La evisceración vaginal posterior a una histerectomía es un caso
poco frecuente (5,6,7). Una revisión de 59 casos de evisceración
vaginal reportados desde 1900 hasta 2002 mostró que 37 (63%) tuvieron una histerectomía
vaginal previa, 19 (32%) tuvieron una histerectomía abdominal previa (2 de las
cuales fueron histerectomías radicales), y 3 (5%) tuvieron una histerectomía
laparoscópica previa (4). Otro estudio muestra que existe un mayor
riesgo de dehiscencia de la cúpula vaginal tras una histerectomía laparoscópica
en comparación con la vía vaginal y abdominal; postulando que el uso de energía
térmica y otros factores únicos de la cirugía laparoscópica pueden ser
responsables.(8) Otros factores
de riesgo implicados son traumatismos, instrumentación vaginal, aumento de la
presión intra abdominal, relaciones sexuales tempranas tras histerectomía,
menopausia, radioterapia previa, administración crónica de esteroides, mala
técnica quirúrgica, infección post operatoria, hematoma, vaginoplastia previa. (4,
9, 10, 11, 12) La presentación clínica habitual es dolor pélvico o vaginal,
sangrado vaginal, sensación de masa en introito vaginal o entre las piernas (4).
El ileo terminal es la víscera implicada con mayor frecuencia, aunque se ha
descrito epiplón. (13, 14, 15)
La intervención primaria en la evisceración vaginal consiste en la
estabilización de la paciente, administración de líquidos parenterales,
protección de las asas intestinales evisceradas, antibioticoterapia empírica y
tratamiento quirúrgico de emergencia. (16) El tratamiento quirúrgico puede hacerse por
vía vaginal, abdominal o combinación de ambas. El cierre por vía vaginal está
indicado en pacientes con evisceración vaginal asociado a prolapso de la cúpula
vaginal post-histerectomía. En los casos en que el intestino eviscerado es
viable y se puede reducir en la cavidad peritoneal sin complicaciones, el
cierre del defecto vaginal puede ser logrado por vía vaginal. Sin embargo, en
pacientes con enterocele, el defecto vaginal puede ser localizado superior a la
vagina, como fue en este caso. En estas circunstancias, la vía vaginal no es
viable porque el intestino, queda atrapado y estrangulado fuera del abdomen,
impidiendo el acceso al defecto. En estos casos, la laparotomía es necesaria
para acceder al defecto, reducir el intestino en el abdomen, y la resección del
intestino no viable. No existe consenso para decidir el momento de la
reparación de la cúpula vaginal dependiendo de la viabilidad de los tejidos y
su calidad, riesgo de infecciones, entre otros factores. (4,11,17,18)