Darwinianas: Relevancia de Darwin en nuestro universo de ideas.
Introducción
El décimo aniversario de VITAE coincide con el segundo centenario del
nacimiento de Darwin. La trascendencia del descubrimiento de Darwin se ha extendido
mucho más allá del campo de la Biología, al punto que podemos considerar que
los principios de la evolución son una ley natural y universal. Cada vez más
podemos ver su vigencia en todo cuanto evoluciona tanto en el mundo concreto y
de la Biología, como en el de las ideas y la cultura. Este ensayo presenta
algunas reflexiones en torno a la evolución de las ideas y las resistencias que
oponemos a ellas.
Introducción
I have called this principle, by which
each slight variation, if useful, is preserved, by the term natural selection
(Darwin, 1859, 1968; Ch. 3)[1]
Con el
pasar de los años la imagen de Darwin surge como quizás el más formidable
científico de la humanidad. Su concepción sobre la evolución ha sido en
justicia considerada como “la mejor idea sencilla” de la historia (“The Single Best Idea Ever”, Chesworth, 2002). En
alrededor de siglo y medio, los conceptos planteados por Darwin en su obra
sobre la evolución de las especies han cambiado dramáticamente la visión de la
humanidad sobre sus orígenes, pero a un precio alto y plagado de
confrontaciones y controversias. Aún hoy en día podemos observar cómo en los
países más desarrollados, los enfrentamientos, oposición o resistencia a las
consecuencias derivadas de la obra de Darwin no sólo permanecen vivos, sino que
han incrementado su fuerza y oposición. La misma demora de
Darwin en publicar sus resultados podría deberse en parte a sus propias resistencias
por haber tenido muy claros los significados y las consecuencias que tendrían
sus descubrimientos y teorías para la humanidad. En una simplificación
de sus postulados podemos plantear que Darwin demostró que dadas la presencia
de diversidad en las especies capaces de reproducirse o replicarse, y expuestas
éstas a presiones adaptativas y competencia, la consecuencia sería un lento
proceso de evolución por selección natural, sin diseño pre-establecido, ni
diseñador. Hoy podemos decir que este planteamiento tiene el carácter de una ley
natural, al mismo nivel que cualquiera de las otras leyes fundamentales
conocidas, y que además rige no sólo en el campo de la biología.
Las primeras confrontaciones
Probablemente
las primeras controversias fueron las del propio Darwin. De joven, se retiró de
la carrera médica y estuvo a punto de hacer la carrera de clérigo. Aunque era
un religioso de fervor, venía de una familia en la cual su padre, Robert
Darwin, médico, y su abuelo Erasmo Darwin, eran casi librepensadores, aún
cuando no enfrentaban sus ideas o desafiaban a la congregación anglicana en la
cual vivían. Además, eran personas que habían desarrollado sus mentes en el
modelo de la ciencia. Tanto Erasmo, el abuelo, como otro de sus familiares de
la misma generación (Josiah Wedgewood) habían formado parte de la Sociedad
Lunar de Birmingham. Esta Sociedad se reunía generalmente en la casa de
Wedgewood con regularidad en días de luna llena, de manera que los viajeros pudieran
tener más seguridad al transitar por los caminos y asistir a las reuniones
desde remotos lugares. La fama de la Sociedad Lunar trascendió los ámbitos de
Inglaterra, y es conocido que aún personas como Benjamin Franklin en alguna
ocasión aprovechó sus viajes para reunirse en la casa de Wedgewood. Las
reuniones tenían un carácter de corte científico y fueron precursoras de la
fundación de la Royal Society poco después[2].La Royal
Society ha tenido un lugar de mucha importancia en el desarrollo del pensar
científico. Surgió en un momento de ebullición cultural durante el reinado de
Charles II. La turbulencia había precedido al joven Charles y había acabado con
el reinado de su padre, Charles I, quien en medio de las revueltas fue
decapitado. Restaurada la monarquía y coronado Charles II, ni el monarca, ni el
poder de la iglesia lograban acallar las discusiones y tensiones que, de
políticas, empezaban a ser filosóficas, teológicas, incluían todo aspecto de la
vida ciudadana y amenazaban continuamente con tornarse en revoltosas. El rey no
fue un defensor de las ciencias, sino que simplemente tuvo que aceptar y
doblegarse a la presión y al cambio de perspectiva que cada vez tomaba más
cuerpo en la sociedad. Los científicos sumaban número y requerían un espacio
para exponer y discutir ideas sin temor de enfrentar oposiciones o consecuencias.
La fundación de la Royal Society llenó esa necesidad. Ya su primera reunión el
28 de noviembre de 1660, mostró el carácter plural de su composición. La
conferencia estuvo a cargo de Christopher Wren, el arquitecto conocido por la
restauración de la Catedral de Saint Paul en Londres, pero también por sus
estudios anatómicos. Su conferencia versó sobre Astronomía. Además de
científicos, la Royal Society contó entre sus miembros con poetas, periodistas
y hombres del mundo de las artes (Bronowski, 1951). Los miembros debían asistir
comprometidos a seguir reglas estrictas hasta de vestimenta y modales. En las
reuniones, los presentadores se debían limitar a exponer sus ideas en términos
sencillos, y demostrar sus procedimientos experimentales simplemente tal y como
eran realizados, sin discusión ni explicación mediante causas finales, ni
defender ideologías. Sólo los hechos simples, y las leyes o explicaciones
naturales y lógicas que podían derivar directamente de la observación. Por
ejemplo, Boyle mostró en una de sus reuniones el funcionamiento de su bomba de
vacío, y la audiencia no tenía que entrar en la discusión teológica sobre la
imposibilidad de la existencia del vacío ya que Dios estaría siempre llenando
ese espacio aún cuando todo vestigio de lo material pudiese extraerse de un
continente, lo cual hacía del vacío un concepto imposible.
[1]“… Yo he denominado a este principio, por el
cual cualquier pequeña variación, si es útil, es preservada, con el término de
selección natural”.
[2] Es posible que los asiduos
asistentes fueran personas consideradas como poco comunes, y por sus reuniones
en noches de luna llena se les llamara lunáticos.
NOTA:Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.
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