Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Personajes
 



José Vicente Scorza
Forjador de nuevos retos en la investigación científica

La universidad: Formación vital

Scorza cursó estudios en la Escuela Normal a los 16 años de edad. Luego ejerció la docencia y más tarde comenzó el bachillerato. Su vida de maestro normalista transcurrió entre las prácticas de biología y la lucha política. "El 3 de diciembre de 1952 fui delatado cuando insté al estudiantado del Liceo "Fermín Toro" a tomar la calle y a protestar por los resultados electorales que colocaron a Marcos Pérez Jiménez como presidente en aquella jornada, para mí inmemorable".

Fue fundador y primer director de la Escuela de Biología y decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de los Andes, en Mérida, además fue primer Vice-rector del núcleo universitario "Rafael Rangel" (NURR), en Trujillo.

-¿Cómo evalúa el papel de las universidades en la formación de futuros profesionales de la ciencia?

- Las universidades están burocratizadas, sólo se han limitado a producir - como panes en una panadería -, profesionales que una vez graduados, tienen una escasa vocación de servicio social. Una universidad tecnocrática, acrítica y no humanística, sólo puede formar profesionales que piensan únicamente en el ejercicio de la profesión y en cómo resolver sus problemas personales.

Aunque se muestra poco alentador, sostiene que se debe renovar el papel de las universidades, pero duda que los cambios se puedan generar dentro de ellas, "al menos que se agrave la crisis universitaria y surjan grupos capaces de señalar nuevos rumbos".

- ¿Cómo percibe la formación de los nuevos parasitólogos?

- La enseñanza de la parasitología mengua porque la universidad tiene muy poca percepción de las clases más necesitadas. Los intereses de los estudiantes no están orientados a trabajar en un campo que no tiene buena remuneración.

Una leve pausa interrumpe su respuesta. Scorza piensa detenidamente cómo continuar, sin perder de vista los detalles. "Aunque el estudio de la parasitología todavía sobrevive, es posible que en el futuro pueda extinguirse", sostiene.

En el año 1959, concluye sus estudios en Ciencia, mención Biología. No obstante, los acontecimientos ocurridos el 23 de enero, con la caída de la dictadura, impidieron la realización del acto académico. "Luego me presenté como candidato único a las elecciones del Decanato las cuales gané, y después yo mismo me titulé". A partir de ese entonces comienzan nuevos retos: la formación de un grupo de investigación científico de la universidad, la creación de la Facultades de Ciencias de la UCV y de la Universidad de los Andes, en Mérida.

-¿Cómo era la generación de estudiantes al finalizar el régimen de la dictadura?

- A finales de la década de los cincuenta tuvimos un boom muy importante de una generación de estudiantes muy aplicados que venían de la época de Marcos Pérez Jiménez. Durante la dictadura, los estudiantes no hacían otra cosa que estudiar. Tiempo después, con el advenimiento del sistema democrático, se fomentó la creación de nuevos planteles educativos, y fue cuando se inventó la matrícula. A raíz de ello, en la década de los setenta, las universidades reciben a miles de estudiantes, en su mayoría mal preparados. Estas personas fueron las que después aspiraron puestos en la universidad.

Durante sus estudios en la Escuela de Ciencias, José Vicente Scorza junto a sus compañeros: Santiago P. Salas, Luis Jordán y Mariano Zerpa, produjeron una serie de trabajos que contribuyeron al avance en el estudio de la parasitología en Venezuela. Ejemplo de ello fueron las primeras investigaciones que se hicieron sobre el control biológico de vectores, entre ellas, el estudio que se basó en un tipo de bacteria que atacaba a los caracoles transmisores de bilharzia.

-¿Cree que ha habido algún cambio en las políticas aplicadas por el Gobierno venezolano en el sector de la parasitología?

- No he visto ninguno. Lo más que he visto es el cambio de nombre de la Escuela de Malariología y Saneamiento Ambiental. Ahora se llama Instituto de Altos Estudios Sanitarios. Después de todo no me queda la menor duda de que el Gobierno venezolano se ha encontrado con un caos. El 70 % de los puestos de salud periféricos y ambulatorios son atendidos por estudiantes del sexto año de medicina. No tenemos médicos residentes en las zonas rurales y tampoco se han construido residencias en esos caseríos. Al médico no se le ha estimulado con un buen salario para sane y prevenga, ni mucho menos recursos para que realice campañas de educación sanitaria.

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NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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