banda fina a
manera de encaje y en la axila. Es un marcador cutáneo de algunos trastornos
congénitos, metabólicos o endocrinos, y se vincula con la resistencia a la
insulina o con estados hiperinsulinémicos.
También se ha sugerido que constituye un factor de riesgo de la
aparición de diabetes de tipo 2. Entre los factores de crecimiento sugeridos
que intervienen en la patogenia están el factor
de crecimiento insuliniforme 1 (IGF-1), el epidérmico (EGF) y el de
crecimiento transformante alfa (TGFα). Otro mecanismo planteado ha sido la
unión de la insulina, presente en altas concentraciones en el estado de
resistencia a ella, al receptor de IGF-1 (20).
Se observó presencia de acantosis nigricans en el 28,5% (4/14) de los participantes con GAA, dicho hallazgo
es un factor de riesgo porque representa un signo de insulinoresistencia en
adolescentes, el cual asociado a otro factor de riesgo, puede llegar a desencadenar
un estado de prediabetes (21). Además se han identificado también
concentraciones elevadas de insulina plasmática y acantosis nigricans en 5 a 13
% de escolares de origen hispánico y afroestadounidense, lo cual sugiere que en
dichos grupos étnicos es muy frecuente que haya insulinoresistencia(20);
por tal motivo es necesario identificar los factores de riesgo presentes en los
adolescentes, para observar si son propensos o no a desarrollar alteraciones de
la glucemia en ayunas u otra enfermedad.
Son muchas las investigaciones que actualmente se realizan en el mundo
sobre la diabetes mellitus, sobre todo enfocándose en la cantidad de casos
nuevos que se diagnostican cada año, con el fin de esperar un futuro provisor,
esto es necesario para aumentar el conocimiento y ver la realidad de los
sucesos que pasan en el mundo actual. Sin
embargo, debe enfatizarse no solo en la detección precoz de la diabetes y de
los otros trastornos en el metabolismo de la glucosa, sino principalmente en la
identificación de los factores de
riesgo asociados a esta patología y
aplicar medidas de intervención necesarias en aquellos factores controlables, a
fin de evitar o retrasar la evolución natural de la enfermedad y sus
complicaciones, por estas razones es urgente la necesidad de desarrollar
estrategias adecuadas de fomento de la salud, para promover cambios en los
hábitos alimentarios y en la actividad física desde la edad infantil, para ello
la participación comunitaria y de las escuelas es fundamental en cualquier
intervención que espere obtener éxito en la población.
Agradecimientos: Al Laboratorio Cienvar por su aporte en los
materiales empleados. A la empresa Gaby Sport y a la Lic. Martha
Marín por su apoyo financiero. A las Unidades Educativas Colegio San José
y Metropolitano Adventista por facilitarnos sus instalaciones. A los Bachilleres Anderson Dávila, Oscar
Duque, Mileydi Blanco y Maria Unda por su colaboración en la toma de muestras.