Entre el periodo comprendido de julio
2010 a marzo 2011 se registraron 21 pacientes que cumplían con los criterios de
inclusión de este estudio, dichos pacientes fueron divididos en 2 grupos de
manera aleatoria, 10 para recibir tratamiento tópico con mononitrato de
isosorbide al 2% y 11 para recibir 50uds de toxina botulínica tipo A (Botox®),
25uds a cada lado del esfínter anal.
La edad promedio de los pacientes
considerados en este estudio fue de 40,5±9,8 años, un valor muy similar para
ambos tratamientos y sexos. Además, los pacientes femeninos y masculinos fueron
distribuidos de modo equitativo en ambos tratamientos y también presentaron
edades similares, lo que hace una distribución bastante homogénea de la
muestra. (Tabla1).
El tiempo de aparición de los síntomas
fue en promedio 6,9 ±2,0 meses, para los pacientes tratados con crema
nitratada, mientras que para los pacientes tratados con toxina botulínica, fue
de 6,3±2,7 meses, este tiempo no difirió significativamente entre pacientes de ambos
tratamientos (p=0,6149).
El dolor previo en los pacientes de
ambos tratamientos fue estadísticamente similar (p=0,7248) al aplicar la prueba
U de Mann-Whitney, lo que evidencia que ambos grupos de pacientes partieron de
un mismo nivel promedio de dolor inicial, que fue elevado, y categorizado como “horrible” (9,10).
Después de aplicar los medicamentos, el dolor posterior fue en promedio de 4,2;
lo cual según la escala, es considerado “molestia” y constituye una reducción
de aproximadamente 54% en el nivel de dolor. El bajo número de muestras
dificulta la comparación estadística dentro de cada sexo (como grupos
separados) sin embargo, las tendencias muestran que tanto pacientes masculinos
como femeninos tuvieron comportamiento similar dentro de un mismo tratamiento.
Al aplicar la prueba de Wilcoxon, la
reducción del dolor fue estadísticamente significativa desde la primera semana
de tratamiento. Esta prueba arrojó una probabilidad p=0,0109 para los pacientes
tratados con crema nitratada y una probabilidad p=0,0033 para los pacientes
tratados con toxina botulínica (Tabla 1), lo que indica que en ambos casos la
reducción del dolor fue significativa y ambos tratamientos fueron eficientes,
sin embargo, se observó una reducción del dolor aún mayor en pacientes tratados
con toxina botulínica. Esto es consistente con el porcentaje de reducción de
dolor observado (Tabla 1), donde en promedio se obtuvo un valor de 30,4% para
pacientes tratados con crema nitratada y de 76% para pacientes tratados con
toxina botulínica.
A medida que
transcurrió el tiempo una vez aplicado el
tratamiento, los pacientes de ambos grupos experimentaron una mejoría progresiva, hasta que a partir de la
semana 8, los pacientes ya no presentaban
dolor (nivel 1 en esta variable). Esta mejoría progresiva se refleja en el aumento en la significancia
estadística en las comparaciones entre el dolor que inicialmente presentaron
los pacientes y el que tienen al finalizar el tratamiento (Tabla 1), y como son
más significativas, los valores de p son más pequeños.
Tabla 1
Promedios de la intensidad del dolor percibido antes y su reducción después del tratamiento (1, 4 y 8 semanas)
Al comparar resultados finales entre
tratamientos, la primera semana la toxina botulínica resulta más eficiente que
la crema nitratada (p=0,00002), lo mismo que a la semana 4 (p=0,0021). Pero a
la semana 8, ya ambos tratamientos son igualmente eficientes y sus resultados
no difieren estadísticamente (p=0,0610). (Figura 1).
Figura 1. Evolución del reporte promedio del dolor
A
partir de la semana 16, dos pacientes del grupo tratado con crema nitratada y
un paciente del grupo tratado con toxina botulínica continuaban con la lesión y
no experimentaban mejorías, por lo que se les cambió el tratamiento pasando a
la terapéutica quirúrgica. En consecuencia, estos pacientes no fueron incorporados a los análisis
estadísticos ya que no presentaban
las mismas condiciones experimentales de los demás pacientes de su grupo. Por
otro lado, las comparaciones de significancia para la disminución del dolor
solo pueden hacerse hasta la semana
8, ya que al ser eliminados estos pacientes luego de la semana 8, el promedio
de dolor se reduce, dando la falsa impresión de que todos están en condición
“sin dolor” cuando en realidad hay pacientes con dolor de “intenso” a
“horrible”. Por esta razón, las comparaciones estadísticas se hicieron hasta la
semana 8, inclusive.
El tiempo de cicatrización de las
lesiones fue menor con la toxina botulínica que con la crema nitratada (Tabla
2), siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p=0,0003) de acuerdo
con la prueba U de Mann-Whitney aplicada para determinar la diferencia entre
ambos tratamientos. Estos cálculos no incluyeron a los tres pacientes a los que
se les cambió el tratamiento.
El tono previo en ambos tratamientos
fue el mismo (p=0,5968), lo que significa que no hay diferencias entre el tono
de EAI de los pacientes que iban a ser tratados con crema nitratada y el de los
pacientes que iban a ser tratados con toxina botulínica, por lo que el estudio
considera un mismo punto de partida en cuanto al Tono del EAI de ambos grupos
de pacientes. Al aplicar los
medicamentos, ambos tratamientos mostraron una disminución en el tono del EAI,
y esta disminución fue altamente significativa (Tabla 3) al aplicar la prueba t de Student para muestras relacionadas.
La muy elevada significancia de esta prueba obedece a que el Tono del EAI se
redujo en absolutamente todos los pacientes de este estudio.El Tono posterior
del EAI fue significativamente menor en los pacientes tratados con toxina
botulínica (p=0,0482), lo que evidencia una mayor efectividad de este
tratamiento. La reducción del Tono EAI posterior al tratamiento fue en promedio
del 26,5%; evidenciando una tendencia similar entre pacientes femeninos y
masculinos. El porcentaje de reducción obtenido con la toxina botulínica es del
31,2% en contraste con 21% logrado con la crema nitratada (p<0,05).
Solamente se
detectaron 3 casos con cefalea en el grupo de pacientes tratados con crema
nitratada. En el grupo de pacientes tratados con toxina botulínica, no se
observaron efectos colaterales.