Enero-Marzo 2021 85
ISSN 1317-987X
 
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Opinión
Un desarrollo para todos. Hacia una política de ciencia y tecnología en América Latina

Hacia la búsqueda de soluciones en la lucha contra la Malaria

La inmemorial lucha contra la malaria se ha caracterizado por avances esporádicos y significativos, solamente durante el último siglo. Sin embargo, estos progresos han sido lentos, parciales y difíciles.
Los pioneros en el campo de la inmunología, Pasteur, Koch, Behring, Calmette Guerrin, habían definido un camino para las vacunas biológicas, con muy buenos resultados para la rabia, la viruela, la tuberculosis y la difteria.

En las vacunas biológicas, obtenidas a partir del agente patógeno causante de la enfermedad, el individuo vacunado logra no sólo dominar la enfermedad mediante su aparato inmunológico normal, sino que guarda en su «memoria» las características de ese tipo de invasor, y en consecuencia como combatirlo.

Pero las mutaciones o cambios del parásito de la malaria durante su ciclo vital han constituido un obstáculo infranqueable a los métodos tradicionales de producir vacunas. Por esta razón nos decidimos por estructurar nuevos caminos. Diseñamos el concepto y la tecnología hacia las vacunas químicas, que nos permiten luchar con mayor eficacia contra las enfermedades infecciosas como una manera de acercarnos a algunos de los problemas concretos que golpean a nuestros países.

Cerca de 300 millones de personas en el mundo entero padecen anualmente malaria y por su causa, mueren entre 3 y 5 millones. Sólo en Africa, un estudio reciente reveló que el 25% de las muertes en niños de edades comprendidas entre 1 y 4 años, son debidas a la malaria.

En mi país, Colombia, el riesgo de contraer malaria es altísimo, pues el 85% de la superficie total del país está en áreas con condiciones para la transmisión de la enfermedad.

Es preciso recordar que sólo basta una corta estadía en una zona de riesgo para contraer la infección y que además de la transmisión, a través de la picadura del mosquito, existen mecanismos de transmisión como las transfusiones de sangre o sus derivados.

Los grandes principios de la ciencia son bastante simples, pero para llegar a ellos paradójicamente los humanos parecemos dar tumbos a todo lo largo de la historia.

En el Instituto de Inmunología, en Colombia, nos propusimos crear un grupo de investigación, interdisciplinario, universal en el conocimiento, con excelencia científica y con una alta convicción individual, trabajando alrededor de las vacunas sintéticas.

Estructuramos grupos de investigacón en química, física, matemáticas y biología con un enfoque interdisciplinario, con una sola meta: resolver el problema.

Establecimos contactos y cooperaciones con grupos de otras latitudes: españoles como los aquí presentes, latinoamericanos, europeos, africanos, norteamericanos.

Estructuramos grupos en las distintas disciplinas y formamos los recursos humanos necesarios y el producto final, que debía ser una substancia químicamente sintetizada, se encuentra hoy después de diez años en la fase final de su evaluación.

Para lograr la financiación e infraestructura necesarias, convencimos a dirigentes políticos, industriales y economistas, involucrándolos en el concepto de que este primer ensayo de una vacuna químicamente hecha abriría enormes posibilidades para el desarrollo económico, político y social de nuestros países. Invertir en ciencia, dijimos, es la buena inversión.

En el caso particular de América Latina obtuvimos el concurso por demás generoso, de los gobiernos y la comunidad científica iberoamericana, impulsando el desarrollo de algo promisorio y útil para nuestras latitudes. El recurso humano ha sido lo importante. Tomamos conciencia que pudimos y podemos resolver problemas de índole y trascendencia universal y que uno de los obstáculos fundamentales se encontraba en nuestra actitud.

Durante el último año, alrededor del trabajo de investigación del Instituto de Inmunología, se ha creado una red de cooperación cientiífica con países vecinos de Colombia. Junto con Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia y amigos de España, se han establecido grupos de trabajo alrededor de la aplicación de la vacuna sintética contra la malaria, y se han diseñado programas específicos de solución de problemas de gran incidencia como la Esquistosomiasis en Venezuela, la enfermedad de Chagas en Brasil y Bolivia y la Leishmaniasis en Ecuador. Porque creemos que la ciencia en esencia siendo universal debe ser multidisciplinaria, interdisciplinaria y transdisciplinaria y debe conducir a un solo fin: el servicio del hombre.



Continua: Conclusiones

Introducción
Ciencia, tecnología y desarrollo
Hacia la búsqueda de soluciones en la lucha contra la Malaria
Conclusiones

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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